Pedro J. Ramírez, exdirector de El Mundo, es apartado definitivamente del periódico.
El exdirector de El Mundo, Pedro J. Ramírez.
El actual director de El Mundo, Casimiro García-Abadillo, amenazaba el
pasado viernes con dejar la dirección del periódico si Pedro J. Ramírez continuaba publicando en el mismo o seguía
vinculado a él. El ultimátum de García-Abadillo llegaba tras la durísima carta del
exdirector de El Mundo, publicada el 9 de noviembre contra él, en el mismo
diario y, posiblemente, vinculada a la que tenía previsto publicar
próximamente. Pero eran las redes las que recogían el pasado domingo el
artículo dominical de Pedro J. Ramírez, tras haber conseguido García-Abadillo que
el ex director no publicara más en sus páginas. En efecto, Unidad Editorial
pedía a Pedro J. Ramírez que abandonase su despacho y retirara su secretaria,
el coche y chófer asignados. El exdirector aclaraba que había cobrado 5, 3
millones por su destitución. Tras unos días de rifirrafe con la empresa,
Rizzoli comunicó al periodista que nunca más escribiría en el diario que
fundara hace 25 años y que no podia escribir en otro medio ni crear otra
cabecera hasta que transcurrieran quince meses.
“Esperemos que no se comporte como un despedido del metal. Se va con una
indemnización de 13 millones y otros 14 de plan de pensiones”, comentaron fuentes
de la empresa. “La empresa –reconocía Pedro J. Ramírez– considera que sigo
sujeto a un pacto de confidencialidad, pero yo creo que este asunto debe
dirimirse en los tribunales y en la opinión pública.
En el artículo, titulado “Carta de un arponero
ingenuo. El estafermo”, el periodista
que dirigió El Mundo cargaba contra Mariano Rajoy, tal vez con la mayor dureza
que haya usado nunca antes contra él. Le describía como un “estafermo”, por su
“falta de iniciativa” y “abulia existencial”; una “veleta manejada por el
viento”, en el que la función “ejecutiva” no existe; un “papamoscas de la
catedral de Burgos”. “Este es el Rajoy que nos gobierna: una veleta manejada
por el viento, un diapasón que reverbera sonidos externos, un gong sobre el que
golpea el mazo ajeno, un pelele en el torneo político que sirve en la misma
carambola de saco de las bofetadas y títere de cachiporra”, seguía diciendo. El
exdirector de El Mundo instaba a recordar “algo de provecho o algún destrozo
notorio que hiciera” Rajoy “como presidente de Diputación, ministro de esto y
de lo otro o vicetodo”. Para el ex director de El Mundo, el presidente
popular era “el hombre sin atributos de Musil, relator de una acción paralela
que nunca llega a ocurrir… Ese artefacto, ahí plantado como un guardia urbano
con sus guantes, su porra y su silbato, que cuando menos lo esperas te da una
leche por la espalda”.
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