Los viajes políticos de sus señorias.
El Congreso “no es un colegio”. Esa fue
la excusa del Grupo Parlamentario Popular, acostumbrado a justificar su postura
sobre el gasto de sus diputados. Alfonso Alonso, portavoz de los conservadores en la Cámara baja,
se mostró dispuesto a “estudiar posibilidades de mejora” de los diputados, pero sin poner a nadie “bajo
sospecha” y respetando su “libertad para ejercer sus funciones”. “Tengo que
confiar en la responsabilidad de los diputados –dijo– porque esto no es un
colegio”. No obstante, se mostró abierto a colaborar en la busca de una “fórmula
[de control] que respete la libertad de acción política” de los parlamentarios
y “que no ponga bajo sospecha a todos los diputados y senadores, porque es injusto”.
El presidente, Jesús Posada no es partidario de “controlar la actividad de
los diputados”. “No me parece que deba ser la Presidencia, ni
el Congreso, en general, el que haga ese control cuando se trata de actuaciones
políticas que se hacen desde cada partido”. Y se muestra reticente a que se ejerza un
control de los viajes por parte de la institución, considerando que “el sistema
mediante el cual los parlamentarios no tienen que justificar sus viajes ha
funcionado bastante bien” y que, el caso de Monago, sólo es un 'hecho anómalo'.
Por su parte, la Izquierda
Plural exige más “control y publicidad” de los ingresos de los parlamentarios. Y
varios grupos de la oposición piensan publicar los detalles de los
vuelos de sus miembros como ejemplo de lo que debería de hacer el Congreso. Es
el caso de UPyD
que, además de publicar la agenda de sus diputados, piensa detallar el destino,
el motivo del desplazamiento y el tipo de acto que se celebra en el lugar
correspondiente. Así lo hará, también, Joan Baldoví, diputado de Compromís-Equo.
José Luis Centella, secretario general del PCE, pide que no sólo se conozca lo
que ganan sino lo que gastan. En su opinión, esta opción debe regularse en el
Reglamento del Congreso, no desde cada grupo parlamentario. “Es el propio
Parlamento el que tiene que dar cuenta de en qué se gastan los presupuestos,
porque es dinero público, aunque cada grupo tiene que ser responsable y saber
dónde y en qué trabajan sus miembros”. Y Coscubiela, candidato por Iniciativa per Catalunya-Verds, defiende que “no se puede dejar la
transparencia a la discrecionalidad de cada diputado”,
abogando por “convencer” a Posada para que cambie el Reglamento del Congreso y
llene el “vacío” que se ha generado.
Esta semana, el PP y el
PSOE han llegado a un principio de acuerdo. Los dos
grupos mayoritarios son partidarios de que la Cámara publicite en su web el
número total de viajes que consigna cada grupo parlamentario siempre a
posteriori y con una periodicidad aún por determinar. Éstos son los dos
principales puntos de la propuesta que el martes se debatió en la reunión de la
Junta de Portavoces. Conservadores y socialistas han distribuido en tres
categorías los viajes que realizan sus señorías por territorial nacional: los institucionales, los habituales para ir a
y volver de sus respectivas circunscripciones y los estrictamente políticos.
Las nuevas normas sólo afectarán a estos últimos desplazamientos. La Cámara,
por su parte, tendrá que publicar
en su página web esos desplazamientos pero no de manera individualizada,
como habían pedido algunos partidos de la oposición, sino que dará a conocer el
número global de cada grupo parlamentario. Esta información siempre se dará una
vez realizados los viajes y con una periodicidad previsiblemente.
Algo es algo, se conforman los socialistas,
mientras el resto de la oposición sigue pensando que es algo que no basta y que
todo seguirá igual. Otra oportunidad perdida.
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