Las tres claves de un modelo sanitario que hace aguas.
La tardía reacción de Ayuso.
Ribera Salud lo destapó
todo. La trama que Madrid lleva años negando ya tiene voz, cifras y
responsables.
1️⃣
ROMPER EL RELATO
Un CEO pidiendo más
listas de espera. Eso es lo que recogieron los audios de Pablo Gallart (Ribera
Salud) en el hospital público de Torrejón. Sin saber que estaba siendo grabado,
ordenó engordar demoras y evitar operaciones costosas para mejorar beneficios.
No fue un lapsus: fue un plan.
La consecuencia llegó
rápido. Quienes denunciaron estas prácticas fueron despedidos. Y el triaje se
modificó para degradar casos graves a leves, priorizando lo económico sobre lo
clínico. El modelo Aguirre, basado en incentivos privados dentro de hospitales
públicos, quedó expuesto.
Ayuso tardó 36 horas en
reaccionar: primero habló de contundencia, luego redujo la crisis a “rencillas
entre directivos”.
2️⃣
LA SOMBRA ALARGADA
Mientras Torrejón
estallaba, otro dato reventaba la confianza en la sanidad madrileña. Entre 2020
y 2024 Quirón cobró más de 5.000 millones de euros de la Comunidad de Madrid
(previstos 2.500).
El grupo que más factura
es, además, el que sostiene económicamente al novio de Ayuso, Alberto González
Amador. La justicia investiga sus negocios y la compra sospechosa de una empresa
a la esposa de un alto directivo de Quirón Prevención.
Por si fuera poco, la
consejera de Sanidad, Fátima Matute, pasó veinte años en Quirón y hoy reparte
desde su cargo contratos millonarios al mismo grupo. En su currículum oficial,
borró esas dos décadas.
3️⃣
UN SISTEMA QUE CASTIGA A LA MAYORÍA
Los datos no admiten
maquillaje estadístico. Madrid supera el millón de personas en lista de espera,
alrededor del 14% de la población. Una cifra histórica incluso descontando
pacientes desplazados.
Mientras los hospitales
públicos cierran por la tarde, los centros privados del modelo externalizado
citan a pacientes a cualquier hora para facturar sin freno.
El escándalo de Torrejón
confirma que este sistema no busca atender mejor, sino captar casos fáciles y derivar
los caros.
Feijóo ha pedido una
auditoría. Ayuso resiste. La oposición exige una comisión de investigación. Y
la ciudadanía ya ha salido varias veces a la calle porque entiende lo esencial:
cuando la salud se convierte en negocio, alguien paga la factura y nunca es la
empresa
(Spanish Revolution)

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