“Stanbrook”, el barco del exilio.
Los hijos del Capitán del "Stanbrook", Archibald Dickson, Arnold y Dorothea Dickson, lanzan flores al puerto de Alicante durante el acto homenaje a su padre, capitán del ultimo barco que salió de España con refugiados horas antes de que acabara la Guerra Civil. EFE
Durante la guerra civil, los puertos del Mediterráneo, especialmente, el de Alicante, se convierten en lugares desde donde miles de republicanos españoles pretenden exiliarse de España, escapando de las represalias franquistas. Tres días antes del final de la guerra, se registra un masivo embarco en el “Stanbrook”, un pequeño barco carbonero de 1.383 toneladas que, por motivos de seguridad, viaja con distintas banderas en tareas de abastecimiento de la zona republicana. El barco es fletado por la Federación Provincial Socialista de Alicante para organizar la evacuación final, encargándose Rodolfo Llopis (que se encontraba ya fuera de España) de todas las gestiones para la organización y financiación del viaje.
Con numerosos exiliados a bordo –se habla de 1.800 a casi 3.000, cuando su carga era sólo para 50 pasajeros–, el “Stanbrook” hace una singladura con rumbo a Orán, “navegando en zig-zag, por encima de la línea de flotación, recorriendo los 300 kilómetros que separan la costa española de la argelina, y arribando 26 horas más tarde al puerto de Orán”. Los primeros en desembarcar son mujeres, niños, enfermos y ancianos, pero el resto de exiliados tiene que sobrevivir durante cuarenta días más sin suministros de comidas ni bebidas, hasta que, por fin, se les autoriza el desembarco. Y el trato vejatorio recibido no es el de víctimas de los fascistas sino de criminales. El “Stanbrook” sigue después prestando servicio en la marina mercante hasta que, el 3 de diciembre de 1939, choca contra una mina o es alcanzado por un torpedo alemán, hundiéndose a la entrada del puerto de Amberes.
Setenta años más tarde, varios cientos de personas se congregan en el puerto de Alicante para recordar la salida del “Stanbrook”. En el puerto no hay placas ni monumentos que recuerden el sufrimiento de aquellos días. Junto a la dársena de la que partió entonces, hay ahora un puerto deportivo rodeado de cafeterías y “pubs” con karaoke. Y muy cerca, sobre el terreno donde se asentó el campo de concentración al que fueron a parar aquellos que no tuvieron sitio en el barco, se levantó, hace unos años, un centro comercial: el Plazamar 2.
Durante el pasado fin de semana, ante el olvido institucional, la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante conmemoró, por segundo año consecutivo, la odisea de los refugiados republicanos en los últimos días de la Guerra Civil. La manifestación partió desde la plaza de toros [otro de los puntos donde fueron retenidos los republicanos capturados] y concluyó en la plaza del Mar, antesala del puerto de Alicante. Hasta el año pasado, la Autoridad del Puerto, del PP, vetó a los manifestantes la entrada al recinto. Lo que provocó la censura y crítica de la organización. El escritor y periodista Enrique Cerdán Tato, miembro de la Comisión Cívica, rememoró a los miles de republicanos que se agolparon en el puerto de Alicante y arremetió contra la derecha que publica libros, ensalzando el golpe militar o negando a retirar el título de hijo adoptivo a Franco en Valencia.
Por unos días, la dársena se ha llenado de banderas republicanas y estuvieron presentes varios exiliados que viajaron en el barco y ciertas personalidades como Elena Aub, quien recordó cómo algunos, como su padre, Max Aub, “escribieron para no olvidar” e instó a reconstruir la historia “sin odio, pero sin olvido”. También estuvo Eligio Hernández, vicepresidente de la Fundación Juan Negrin; el nieto de José Giralt, ex ministro republicano de Marina; los hijos del capitán del “Stanbrook”, Arnold y Dorotea; el hispanista Ian Gibson quien pidió al Ayuntamiento de Alicante, gobernado por el PP, que permitiera la colocación de un monumento en el puerto, para “honrar dignamente a las víctimas”. Curiosamente, como indicó Cerdán Tato, se repitieron los mismos fenómenos meteorológicos que hace setenta años. El acto concluyó con una ofrenda de flores lanzadas al agua.
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El escolta de Castro. Capítulo V. Continuamos con las declaraciones de Juan R. Sánchez, al Canal 41 en Miami, FL, EEUU. El teniente coronel cubano habla del Interior del Punto 0 y de los donantes de sangre de Fidel en las crisis periódicas graves.