Un guardia civil, acusado de provocar 19 incendios, en Madrid.
Enrique, el guardia civil detenido, sale del juzgado de Navalcarnero. camino de la prisión.
El primer incendio se localizó en Almorox, donde
ardieron 1.400
hectáreas ; después, en Navas del Rey. De nuevo, un foco
en Almorox, un fuego en Chapineria y una nueva reactivación del incendio en
Almorox. El Consejero de presidencia de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria,
anunció que se buscaba a un pirómano que habría arrojado papeles de cuaderno
ardiendo desde una pista forestal. Pero fueron sus propios compañeros de Protección de la Naturaleza , en
colaboración con las unidades de Seguridad Ciudadana pertenecientes a la Compañía de Getafe, los
que detuvieron al presunto autor.
El
primer siniestro que se le imputa ocurrió a las once de la mañana del 17 de
julio cuando aprovechó, supuestamente, una pista forestal para provocar un
fuego con seis focos. La rápida intervención de equipos terrestres y aéreos permitió
que fuera extinguido en una hora. En un solo día llegó a intentarlo hasta en
ocho ocasiones. Según fuentes de la investigación, aprovechaba cuando salía de
servicio o los días que tenía libre para
irse al monte y pegarle fuego. “Amontonaba unas hojas y les prendía fuego con
un mechero o una cerilla”, dicen las fuentes de la investigación. Los sucesos
provocaron una gran alarma entre los vecinos de la zona afectada, en la que se
reforzó la vigilancia de la
Guardia Civil , los agentes forestales y las policías locales.
Incluso fueron movilizados agentes a caballo y helicópteros del instituto
armado para apresarlo. Fue en el último incendio provocado el pasado jueves, 1
de agosto, cuando se le detuvo. Había
acudido a Pelayos de la Presa ,
donde un bombero y una mujer le vieron en las proximidades del incendio. El
arresto se produjo la noche del propio jueves, horas después del incendio. El
bombero y la mujer que estaban por la zona le identificaron en una fotografía y
así lo afirmaron en sus declaraciones. Los agentes del Seprona le arrestaron en
el cuartel y lo trasladaron a la
Comandancia de Madrid, en el municipio de Tres Cantos,
alejado del puesto en el que estaba destinado. Se confesó culpable y asumió
todos los cargos de que venía acusado. Según afirmó, sufría “un impulso
irrefrenable de hacer fuego ya desde pequeño” y este se había acrecentado en
los últimos días. Los investigadores no vieron necesario registrar su vivienda,
en la casa-cuartel.
El detenido nació en Melilla, está
soltero y es el único agente que pertenece al instituto armado de su familia.
Aprobó la oposición hace cuatro años e ingresó como guardia civil, en 2010. “Jamás
se nos habría ocurrido pensar que el de los incendios era un guardia civil”,
reconocía una mujer en la plaza del pueblo. La juez ordenó su ingreso en la
prisión de Estremera. En el atestado policial consta un informe médico hecho
tras su detención en el que se recoge que el presunto pirómano sufre algún
problema mental, tal vez de tipo depresivo por lo que es posible sea ingresado
por orden judicial a un centro psiquiátrico.
1 comentario:
La indefinición civico-militar- castrense del llamado cuerpo benemérito, produce monstruos cargados de rencor social. La supuesta piromanía de este sujeto es simple corrupción. Sus incendios son encargos de politicos agradecidos por las donaciones.
chiflos.
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