viernes, 24 de enero de 2025

La vuelta de Trump alarma a los ecologistas: “Es un retroceso que va en cascada”.

 

Un modelo en 3D del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la bandera de Groenlandia en esta ilustración realizada el 15 de enero.

Adhik Arrilucea, advierte en Público lo que Donald Trump representa: el ultraderechismo más peligroso en todos los ámbitos. “Desde su victoria, y con el magnate tecnológico Elon Musk como mano derecha, otros empresarios como Mark Zuckerberg, responsable de Meta, o Jeff Bezos, de Amazon, han suprimido algunas de sus políticas en diversidad, desprotegiendo a las mujeres y las personas LGTBIQ+. Se trata de un precedente de graves consecuencias y que puede extenderse a otros ámbitos del discurso del reelecto mandatario, como es el caso del negacionismo climático”.

Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España, señala que “con la llegada del republicano al Despacho Oval, claramente va a haber un retroceso, con un enfoque basado en la perforación y el extractivismo”. La ecologista indica que “todo el sector privado y político, que va en la dirección contraria de todos, se empodera de repente, empieza a retroceder en los objetivos climáticos, como también en los objetivos de diversidad humana o de protección de la biodiversidad en general. Es un retroceso muy grande que va en cascada”.

Esta decisión tuvo lugar después de que Trump expresara el pasado 7 de enero sus anhelos por comprar Groenlandia a Dinamarca, ante lo que su primera ministra, Mette Frederiksen, reiteró el 15 de enero que la isla “no está en venta”. Las declaraciones del nuevo líder estadounidense marcan una política expansionista que ha hecho saltar las alarmas del ambientalismo. “Es una auténtica temeridad y una irresponsabilidad por parte de alguien que va a ser presidente de una nación como Estados Unidos”, valora a Público Javier Andaluz, responsable de cambio climático en Ecologistas en Acción. “Que las declaraciones de un presidente del Gobierno sean en el sentido de vulnerar la legislación internacional es un hecho muy grave”.

Lo que busca el mandatario es abrir “nuevas líneas de transporte marítimo y controlarlas”, añade el experto, Mario Rodríguez Vargas, director asociado de Transición Justa y Alianzas Globales en el think tank ecologista ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo). Por esta razón, “le interesa tener más superficie en contacto con el Ártico aparte de Alaska y quiere reproducir ese mismo modelo con Groenlandia". Rodríguez indica que estas rutas pretenden servir de alternativa a otros itinerarios como el canal de Panamá.

El mismo día que declaró sus anhelos expansionistas sobre Groenlandia, el mandatario también abogó por la recuperación del control sobre el canal de Panamá y por renombrar el golfo de México –donde en los últimos años ha habido varios hallazgos de petróleo– como “golfo de América”. El de ECODES califica estas afirmaciones de “bravuconada más propia de una conversación de sobremesa”. Rodríguez considera que estas declaraciones responden a “la arrogancia propia de un multimillonario que pretende gestionar el país como una multinacional”.

Saldaña valora las palabras de Trump en una línea parecida: “Son declaraciones de guerra. Su política es la de 'aquí estoy yo, yo vengo, yo domino y además lo voy a hacer por la fuerza'. Eso es lo que él quiere instaurar”. No obstante, la directora ejecutiva de Greenpeace España recuerda que habrá que esperar a ver en qué se materializan sus declaraciones, ya que “no hace todo lo que dice”.

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