El Govern de Bauzá enchufó a 450 asesores ‘digitales’.
Del total de 2.087 políticos pagados en las islas
Baleares, 450 entraron a dedo con rango de asesores. Alberto Magro nos recuerda
en el “Diario de Mallorca” del lunes pasado que el presidente del Govern
Balear, José Ramón Bauzá, cuenta con un “escuadrón de 130 afines colocados” (64
en Sanidad, 66 en empresas públicas) y de 55 asesores “digitales” de lujo que
cobran cada uno de ellos un salario de 46.283 euros para arriba. Son asesores
que reciben “salarios hoy de lujo”, algunos con formación, pero también donde
“abunda la incompetencia curricular”. El periodista Magro empieza el recuento,
eligiendo dos casos recientes; el de la miss, secretaria personal del propio
Bauzá. “Una joven de currículum brillante para su edad (25), pero casi carente
de experiencia laboral, desnuda de formación de secretaria, y ajena al
imprescindible manejo exhaustivo del Govern que exige un cargo hasta hoy
siempre ocupado por pesos pesados con décadas de trayectoria. Se llama Verónica
Hernández, es periodista de carrera recién comenzada, y el público la conoce
por un mérito o fortuna que algunos afean como demérito: atesorar belleza
suficiente para lograr el título de Miss Balears (con el voto de Bauzá y otros
admiradores)”.
El segundo caso es “el enchufe” de Rafael Bosch
en la Consellería
de Economía. Se trata de un hombre al que Bauzá echó como conseller de
Educación por graves errores y ahora “se ha plegado a volver al redil y al
generoso pesebre de 46.283 euros más dietas que alimentarán sus cuentas a
cambio de aconsejar sobre una materia en la que es curricularmente
incompetente”. Hay igualmente de una consejera de Educación que dice saber de
la materia “lo que cualquiera”… El hueco que dejó Bosch como consejero de
Educación al ser “pateado” de su puesto por Bauzá, lo ocupa ahora Joana Camps,
“incompetente de definición académica”, como confesó ella misma en la toma de
posesión: “Sé de educación lo que cualquiera”. Pero la consejera explica que “no
hace falta saber de educación y cultura para llevar Educación y Cultura”.
Razonamiento que vale para toda una lista de nombramientos que van enlazando y
que salta del director general de Innovación y Desarrollo Tecnológico, al de la
directora general del SOIB, responsable máxima de formación para el mercado
laboral, al director general de Universidad, Investigación y Transferencia de
Conocimiento o al de Innovación y Formación Profesional… ¿Por qué ocupan sus
puestos todos ellos, entonces, si no estás cualificados?, se pregunta el diario
mallorquín, y se responde: “Pues para cobrar 46.283 euros y aportar
triplicidades de esas que Bauzá prometió eliminar”.
Pero la lista continúa con “Ana María Rodríguez,
aguerrida servidora que la emprendiera a collejas con un grupo de alumnos colado
en su despacho, purgada con Bosch en la remodelación de hace un mes, para ser
inmediatamente recolocada en Hacienda como asesora”. O con la consellera de
Familia, Sandra Fernández, “tan perfectamente preparada para el cargo que puede
permitirse el lujo de nombrar asesor a un absoluto incompetente en materia de
asuntos sociales: Rafael Nicolau, antiguo patrón mayor de la cofradía de
pescadores de Portocristo, jubilado hace unos meses, y desde ahora asesor
técnico de la conselleria de Familia”. “¿Qué aportará Nicolau?”, se pregunta
retóricamente el periodista, mientras recuerda los 46.283 euros que va a cobrar
el jubilado pescador. Y se contesta: “Pues el conocimiento de la tercera edad
que implica ser parte de ella. Aunque lo hará desde la distancia: el Govern le
permitirá que acuda a Palma solo de cuando en vez, mientras dedica su tiempo a
relacionarse (y buscar votos) entre jubilados de Manacor”. O con Manuela
Messeguer, directora del Institut de la
Dona , “que ha logrado un consenso sin par entre los
colectivos feministas, que coinciden en denunciar su incompetencia para un
cargo de 53.000 euros al año al que dedica solo el tiempo que le deja su puesto
de regidora de Sant Llorenç”. O con Rafael Oliver, el responsable del Consorcio
de Transportes de Mallorca, “un señor que perdió las elecciones en Algaida y
carece de experiencia de gestión. De hecho, su relación más estrecha con el
transporte es mirar los bajos de autobuses desde su puesto de inspector de la ITV ”. O con el nuevo asesor de
la nueva Consejera de Educación, Juan Domínguez, “un fiscalista que hasta ahora
se batía el cobre como asesor en la Consellería de Administraciones Públicas. Allí
estaba como pez en el agua, porque ha bebido euros de casi todas las fuentes
públicas: fue delegado de Matas, en Menorca, cargo del Consell y portavoz
insular, así que, al menos, podrá enseñar a su consellera a comunicar sus
méritos, en vez de confesar su incompetencia para el cargo”.
El listado de nombres y currículums continúa,
como dice el periodista Alberto Magro, especialmente difíciles de explicar bajo
un president que prometió durante la campaña “no convertir su Govern en una
agencia de contratación” y que se gasta en asesores 8,5 millones de euros
“dinero como para pagar 405.000 radiografías como la que se le negó a Alpha
Pam, el senegalés que murió de algo curable porque el Govern se puso austero
con él”.
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