Una treintena de ONG denuncia el encierro de migrantes en una cárcel.
La improvisada conversión de la
malagueña cárcel de Archidona en un Centro de Internamiento de Extranjeros
(CIE) provisional para recluir a casi 500 migrantes de origen argelino pone de
relieve la situación de desatención que sufren quienes llegan a las costas
españolas tras una traumática travesía por el Mediterráneo. Desde el pasado
lunes, un total de 497 migrantes procedentes de Argelia están recluidos en el
Centro Penitenciario Málaga I, sin agua potable, teléfono ni equipos de
asistencia. Una treintena de organizaciones sociales presentaron una queja al
Defensor del Pueblo contra el encierro de
migrantes llevados por fuerza a esta nueva cárcel aún sin inaugurar. Las ONG
pidieron a Francisco Fernández
Marugán, político y economista español
del PSOE que, desde el 20 de julio de este año es Defensor del Pueblo en
funciones, que exija al Gobierno “la inmediata puesta en libertad de las personas
extranjeras” internadas en este centro penitenciario. El traslado de los
migrantes a la prisión “no cumple los requisitos de nuestra legislación”. Entre
las organizaciones firmantes se encuentran Andalucía Acoge, Coordinadora de
Barrios, Médicos del Mundo, Caminando Fronteras, la Asociación Pro Derechos
Humanos de Andalucía, Red Jurídica o Sos Racismo.
Desde el Ministerio del Interior se
habla de la prisión de Málaga II como una suerte de CIE temporal, debido al
“colapso” de los centros de internamiento existentes en el Estado español. Sin
embargo, las ONG recuerdan que “los centros de internamiento de extranjeros son
establecimientos públicos de carácter no penitenciario”, en base a la Ley de
Extranjería. “El legislador español ha procurado crear un régimen de privación
de libertad privilegiado y diferenciado del régimen penitenciario, por tratarse
de una infracción administrativa la cometida por el extranjero, no de una sanción
penal”, argumenta la queja. Y solo en ciertos casos de emergencia “permite
habilitar centros de internamiento de extranjeros temporales o provisionales”.
“La falta de capacidad de las
instalaciones de la Región, actualmente ocupadas por personas procedentes de
otros procesos migratorios y, aunque hay algunas plazas libres, se ha optado
por no colapsarlo con esta afluencia masiva de inmigrantes ilegales”, afirmó el
delegado del Gobierno en Murcia, Francisco Bernabé. En esta línea, las ONG que
participan en la campaña 'Territorio Libre de CIE' critican que “los actuales
centros de internamiento son, en la práctica, cárceles sin los mínimos
requisitos, pero internarlos directamente en centros penitenciarios es
inaceptable”. Este hecho “supone dar un paso más en la criminalización de la
población inmigrante”.
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