El peligroso texto secreto de TiSA.
Acto contra el TTIP, el Ceta el Tisa, organizado por la Confederación de la Izquierda Europea Unida en Bruselas.
El domingo, más de 30.000 personas se concentraron en Munich en contra del TTIP y contra el acuerdo comercial entre EEUU y UE.
Grupo de manifestantes contra la cumbre de los siete países más ricos del mundo.
Grupo de manifestantes contra el TTIP
Cuanto más se examina el
contenido del Trade in Services Agreement (TiSA) que medio centenar de
países negocian a escondidas, más se comprende por qué esos
gobiernos pretenden que permanezca en secreto incluso cinco años después de su
entrada en vigor. El pacto secreto
TiSA quitará a los Estados el control digital de los datos de sus
ciudadanos. Los documentos confidenciales revelados por Wikileaks muestran que
50 países van a deslocalizar a través de las fronteras la información personal
de la ciudadanía, en aplicación de la doctrina neoliberal a los datos
informáticos, poniendo en peligro las garantías nacionales de su privacidad. El
acuerdo secreto prohíbe categóricamente cualquier restricción en el flujo de
datos personales de los ciudadanos a través de las fronteras. Esta deslocalización
de la información personal de los ciudadanos es peligrosa porque la
localización territorial de la información es, a menudo, imprescindible para
garantizar la privacidad de los datos digitales o incluso asegurar la libertad
de expresión, respetada en unos países y perseguida en otros. Los servicios
secretos occidentales conocen tan bien la importancia crucial de la localización
territorial de los datos que están permanentemente tratando de redirigir
estratégicamente el tráfico de Internet hacia naciones o jurisdicciones
amigas para asegurarse un acceso directo a esa información. Eso es lo que han
practicado las agencias
de inteligencia como la estadounidense NSA para desencadenar un espionaje masivo
de la ciudadanía, tal como reveló el exanalista de la CIA, Edward Snowden.
Precisamente por eso, el marco de normativas de la UE y de la OCDE sobre comercio electrónico permite a los países bloquear las transferencias de datos a otros países donde no hay suficientes garantías de respeto a la privacidad de la información personal. Pero el TiSA no da margen ninguno a ese tipo de restricciones, algo que entra en conflicto directo con los compromisos internacionales de muchos de los países que participan en la negociación secreta de ese acuerdo. Tanto es así que la eurodiputada Viviane Reding –exvicepresidenta de la Comisión y miembro de la Comisión de Comercio Internacional de la Eurocámara– ha reconocido al periódico italiano L’Espresso que “los auténticos desafíos se plantean en el capítulo de Comercio Electrónico, que también ha sido filtrado. El documento muestra que varios de los participantes en TiSA querrían socavar la privacidad de los datos con cláusulas multifunción, limitar la neutralidad de la Red con diversas excepciones y deshacer los estándares con exenciones universales de seguridad nacional”. No obstante, Reding sostiene que “por muchas puertas de atrás que intenten abrir nuestros socios, estoy decidida a cerrarlas todas. La protección de datos no es una barrera comercial, sino un derecho fundamental no negociable”. Al mismo tiempo, Iratxe García, jefa de la delegación de los socialistas españoles en el Europarlamento, aseguraba ayer que el PSOE no apoyará el informe que el miércoles votará el pleno de la cámara en Estrasburgo si este no incluye el rechazo explícito al mecanismo de blindaje de las multinacionales. Pero, el partido de los Socialistas y Demócratas Europeos (S&D) abrió la caja de los truenos el pasado jueves 28 de marzo, cuando respaldó con los votos de una decena de sus eurodiputados una enmienda al tratado que no incluía el rechazo al polémico mecanismo de blindaje ISDS, en lugar de respaldar otro texto que vetaba expresamente esta cláusula de protección de inversiones que anteriormente había criticado hasta la saciedad.
Precisamente por eso, el marco de normativas de la UE y de la OCDE sobre comercio electrónico permite a los países bloquear las transferencias de datos a otros países donde no hay suficientes garantías de respeto a la privacidad de la información personal. Pero el TiSA no da margen ninguno a ese tipo de restricciones, algo que entra en conflicto directo con los compromisos internacionales de muchos de los países que participan en la negociación secreta de ese acuerdo. Tanto es así que la eurodiputada Viviane Reding –exvicepresidenta de la Comisión y miembro de la Comisión de Comercio Internacional de la Eurocámara– ha reconocido al periódico italiano L’Espresso que “los auténticos desafíos se plantean en el capítulo de Comercio Electrónico, que también ha sido filtrado. El documento muestra que varios de los participantes en TiSA querrían socavar la privacidad de los datos con cláusulas multifunción, limitar la neutralidad de la Red con diversas excepciones y deshacer los estándares con exenciones universales de seguridad nacional”. No obstante, Reding sostiene que “por muchas puertas de atrás que intenten abrir nuestros socios, estoy decidida a cerrarlas todas. La protección de datos no es una barrera comercial, sino un derecho fundamental no negociable”. Al mismo tiempo, Iratxe García, jefa de la delegación de los socialistas españoles en el Europarlamento, aseguraba ayer que el PSOE no apoyará el informe que el miércoles votará el pleno de la cámara en Estrasburgo si este no incluye el rechazo explícito al mecanismo de blindaje de las multinacionales. Pero, el partido de los Socialistas y Demócratas Europeos (S&D) abrió la caja de los truenos el pasado jueves 28 de marzo, cuando respaldó con los votos de una decena de sus eurodiputados una enmienda al tratado que no incluía el rechazo al polémico mecanismo de blindaje ISDS, en lugar de respaldar otro texto que vetaba expresamente esta cláusula de protección de inversiones que anteriormente había criticado hasta la saciedad.
Por el momento, los gobiernos
implicados en la negociación secreta del TiSA son: Australia, Canada,
Chile, Colombia, Corea del Sur, Costa Rica, Estados Unidos, Hong Kong,
Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, México, Nueva Zelanda, Noruega,
Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Suiza, Taiwán, Turquía y la Comisión
Europea, en representación de los 28 países miembros de la UE, pese a ser un
organismo no electo por sufragio universal. Además, entre los socios hay tres paraísos
fiscales declarados, que participan activamente en la elaboración de los
artículos, especialmente Suiza. Los textos de la negociación secreta del
TiSA que ahora desvela Wikileaks muestran que lo que se pretende es eliminar
todos los controles y obstáculos para la liberalización global de los servicios
financieros, suprimiendo todo límite a sus instituciones y cualquier
restricción a sus productos innovadores, a pesar de que fueron
precisamente esos inventos financieros, como los derivados o los CDS (credit default swaps) –auténticas apuestas sobre
posibles quiebras–, los que generaron la burbuja bursátil
mundial que al estallar en 2007-2008 destruyó los fundamentos económicos de las
potencias occidentales y obligó al rescate de esas entidades
con cientos de miles de millones en fondos públicos.
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