Edadismo, la enfermedad que silencia a nuestros mayores.
“ElPozo extratiernos” y
la asociación “Adopta un abuelo” se unen para luchar contra el edadismo, una
lacra social que margina a las personas que han superado los 65 años bajo la
premisa de que su edad les resta valor.
Son las miradas de la
experiencia, aquellas que solo nacen en los ojos que han visto lo suficiente
como para saber que siempre existe una solución por grave que sea el conflicto.
Y los consejos más sabios, porque los
tiempos habrán cambiado, la tecnología seguirá evolucionando, pero los
problemas reales a los que nos enfrentamos, los que nos roban horas de sueño,
siguen siendo los mismos rodeados de una carcasa algo más moderna. En
definitiva, es el conocimiento que se alcanza con el transcurrir de los años,
el mejor aliado para tomar perspectiva y entender qué es lo importante en la
vida. Son nuestros abuelos, socios de fechorías cuando somos pequeños y los
mejores cómplices cuando, ya de adultos, necesitamos escuchar algo tan sencillo
como que todo irá bien.
Ahora nuestros mayores
reclaman su sitio, un espacio que la sociedad parece haberles arrebatado
argumentando que su edad les resta valor. Unos años cumplidos que son su mayor
tesoro porque, gracias a ellos, ofrecen la cordura, la empatía y la
sensibilidad ante la realidad cotidiana que, en más de una ocasión, falta a los
jóvenes. Por todo ello, “ElPozo Extratiernos” y la asociación “Adopta un abuelo”
unen sus fuerzas para recordar que, los más seniors de nuestras casas, aún
tienen mucho que enseñarnos y aportar a nuestro día a día.
En pleno siglo XXI es
terrible constatar que, solo en España, muchas personas que han superado los 65
años viven solas, sin nadie que las visite. Pero es más dramático pensar que,
como sociedad, les hacemos sentir que su punto de vista ya no es importante,
que no tienen nada que decir en la toma de decisiones o que molestan porque ya
no son productivos.
Pero
ni hay nada más lejos de la realidad, ni hay nada que nuestros
mayores no sean capaces de aprender, ni existe ningún desafío que los jóvenes
afronten y que ellos no hayan tenido que superar. De hecho, solo hay que darse
una vuelta por la calle para descubrir que los niños siempre corren a los
brazos de sus abuelos, les piden opinión y no sueltan sus manos antes de cruzar
la calle porque, con ellos, siempre están seguros. Será que esta terrible
enfermedad, denominada edadismo, solo afecta a los adultos que olvidan toda la
sabiduría que se alcanza con cada año cumplido.
Un terrible mal social contra el que “ElPozo” decide sublevarse, colaborando con la asociación “Adopta un abuelo”, con una campaña con la que quieren hacer partícipes a sus clientes.
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