Elefantes africanos (a la caza) y políticos independistas catalanes (en la cárcel)
Elefantes africanos.
Desde hace poco más de diez años,
los elefantes africanos se van extinguiendo debido a la caza furtiva. Cosa
distinta de lo que ocurre con los políticos, sobre todo con los políticos
independistas catalanes. Pero de ellos hablaremos más tarde, después de fijarnos
con los elefantes africanos. Porque, después de que un grupo de expertos haya
descubierto que el comercio europeo con marfil “antiguo” está impulsando la
matanza de elefantes al dar cobertura al marfil ilegal, la UE ha iniciado una
consulta pública pidiendo pruebas de ello. Si lo consigue, podrían prohibir por
completo la caza furtiva de estos paquidermos. Pero, si esto sigue siendo un
deporte y pasatiempo para banqueros, financieros, políticos furtivos o jefes de
Estado aburridos (como lo fue para el rey Juan Carlos), con los elefantes vamos
hacia su total extinción. Las imágenes conseguidas muestran a cazadores matando
a un centenar de elefantes al día, disparándoles desde helicópteros o
amputándoles parte de la cara mientras siguen con vida. Es algo divertido para
ellos, aunque sea cruel e intolerable. Y lo peor del caso es que los elefantes
parecen entender lo que les está pasando. Se pasan horas llorando por la muerte
de sus familiares. La única manera de salvarles es que se prohíba globalmente este
sangriento negocio, y el momento nunca ha estado tan cercano: EEUU y China ya
han aprobado la prohibición del marfil, Hong Kong parece decidido a eliminar
dicho comercio para 2021 y la UE acaba de suspender las exportaciones de
colmillos en bruto. Además, ahora están planeando más restricciones. Pero, lo
cierto es que, poco a poco, los estamos aniquilando con el comercio de
baratijas absurdas como sus colmillos. El equipo de Avaaz se ha asociado con la Universidad de Oxford y
con los principales investigadores de la vida salvaje para realizar una prueba
por radiocarbono que detecte la edad de la muestra. Lo que podría proporcionar
una prueba segura para obtener la prohibición de la caza que se necesita. La
consulta terminará en unas semanas. Quizás, desgraciadamente, cuando ya sea demasiado tarde. Se trata de un
trabajo innovador, justo lo que está pidiendo la UE en este momento, pero nadie
más se siente preparado para embarcarse en un proyecto tan ambicioso. Quizás no
sea demasiado tarde para recuperar el tiempo en el que había 25 millones de
elefantes vagando por África. Pero ahora, en una década, podríamos acabar con
toda la especie. Una terrible señal de lo desconectados que nos hallamos de la
naturaleza. ¡Con lo fácil que sería dar una vuelta a la situación y alejar a
los elefantes del borde del precipicio!
Elefante recién cazado y su
marfil, arrancado violentamente. Cada día muere en África un promedio de unos
96 elefantes.
Maria Luisa Tabares, periodista y
editora, sostiene que cada día mueren casi 100 elefantes en África y que
actualmente hay menos paquidermos de los que se pensaba. Un promedio de 30.000
mueren al año en este continente. Según un estudio, recién publicado en el
diario científico PeerJ, entre el año 2007 y el 2014, murieron unos 144.000
ejemplares, debido a la caza ilegal para obtener su marfil. Lo que indica que
la población de elefantes ha sido devastada mucho más de lo que previamente se estimaba y apenas sobreviven
un total de 352,271 de estos animales en el continente africano. Según esas
estadísticas, cada día mueren un promedio unos 96 elefantes en África. Las
cifras son alarmantes: se trata de una disminución del 30% de estos mamíferos
en un periodo de solo 7 años en 15 de los 18 países censados. “Lo que
descubrimos –declara Paul Allen, principal inversionista del censo y fundador
de Vulcan Inc., la empresa encargada de liderar el proyecto– es realmente
perturbador”. Durante los últimos dos años, 90 científicos y un equipo de 286
personas, lideradas por la organización Elephants Without Borders (EWB por sus
siglas en inglés), sobrevolaron 18 países de África para conducir el primer
gran conteo de elefantes. Y lo que encontraron fue mucho peor que lo que
imaginaban. “No podemos estimar con ninguna certeza el número de elefantes
previo al Gran Censo de Elefantes –reseña Mike Chase, el principal investigador
y fundador de EWB a Univisión Noticias–. El número de los estimados eran cifras
vagas, especulativas y desactualizadas. Por eso, con Paul Allen, su hermana
Jody y yo, desarrollamos e implementamos este enorme esfuerzo porque
necesitábamos desesperadamente esta información”. Mike Chase no exagera, pues
como ellos mismos lo explican, la información es poder y conocer la tasa actual
de mortalidad de elefantes (8% al año) es un dato del que depende la extinción
de esta importante especie. “Estamos experimentando la tasa de mortalidad de
elefantes más alta en la historia. De hecho, el 20% de los elefantes de África
podrían morir en los próximos 10 años si la caza ilegal continúa con la
velocidad actual”, advierte Allen.
Mike Chase, con Naledi, una cría
huérfana que salvaron durante el estudio.
Naledi es una cría que, con tan
solo seis semanas, quedó huérfana. Fue encontrada por un equipo que sobrevolaba
la jungla de Botswana mientras realizaba el primer Gran Censo de Elefantes y,
junto a ella, una realidad desalentadora. La historia de esta pequeña elefanta
representa la lucha de su especie por sobrevivir. La historia de Naledi es el
vivo ejemplo de que –como dice el lema del
censo– “cada elefante cuenta”. A través de producciones cinematográficas
inspiradas en los casos más emblemáticos, Naledi es una historia que marcó esta
investigación y se convirtió en documental para crear conciencia sobre el
tráfico de marfil y la grave situación que viven los ejemplares de su especie.
De acuerdo con Chase, los alarmantes números indican una situación cada vez más
precaria en la que la sobrevivencia de cada elefante es importante para salvar
la especie. Sin embargo, más allá de esa interpretación, cada mamífero cuenta
porque los investigadores creen firmemente en que “los datos son la clave para
resolver los desafíos más grandes del mundo”. Por esta misma razón Paul Allen
decidió invertir siete millones de dólares en este proyecto. “Es extremadamente
importante para nosotros conseguir los números correctos, para que los líderes
y políticos puedan decidir cómo intervenir realmente para proteger el área”,
señala Howard Frederick, uno de los encargados técnicos del conteo. Según
cifras estimadas retomadas en el estudio, antes de la colonización europea
había más de 20 millones de elefantes en África, de los que quedaron solo un
millón en los años 70. La ola de caza ilegal provocada en los 70 y 80 redujo
dramáticamente la población de estas especies. Para 1989 había unos 600.000
ejemplares. Desde 2005, cuando se disparó nuevamente la cacería debido al
tráfico de marfil, mueren un promedio de 30.000 elefantes al año. En algunos
casos, el conflicto armado en estas zonas, impidió obtener datos de tres
países. Namibia fue el único país con una población realmente importante de
elefantes que no fue parte del censo. En el 2015, se estimó que, en ese país,
habría 22.711 paquidermos. Al sumar ese número al total de 352,271 ofrece una
cifra general de 374,982 elefantes de sabana africanos. Son cifras que
pronostican que si la tasa de mortalidad actual continúa, en 9 años habrá menos
de 160.000 elefantes. En algunos países incluso significaría su extinción. Sin
embargo, para Chase todavía hay mucho por hacer. “Sería una situación
inimaginable para mí. Tengo que ser optimista de que, en el mundo, siempre
habrá elefantes. El punto del Gran Censo era hacer esa llamado para preservar y
proteger a los que nos quedan”, dijo a Univisión Noticias.
La caza se realizó en 18 países y
se encontraron 352.271 ejemplares a través de conteos aéreos.
El elefante es un animal que vive
entre 60 y 70 años. Su gestación alcanza los 22 meses. Un elefante necesita
hasta 550 libras (250 kg) de vegetación por día para alimentarse. Sus colmillos
crecen alrededor de 6 pulgadas (15 centímetros) por año. Pero su población se
ha reducido. El Gran Censo de Elefantes se realizó en 18 países y se
encontraron 352.271 ejemplares a través de conteos aéreos. La mayoría de los
desaparecidos han sido objeto de caza ilegal. 100.000 elefantes fueron cazados
y muertos entre 2010 y 2012. Una cacería ilegal en busca del marfil de sus
colmillos, siendo ésta la principal causa de su muerte. El marfil alcanza un
gran valor en el mercado negro. Su población se ha reducido drásticamente. En
1970, existía 1 millón de ejemplares. En
1980, la caza ilegal aumentó. En 2007, la población sufrió una dramática
reducción, muriendo 144.000 ejemplares. En 2025, si continúa la tasa de
mortalidad actual, la población será aproximadamente de 160.000 ejemplares.
Comisión Europea contra la caza furtiva y el
comercio de marfil en bruto. Elefantes ante el Kilimanjaro.
En “El caballo de Nietzsche”,
sección de Eldiairo.es, se hablaba el pasado 6 de enero de la Europa y el
‘lavado’ del marfil que extermina a los elefantes. “La última Convención sobre
el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres
(CITES) acordó pedir a los estados el cierre urgente de los mercados nacionales
de marfil como medida para proteger a los elefantes africanos, masacrados por
la demanda de ese codiciado material. Fue hace casi un año, en el pasado mes de
diciembre, pero la resolución no es vinculante y, a día de hoy, Europa sigue
siendo el territorio donde el marfil ‘se lava’ y se exporta legalmente a Asia.
Por este motivo la asociación Pro Wild Life lanzó una petición de firmas para
apoyar una carta enviada a la Comisión Europea y a los estados miembros”. Fue
dirigida a los comisarios europeos y a los gobiernos de los estados miembros de
la UE. En ella se pedía la prohibición sin demora de toda importación, exportación y comercio de marfil
en el territorio comunitario. Alertaba de que la UE “continúa constituyendo un
mercado activo” para el marfil existente desde antes de la convención y es
actualmente el mayor exportador a China y Hong Kong, con un incremento
“alarmante” de las exportaciones de marfil procesado en los últimos dos años.
China ha anunciado recientemente que cerrará su mercado de forma gradual desde
este año, y ahora la presión se centra en Hong Kong y en el previsible
incremento del mercado negro. Pro Wild Life denunciaba que “el comercio legal
hace posible el lavado de marfil de elefantes cazados ilegalmente. Dispara la
demanda y la corrupción. Además, los países de la UE se utilizan como países de
tránsito para contrabandear el marfil ilegal de elefantes cazados ilegalmente
en África y Asia. Recientemente se confiscaron grandes partidas para los países
de la UE. El marfil es el producto de animales salvajes que más se confisca”.
Una banda de traficantes de
marfil envenena a 23 elefantes, en Zimbabue.
Mientras aumenta la presión para
cerrar los mercados de marfil, hace pocos días un estudio publicado por The
Independent alertaba de que décadas de caza furtiva han alterado la genética de
los elefantes africanos, y muchos están naciendo sin colmillos. Según los
autores del estudio, en algunas zonas el 98% de las hembras no tienen
colmillos, cuando en condiciones normales ese porcentaje era de apenas entre el
2% y el 6%. En 1989. CITES, la Fundación Franz Weber, incluyó todas las
poblaciones de elefantes africanos en su Apéndice I y aprobó la prohibición del
comercio internacional de marfil. A partir de entonces los mercados cayeron y
el precio del marfil se devaluó, lo que supuso el fin de la crisis de la caza
furtiva que permitió la recuperación de las poblaciones de elefantes. No
obstante, las poblaciones de elefantes de cuatro países del sur de África
(Botsuana, Namibia, Sudáfrica y Zimbabue) fueron incluidas de nuevo en el
Apéndice II, con el propósito (pero no el único) de permitir dos “ventas únicas
y excepcionales” de marfil, procedente de las reservas de marfil de dichos
gobiernos y con origen en los decesos naturales de elefantes, a dos compradores:
Japón, en el año 1999, y Japón y China, en el año 2008. En la actualidad los
elefantes sufren un nuevo repunte de la caza furtiva: según datos oficiales,
entre 2010 y 2012 se mataron furtivamente 100.000 elefantes, y el último
estudio del Great Elephant Census (GEC) ha puesto de manifiesto una disminución
masiva de elefantes de sabana por la caza furtiva. El pasado mes de mayo, Kenia
quemó públicamente 105 toneladas de marfil, el 5% de las existencias mundiales,
los colmillos de 6.700 elefantes cazados ilegalmente. Fue un gesto simbólico
pero al que no se puede restar trascendencia, con el que terminó la cumbre de
The Giants Club para luchar contra la caza furtiva. La historia demuestra que
solo cerrando mercados, prohibiendo todo comercio de marfil, podremos tener una
oportunidad de salvar a las poblaciones de elefantes en África. Europa no puede
limitarse a culpar de la tragedia a los cazadores furtivos y a los compradores
del “oro blanco” mirando a otro lado mientras la mercancía pasa por su territorio.
Más
del 90% del marfil ilegal procede de matanzas recientes de elefantes.
El análisis de 231 colmillos de
elefante incautados ha confirmado lo que muchos sospechaban: el comercio
prohibido del marfil se nutre casi exclusivamente de animales asesinados en los
tres años anteriores –a veces incluso antes–
a su incautación. El estudio, el primero de este tipo, confirma la
expansión de la caza furtiva y niega que los colmillos procedan de las reservas
antiguas almacenadas por gobiernos corruptos. A pesar de los esfuerzos para
detener el comercio de marfil, la caza furtiva se lleva cada año el 8% de los
elefantes africanos, es decir, unos 96 ejemplares cada día. Esto se debe a la
creciente demanda en Asia de los colmillos y otros productos ilegales
procedentes de animales en peligro de extinción. En EE.UU. el comercio de
marfil se prohibió casi en su totalidad el pasado mes de junio, después de casi
26 años de prohibiciones internacionales, tras la caída en picado de las
poblaciones de estos mamíferos en los años 80. A pesar de estas restricciones,
se permitía la venta de marfil adquirido legalmente antes de 1976, incluidas
reliquias y piezas de anticuario. Dado que muchos comerciantes utilizan con
frecuencia esta cláusula para cubrir sus ventas, asegurando que sus mercancías
son más antiguas de lo que parecen, un equipo de científicos estadounidenses
analizó la edad del material incautado según leyes internacionales durante los
últimos años para averiguar cuándo y dónde los cazadores furtivos adquirieron
los colmillos. El estudio, publicado en PNAS, ha combinado la datación por
radiocarbono con análisis genéticos de los colmillos incautados y demuestra que
más del 90% de este material procede de matanzas recientes de elefantes. Según
el trabajo, los animales han sido asesinados, como mucho, tres años antes de
que sus colmillos hayan sido confiscados en el mercado ilegal. “Esto muestra
que el marfil se introduce en el sistema muy rápidamente. Algunos elefantes son
asesinados justo antes de que sus colmillos lleguen al carguero”, dice Kevin
Uno, coautor de la investigación y geoquímico en el Observatorio de la Tierra
Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (EE.UU.). Para el investigador,
este dato tiene grandes implicaciones para la estimación del número de
elefantes muertos.
Los exmiembros del Govern, Joaquín
Forn, Raül Romeva, Dolors Bassa, Jordi Turull, Josep Rull y Meritxell a su
llegada a la Audiencia Nacional.
Y mientras los elefantes
africanos se extinguen debido a la caza furtiva de los mismos, el número de
políticos independistas catalanes “perseguidos” y el de votantes que les
sostienen no deja de crecer. Cada acto de represión contra los mismos provoca
un aumento del número de votantes independistas. El último ejemplo que parece
confirmar esta regla es el registrado esta semana. El pasado jueves, 2 de
noviembre de 2017, la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, dictaba la
prisión incondicional para el vicepresidente cesado de la Generalitat, Oriol
Junqueras, y ocho consellers también cesados, “por su supuesta participación en
los delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos, durante
un proceso de dos años que culminó el pasado 27 de octubre con la Declaración
Unilateral de Independencia proclamada por el Parlament catalán”. Además de
Junqueras, ingresaron a prisión los exconsellers Jordi Turull (Presidencia),
Josep Rull (Territorio), Meritxell Borràs (Gobernación), Raül Romeva (Asuntos
Internacionales), Carles Mundó (Justicia), Dolors Bassa (Trabajo), Joaquim Forn
(Interior) y Santi Vila (Empresa). Lamela sostuvo en su auto que los miembros
del Govern “se valieron de la población” para alentar la insurrección pública,
y ejecutaron un “plan preconcebido” y organizado durante “más de dos años”,
donde incumplieron las resoluciones del Constitucional, actuaron a través de
movimientos populares hasta culminar con la declaración de independencia, con
la asunción de un cuerpo policial de 17.000 efectivos armados y su efectivo
“intimidatorio”. El fallo de esta insurrección pública, perseguida, alentada
por la Audiencia Nacional y bendecida y
alentada por el Gobierno del PP, es que los 'exconsellers' encarcelados por la
jueza Carmen Lamela podrán legalmente presentarse a las elecciones del 21 de
diciembre, incluso aunque permanecieran en la prisión hasta ese día.
Legalmente, no tienen limitado ninguno de sus derechos, en este caso el de
sufragio pasivo, es decir, el de ser elegible. Incluso, podrían tomar posesión
de su escaño en el mes de enero, aunque permanezcan entonces aún en prisión.
Ada Colau llamó a un 'frente
común' catalanista para la 'amnistía' y para 'parar el 155'.
El mismo jueves, nada más hacerse
público el encarcelamiento por parte de la jueza Lamela de ocho miembros del
Govern cesado, decretado por la juez de la Audiencia Nacional, Ada Colau ha
emitido un tuit en el que asegura que el de hoy es un “día negro para
Cataluña”. “El gobierno elegido democráticamente en las urnas, está en prisión
–declaró la alcaldesa de Barcelona en una declaración institucional leída desde
el consistorio–, así como los que se encuentran en Bélgica a la espera de una
orden internacional de detención –incluido el president Puigdemont–“forman el
gobierno catalán legítimamente escogido en las urnas” a pesar de haber sido “cesados”.
Dijo que “la decisión [de la jueza] solo se explica por el espíritu de
venganza”. Lamentó el ‘día negro para Catalunya’ que supone ‘el encarcelamiento
del Govern legítimamente elegido en las urnas’. E invitó a hacer “un frente
común para conseguir libertad presos políticos”. Asimismo, ordenó la colocación
de una pancarta en la fachada del consistorio, reclamando la “libertad de los
presos políticos” en alusión a los ex consellers cesados que han sido enviados
a prisión. Colau calificó la decisión de “despropósito jurídico” y de
“gravísimo error político” que “nos aleja de la solución”, algo que, a su
juicio, responde al objetivo de “espíritu de revancha” y de “humillar las
instituciones catalanas y a sus legítimos representantes”. Puigdemont mandó
desde Bruselas un mensaje en catalán: “El legítimo gobierno de Cataluña
encarcelado por sus ideas y por haber sido leales al mandato aprobado por el
Parlamento de Cataluña”. En un segundo mensaje, añadió: “El clan furioso del
155 nos quiere en prisión. El clamor sereno de los catalanes es de libertad”,
ilustrado con una fotografía de una concentración independentista. El
expresidente, Artur Mas comentó: “Cuanta más gasolina y leña se eche al fuego,
el fuego se hará mayor”. Jaume Colboni, líder municipal del PSC y y segundo
teniente de alcalde, aseguró que los encarcelamientos del vicepresidente del
Govern cesado, Oriol Junqueras, y otros consellers son “desproporcionados” y
alejan la solución al conflicto entre Catalunya y el resto de España. En un
mensaje en su cuenta de Twitter, Collboni expresó que el conflicto político “no
se solucionará en los juzgados”. Xavier Domènech, candidato de Catalunya en
Comú, expresó su contrariedad por la decisión de la Audiencia Nacional. “Lo
peor que podía pasar –dijo– ha sucedido. Hará falta firmeza e inteligencia para
superar este momento. Amnistía ya”. Joan Mena, diputado en el Congreso y
exdiputado en el Parlament catalán, sugirió un frente común ante la escalada
del conflicto y evitar el partidismo: “Hoy no hay casas políticas. Vamos a una.
¡Barbaridad! Toda la solidaridad con los consellers. No hay normalidad con
presos políticos. Amnistía”.
El ayuntamiento de Barcelona colgó una pancarta en solidaridad con los políticos del gobierno que fueron encarcelados.
Xavier Trias, exalcalde y líder
del grupo Demòcrata, reaccionó rápidamente a la noticia a través de la misma
red social. “Un Estado que encarcela personas decentes –escribió– es un Estado
indecente. Todo el afecto y solidaridad a los miembros del Govern que hoy
envían a prisión”. El PP señala que los políticos independentistas encarcelados
“estaban advertidos” y que “el que lo hace la paga”. Para los dirigentes
populares todo esto se convirtió en la
crónica de un auto anunciado, y señalaron que “estaban advertidos de que
estaban cometiendo ilegalidades” y que “como todo el mundo en este país, tarde
o temprano el que lo hace la paga”. La vicesecretaria de Estudios y programas
del PP, Andrea Levy, declaró que “si se hubiera actuado dentro de la normalidad
democrática no se hubiera llegado a esta situación”. Fuentes del PP recordaron
que los políticos encarcelados ya habían sido avisados que estaban cometiendo
ilegalidades por los letrados del Parlament y por el Consell de Garanties
Estatutàries de Catalunya. El presidente del PP de Cataluña, Xavier García
Albiol, afirmó que “no es agradable” que se envíe a alguien a la cárcel, pero
destacó: “Siempre hemos dicho que respetamos la decisión de los jueces y el
ámbito de la Justicia es paralelo y no se cruza en ningún momento con las
decisiones políticas”. Ciudadanos culpa a Puigdemont de empujar a su Govern a
prisión. “En este país las leyes se aplican aunque te llames Junqueras o
Forcadell porque todos los ciudadanos somos iguales ante la ley. Ojalá no
hubiésemos llegado a esta situación”. El líder de Podemos, Pablo Iglesias,
valoró con dureza la sentencia judicial y se unió a la reivindicación de la
alcaldesa para la puesta en libertad de los miembros del Govern cesado y los
‘Jordis’ de las entidades soberanistas. “Me avergüenza –dijo– que, en mi país,
se encarcele a opositores. No queremos la independencia de Catalunya pero hoy
decimos: libertad presos políticos”. Incluso el PSC tachó de “desproporcionada”
la prisión de Junqueras y siete 'exconsellers'. Subrayó que el partido acata
las resoluciones judiciales, remarcando que, como ocurrió con los cabecillas de
ANC y Òmnium, no comparte la medida cautelar. Y Jordi Evole escribió: “Hay que
ser extremadamente irresponsable para pensar que con ingresos en prisión van a
solucionar esto. Qué desastre. Qué mal todo”. Dani Mateo: Todos a la cárcel. Un
parche mal puesto. Tenemos independentismo para rato... Pero vamos, que una
sorpresa no es”. Y José Corbacho: “De mal en peor. Hasta que no cambiemos el
guión y a algunos actores principales es imposible que esta película acabe
bien”.
Carles Puigdemont.
David Torres, en su artículo
“Catalanes por el mundo: hoy, Bruselas”, publicado en Público, sostiene que,
“aunque Andy Warhol decía que, en un futuro no muy lejano, todo el mundo
tendría derecho a quince minutos de fama, hay que reconocer que a Puigdemont se
le está yendo un poco la mano. “La atención del mundo entero –la cual no ha
cejado de orbitar alrededor de su flequillo desde hace más de un mes– se
concentró el pasado martes en Bruselas, donde ofreció un concierto en el Club
de Prensa a falta de una sede oficial. Viajó acompañado de un séquito de cinco
músicos de su ejecutiva pero, en el último momento, el cantante se decantó por
una velada acústica y políglota donde desgranó algunos de los grandes éxitos de
su breve carrera. Unos cuantos fans despistados lo recibieron en la puerta con
gritos de ‘¡Viva España!’ mientras un crítico especializado titulaba su reseña
con este alarmante titular: ‘Más dura será la caída’. Ahora se advierte
claramente el peligro de concederle el Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan.
Las tentativas de Puigdemont para que lo tomen en serio chocan frontalmente con
las iniciativas de Puigdemont para que se lo tomen a broma. Ambas conviven en
su interior como la máscara llorosa de la tragedia y la careta sonriente de la
comedia, como si cada vez que se coloca ante un micrófono su mano izquierda y
su mano derecha empezaran a pelearse al estilo de los nudillos tatuados de
Robert Mitchum en La noche del cazador. Una mano le susurraba que declarara la
independencia y la otra mano le aconsejaba que la suspendiera. Una mano le
sugería que convocara elecciones y otra mano le asesoraba que mejor no, mejor
dejarlo para otro día. Con tanta prestidigitación y tanto cambio de cubilete,
por último Puigdemont ha decidido hacer caso a sus extremidades inferiores:
pies para qué os quiero (…) Y mientras el president a la fuga aceptaba los
comicios convocados desde Madrid, la CUP convocó una ‘paella masiva insumisa’
para hundir la fiesta electoral, aunque en seguida tuvo que retractarse de la
españolada y proponer una alternativa con butifarra y fuet, lo cual ha
molestado sobremanera a los veganos. Sobre la incipiente república catalana
planea la sombra de aquella frase probablemente apócrifa de Churchill, cuando
le dijo a un representante del gobierno irlandés: ‘Nuestra situación es
desesperada, pero no es seria. En cambio, la suya no es seria, pero es
desesperada’. Ante tamaño esperpento, cabe formularse la pregunta clásica: Cui
bono. ¿A quién beneficia este ridículo internacional, esta charlotada que echa
por tierra, quizá durante decenios, las genuinas ansias de independencia de
millones de catalanes? La respuesta no está en el viento, como cantaba Bob
Dylan, sino en la barba irredenta de Mariano que, gracias a este triste espectáculo,
amenaza con seguir plantada en La Moncloa muchos años. Sin duda hay muchas
cosas que los independentistas catalanes de corazón no le perdonarán jamás a
Puigdemont; personalmente, yo nunca podré olvidar que consiguiera que Mariano
parezca un estadista”.
Ilustración de Ramòn Arias.
Bajo el título: ‘Y todo eso,
¿quién lo paga?’, escribe Enric Sopena en El Plural.com: “La espantá de
Puigdemont dejando en la estacada a partidos propios y afines, y estupefacta a
la ciudadanía a la que animó a abrazar su causa, ha alcanzado caracteres de
opereta en este descabellado episodio belga que está protagonizando. Acaso, el
expresident se animó a trasladarse a Bruselas al contar con la invitación de
Teo Francken, secretario de Estado de Migración y Asilo belga y diputado por
Nueva Alianza Flamenca, independentista, xenófobo, homófobo, y simpatizante de
la derecha extrema. Un amigo como para no perdérselo. Pero no todos los
miembros del Gobierno de Bélgica lo recibieron igual: “No quiero prejuzgar
nada. Pero cuando uno declara la independencia, es mejor quedarse cerca de su
pueblo”, opinó lleno de razón el viceprimer ministro, Kris Peeters. No parece
que esa sea la intención del expresident de la Generalitat. En rueda de prensa,
primero mostró públicamente y en tres idiomas su desconfianza hacia el Gobierno
de Rajoy Brey (al que tildó de violento y agresivo), hacia los partidos no
independentistas y hacia la Justicia. Consideró también que no existían
garantías, especialmente para él, para volver a casa; estuvo de acuerdo con la
celebración de elecciones autonómicas el 21 de diciembre y, sobre todo, animó a
los cargos de responsabilidad en la Administración catalana a permanecer en sus
puestos. A los ciudadanos que defendieron las urnas en la famosa jornada del
1-0 les pidió mantener su rechazo ante la aplicación en Cataluña del artículo
155 de la Constitución. Un valiente alegato cuando uno da órdenes desde la distancia.
Permanece la incógnita de si el hasta hace poco representante de todos los
catalanes retornará a su república, pedirá finalmente asilo, o montará un
Gobierno provisional en el exilio con los exconsellers que le acompañan. Y, por
otra parte, ¿todo esto quién lo paga? En cualquier caso, Puigdemont debe
tentarse los machos. La juez Lamela lo ha citado a comparecer el jueves ante su
juzgado en la Audiencia Nacional. Debería acudir al llamamiento de la Justicia
porque de no hacerlo, lo cuente en las lenguas que lo cuente, eso tiene una
traducción clara: se llama fugarse. Y aparte de las posibles consecuencias
penales, está muy feo, señor Puigdemont”.
Fotomontajes del momento:
–Mi abuela
habla catalán.
–Cuquetas.
–Déjalo Mariano.
–Cruquelles.
–Basta.
@quikolo777
— Mira, Junqueras y siete
exconsellers a prisión
— Ya era hora de que alguien
pagara por los casos: Púnica, Auditorio, Gürtel, Lezo,Taula...
@Fairlane4
Rajoy,
montado en el triciclo 155.
Sáenz de Santamaría asume
la presidencia de Cataluña…
Santamaría tiene ya más cargos que los imputados
de la Gürtel. Anacleto Bob Estropajo.
Puigdemont, acuchillado.
Inés Arrimada, del C's: “No vamos a permitir que
nos rompáis el corazón”.
Comentando el procès con Berlanga.
El humor de esta semana: El Roto, Forges, Peridis, Vergara,
Manel F, Pat, ctxt, Ferreres, Pedripol, Tueldús…
Desbocada.
Hoy, distendemos.
Pep Roig, desde Mallorca: Comparativa, Dentro de la
legalidad, El pecado de opinar, Tiempo de miedos, Lo establecido, Moda,
Precaución, que vienen curvas…
Los vídeos de esta semana. Great Elephant Census: Counting Africa's Elephants Puigdemont missing -¿Qué pasará si no comparece ante la Justicia? Primeras reacciones a la prisión incondicional para Junqueras y otros siete exconsellers Rueda de prensa de Ada Colau sobre el ingreso a prisión de Oriol Junqueras y compañía Puigdemont y los líderes Flamencos Los Morancos (Parodia) LATE MOTIV - Monólogo de Andreu Buenafuente. 'Cosas chungas' | #LateMotiv296
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