Un regalo a los bancos de casi 37.000 millones.
La banca es uno de los sectores cuyo comportamiento más indigna a los
ciudadanos por los desahucios y escándalos como las preferentes. Aparte de haber
cancelado sus pérdidas con los impuestos de todos los españoles, se han
subido los sueldos (un 10,6% de promedio desde el año 2008, mientras que el
salario medio estatal subió en esos mismos cinco años un 4,6%) hasta los 51.963
euros anuales de media, casi 28.000 euros más que el salario medio español.
Pues
bien, representantes del Estado anunciaban el viernes pasado –entre lutos y lloros
por el accidente ferroviario de Galicia– que daban por perdidas la mayoría de
las ayudas a la banca. El fondo de rescate admite que, en tres años, se han
perdido 36.000 millones de los 52.000 inyectados en las cajas nacionalizadas. Son
las cuentas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). En 2012, el
FROB tuvo unas pérdidas de 26.060 millones que se unen a los 10.557 millones de
2011 y a los 314 de 2010. Son 36.931 millones en total (y de momento).
“Hemos
enterrado –escribe Rosa María Artal – millones en Bankia, Novagalicia (NCG), Catalunya
Banc, Banco de Valencia, Caja España Ceiss y BMN (Banco Mare Nostrum). Fijaos, por cierto, en
la procedencia de estas entidades, en las comunidades autónomas o provincias en
las que se ha producido el fiasco. El País dice que 'son unas cifras similares a los recortes en Sanidad y en Educación, aunque, en realidad, los recortes en estas materias
fundamentales son todavía mayores. No hablemos de repagos. Infolibre recoge
algunas de las mentiras del Gobierno respecto a este gravísimo asunto. Rajoy,
de entrada, prometió en un debate electoral con Rubalcaba que no daría ‘ni un
solo euro de dinero público para el rescate de los bancos’. Ya presidente del
Gobierno, el 13 de junio de 2012, aseguraba solemne en el Congreso: ‘Es un
préstamo a la banca que pagará la banca’. Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta
y postulada como sucesora, al presentar con voz grave algunas de sus
‘reformas’, decía el 31 de agosto pasado que se hacían ‘con el objetivo básico
y fundamental de que no cueste un euro al contribuyente, [...] sin coste para
el contribuyente”.
El Gobierno de Rajoy insiste, sin ningún sonrojo,
en que el rescate bancario no supondrá coste para los ciudadanos y De Gindos,
ministro de Economía y competitividad, en que no habría “ni un solo euro” de
coste “para el erario público” en el rescate de la banca. Pero asociaciones de
consumidores alertan de que el coste del saneamiento del sistema bancario
recaerá directamente sobre el ciudadano. Así, la portavoz de OCU, Ileana
Izverniceanu de la Iglesia ,
declara que “no existe ni existirá saneamiento bancario en ningún país que, al
final, no recaiga sobre el contribuyente” y el caso español “no es diferente. Los
saneamientos, la mala praxis (preferentes, swap, etc) los paga siempre el
ciudadano. No nos extrañará si, en poco tiempo, se dice que el saneamiento
deberá ser mayor porque existen nuevas pérdidas que deben reconocerse”. Y el
presidente de Adicae, Manuel Pardos, confirma en que “finalmente todo va a
acabar sobre el contribuyente español” y recuerda que ya se ha producido,
además, “el expolio de las preferentes”.
¿Se puede mentir más
descaradamente?
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