23 de abril. "España, mañana, será republicana".
Madrid, el 14 de abril de 1931. La gente se echó a la calle, como ese grupo subido a un camión, por Alcalá (Foto Efe).
El 14 de abril de 1931 España se deshizo de su rey, Alfonso XIII, derrotado moralmente en las elecciones municipales, celebradas dos días antes. Hace de ello 77 años. Todos los periódicos españoles hablaron entonces de la II República que había llegado casi de sorpresa. El periodo duró sólo cinco años, hasta que se habría otro periodo largo y cruel de guerra civil. La dictadura que siguió a ésta se mantuvo por cuarenta y siete años. Muerto el dictador, se volvió a la democracia, pero con el pacto implícito de los partidos de no reivindicar la República. De esta forma, llegaba la Transición en la que ningún político, ni de derechas ni de izquierdas, quiso mirar hacia atrás ni reivindicar la República.
Con aquel olvido, las huellas permanecieron y fueron más difíciles de borrar. Unión Cívica por la República aprobó recientemente un documento que dice: “La Transición fue el alambique en el que se destilaron miedos, prudencias, ingenuidades, pactos, injerencias, traiciones y ruindades. La monarquía ilegítima e impuesta por el dictador fue aceptada con muchas excepciones y se superó el trance pensando en las bondades de la Constitución futura, es decir, la que tenemos ahora”.
La democracia iniciada en 1977 aceptó al Rey pero siguió dando la espalda a la República. A lo sumo, se aceptó que el espíritu republicano podía convivir con la Corona. Pero ésta se impuso sobre aquélla y los republicanos siguen sosteniendo que España no será plenamente democrática hasta que no elija a su presidente de la República. “La Corona no es transparente –dice Manuel Muela, presidente del Centro de Investigaciones y Estudios Republicanos–. No publica sus cuentas. Antes o después, el sistema quebrará y se verá que es mejor no tener Rey”.
El Partido Comunista de España (PCE) convocaba el viernes pasado a una manifestación a favor de la IIIª República y mostraba su apoyo a las movilizaciones y actos que, durante este mes, tienen lugar a favor de la República. "Las banderas republicanas vuelven a florecer como cada primavera –expresaba el PCE–, aunque con más fuerza. En los últimos meses, el movimiento republicano ha dado nuevos pasos, empezando a elaborar un mensaje de futuro y asistiendo al movimiento político republicano más importante desde 1931. Una nueva generación, a la que no le tocó firmar una amnesia que dura ya tres décadas, empieza a recuperar la memoria y a plantear lo que entonces no estaba permitido”. En Madrid, la bandera tricolor abrió la marcha, encabezada con una pancarta: “Por la III República. No a la Constitución monárquica del 78”. Fueron sus cánticos más coreados: “España, mañana, será republicana” y los insistentes "¡Viva la República!”
Con aquel olvido, las huellas permanecieron y fueron más difíciles de borrar. Unión Cívica por la República aprobó recientemente un documento que dice: “La Transición fue el alambique en el que se destilaron miedos, prudencias, ingenuidades, pactos, injerencias, traiciones y ruindades. La monarquía ilegítima e impuesta por el dictador fue aceptada con muchas excepciones y se superó el trance pensando en las bondades de la Constitución futura, es decir, la que tenemos ahora”.
La democracia iniciada en 1977 aceptó al Rey pero siguió dando la espalda a la República. A lo sumo, se aceptó que el espíritu republicano podía convivir con la Corona. Pero ésta se impuso sobre aquélla y los republicanos siguen sosteniendo que España no será plenamente democrática hasta que no elija a su presidente de la República. “La Corona no es transparente –dice Manuel Muela, presidente del Centro de Investigaciones y Estudios Republicanos–. No publica sus cuentas. Antes o después, el sistema quebrará y se verá que es mejor no tener Rey”.
El Partido Comunista de España (PCE) convocaba el viernes pasado a una manifestación a favor de la IIIª República y mostraba su apoyo a las movilizaciones y actos que, durante este mes, tienen lugar a favor de la República. "Las banderas republicanas vuelven a florecer como cada primavera –expresaba el PCE–, aunque con más fuerza. En los últimos meses, el movimiento republicano ha dado nuevos pasos, empezando a elaborar un mensaje de futuro y asistiendo al movimiento político republicano más importante desde 1931. Una nueva generación, a la que no le tocó firmar una amnesia que dura ya tres décadas, empieza a recuperar la memoria y a plantear lo que entonces no estaba permitido”. En Madrid, la bandera tricolor abrió la marcha, encabezada con una pancarta: “Por la III República. No a la Constitución monárquica del 78”. Fueron sus cánticos más coreados: “España, mañana, será republicana” y los insistentes "¡Viva la República!”
Algunos se atreven a hablar de que el Rey es republicano y se empeñan en sostener la validez de la República coronada, lo que resulta estúpido y pueril, como lo es el círculo cuadrado. Incluso José Bono, presidente del Congreso de los Diputados y católico socialista, en su discurso de apertura de la IX legislatura, llegó a manifestar: “No ha nacido, ni se espera, el español que valga más que otro”. Lo que podría ser interpretado como una proclama republicana. Porque “la monarquía –según asegura Miquel Jordá Tarragó, presidente de la UCR– hace súbditos y eso ni es libertad ni igualdad”.
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