viernes, 12 de diciembre de 2025

El mensaje de Andrea Bocelli.

 

Andrea Bocelli es uno de los italianos más polifacéticos del mundo. Es cantante, músico, multiinstrumentista, escritor y productor musical que quedó completamente ciego a los doce años, tras haber sufrido un accidente deportivo. Después de actuar por las noches en bares de piano y competir en concursos de canto locales, Bocelli firmó su primer contrato discográfico con Sugar Music. Alcanzó la fama en 1994, ganando la sección de nuevos talentos del 44.º Festival de la Canción de Sanremo interpretando «Il mare calmo della sera».

El tenor de fama mundial acaba de transmitir un poderoso mensaje que dejó atónitos a algunos de los más ricos e influyentes del planeta — y luego respaldó sus palabras con acciones. En una lujosa gala de etiqueta en Manhattan, rodeado de multimillonarios, copas de champán y egos lo suficientemente grandes como para llenar una sala de conciertos, Bocelli subió al escenario para aceptar un Premio a la Trayectoria. Pero en lugar de pronunciar el educado y predecible discurso que todos esperaban, la leyenda italiana habló desde el corazón.

Bocelli no agradeció el gesto a los patrocinadores, ni habló de la fama, ni ofreció un ensayado mensaje. En cambio, miró a un salón repleto de las personas más acaudaladas del mundo — incluyendo a Mark Zuckerberg y varios magnates de Wall Street — y declaró: “Si han sido bendecidos con riqueza, úsenla para bendecir a otros. Ningún hombre debería construir palacios mientras los niños no tienen hogar. Si tienen más de lo que necesitan, en realidad no les pertenece — le pertenece a aquellos en necesidad”.

El recinto entero quedó en silencio. Según testigos presenciales, Zuckerberg y otros multimillonarios de la tecnología permanecieron inmóviles — sin aplaudir, sin sonreír — guardando un silencio incómodo mientras las palabras de Bocelli resonaban en el salón. Por supuesto que no aplaudieron. La verdad incomoda. Porque Bocelli no hablaba desde la envidia — hablaba desde la responsabilidad.

Y no se detuvo en las palabras. Esa misma tarde, la Fundación Andrea Bocelli anunció una donación de 10 millones de dólares para construir escuelas, hospitales y viviendas en comunidades empobrecidas de África y el Mediterráneo — demostrando que la compasión no solo se canta, sino que se vive.

Mientras los multimillonarios persiguen el lujo y los aplausos, Bocelli le recordó al mundo que la verdadera grandeza no se mide por lo que acumulas — sino por lo que das. En una era donde la codicia se glamoriza y la generosidad se olvida, el maestro usó una vez más usó su voz — no solo para cantar, sino para despertar conciencias.

(Tomado del muro de Mariana Casas).

No hay comentarios: