Social Housing Boat: un crucero como residencia de trabajadores en Ibiza.
La popularidad de la isla
como destino de verano ha provocado un aumento desmesurado de los precios de
alquiler, lo que dificulta encontrar viviendas asequibles. El aumento de los
costos y la escasez de propiedades disponibles han creado una situación en la
que la demanda de vivienda supera con creces la oferta, lo que afecta la
calidad de vida de muchos residentes, incluida la población local.
Ante estas circunstancias
adversas, el empresario holandés Hans van de Rakt, propietario de Business
Hippie Club, empresa que se dedica promover soluciones alternativas al problema
de la vivienda, ha presentado en Ibiza una propuesta que promete generar
revuelo: amarrar un crucero para utilizarlo como residencia de trabajadores,
con habitaciones a unos 700 euros. “El proyecto del barco de vivienda social
pretende abordar las malas condiciones de vivienda de los trabajadores en
Ibiza”, explica. En tal sentido, detalla un escenario conocido en la isla: “La
situación de la vivienda en Ibiza es complicada, especialmente para los
trabajadores temporeros, los expatriados y los profesionales locales, como los
agentes de policía y el personal de los hospitales. La popularidad de la isla
como destino de verano ha provocado un aumento significativo de los precios de
alquiler, lo que dificulta que muchos encuentren viviendas asequibles. El
aumento de los costos y la escasez de propiedades disponibles han creado una
situación en la que la demanda de vivienda supera con creces la oferta, lo que
afecta la calidad de vida de muchos residentes, incluida la población local”.
Con este proyecto,
explicado por Agustín Gigante en La Voz de Ibiza, el empresario calcula que se podrían alojar a
unos 500 trabajadores en 300 habitaciones disponibles. “La solución del barco
de vivienda social también satisface a los empresarios, ya que les permitirá
contratar personal que se necesita con urgencia y que de otro modo no sería
empleable debido a problemas de vivienda. Al mismo tiempo, amplía las
oportunidades para que los residentes locales accedan a viviendas asequibles”,
apunta.
En declaraciones en ElDiario.es,
el empresario dice que “los trabajadores necesitan un lugar decente para vivir
y no en tiendas de campaña o en una habitación con otras 10 personas. Mejor controlarlos
en un crucero y tener una infraestructura adecuada como, por ejemplo, de
basuras. Es mucho mejor que tener a la gente viviendo en cualquier sitio por la
isla”. El barco de vivienda social también ofrecería servicios en pleno
funcionamiento, como restaurante, servicios de lavandería y áreas recreativas.
Se prevén modificaciones para adaptar el barco a su uso como solución de
alojamiento temporal.
Según afirma Hans van de
Rakt, “el objetivo es ofrecer una tarifa de alquiler lo más baja posible,
garantizando que todos los trabajadores puedan aprovechar esta oportunidad de
vivienda alternativa. Los residentes del barco pueden alquilar una cabina y
luego seleccionar servicios adicionales como comidas, lavandería, limpieza,
deportes y otros, mediante la compra de boletos de servicio mensuales”. En
2017, el Ministerio del Interior fletó tres grandes cruceros para alojar
algunos agentes de la Policía Nacional en Cataluña, para hacer frente al
desafío soberanista del referéndum del 1 de octubre. Más atrás en el tiempo,
durante los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, 90.000 invitados de los patrocinadores vivieron en 11
transatlánticos de lujo que permanecieron anclados tres semanas en el puerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario