La España ultra volvió a estallar en Colón.
Banderas españolas en Colón.
Rosa María Artá escribía
el pasado viernes bajo este título un interesante artículo en Eldiario.es. “Los
cimientos podridos de España -recordaba- vuelven a crujir. Los que nunca se
resolvieron porque siempre se tapan. La
derecha española pretende estallar en la Plaza de Colón de Madrid, haciendo lo
que mejor sabe hacer: bombardear cualquier camino que no pase por su uso y
abuso del poder. Es una de las patas de
este conflicto eterno de la España infecta. El principal, pero no el único. No
es nuevo, siglos llevan clamando los progresistas españoles por una
regeneración que no llega y que, por enquistada, cada vez nos hunde más…La
derecha española no sabe ni quiere hablar, no quiere resolver conflictos. Quiere
el poder a cualquier precio. Y Pablo Casado lo está demostrando, con la ayuda
de las otras dos alas similares que se fueron desgajando: Ciudadanos y Vox. Los
tres indistinguibles en la ultraderecha. Y con un potente ejército mediático
que redobló su fuerza –no sin subvenciones de dinero público en eufemísticas
entregas- durante el mandato de Rajoy… El añorado Mariano Rajoy y su PP entero
pusieron la proa a Rodríguez Zapatero desde el mismo 14 de marzo de 2004 cuando
ganó las elecciones. Consideraron su gobierno ilegítimo. Igual que los
muchachos y muchachas de Casado y Rivera al de Pedro Sánchez. Llamó a Zapatero acomplejado, agitador,
ambiguo, antojadizo, aprendiz de brujo, bobo solemne, chisgarabís, cobarde,
débil, frívolo, grotesco, hooligan, impreciso, imprudente, incapaz,
inconsecuente, indigno, inestable, inexperto, insensato, insolvente,
irresponsable, maniobrero, manipulador, mentiroso, oscuro, perdedor complacido,
radical, rastrero, sectario, taimado, traidor, turbio, veleidoso y zafio.
Casado ha incorporado al acerbo “felón” que suena a vasallaje si es que tamaño
inculto sabe su significado. Rajoy, los obispos y la ultraderecha, entonces
menos visible, le montaron al gobierno Zapatero una docena de manifestaciones,
le frieron a preguntas en el Congreso sobre la política antiterrorista, para
dificultar su trabajo. 215 de una
tacada, un 19 de abril ya del mismo 2004, basadas en la Teoría de la
Conspiración inventada por El Mundo. Llenaron la Plaza de Colón de Madrid
varias veces, con banderas y autobuses pagados -¿con el dinero de todos?-.
Casado también invita, costeando el viaje a quien quiera venir a Madrid. Dinero
no les falta….
“Moncloa anuncia que Pedro Sánchez visitará en
breve la tumba de Antonio Machado en Coilluore, Francia, adonde le llevó el
exilio de la España franquista. El mejor tributo sería luchar por aquellos
españoles que él veía, los eternamente olvidados. A veces imagino a Machado, volviendo a decir:
‘Ya hay un español que quiere/ vivir y a vivir empieza,/ entre una España que
muere/ y otra España que bosteza’. Lo escribió hace más de un siglo. Y no hay
uno, sino muchos españoles así. Ocultos
tras ese manto de caspa fétida que parece impregnarlo todo. E inmensamente
hartos”.
Enric Sopena denuncia las
“Mentiras a todo trapo en la plaza Colón” y advierte que fue una respuesta a la
pérdida del poder e influencia de la derecha. “Entre las barbaridades que se
dijeron, me quedo con la frase de Pablo Casado, ‘hoy empieza la Reconquista’;
con la imagen de Albert Rivera en el estrado no lejos de la derecha más cerril;
con la figura inquietante de Santiago Abascal a quien empujaba, discreta pero
tajantemente, un edecán del PP, ayudado por el forzudo vicesecretario de
organización de los populares, Javier Maroto. Había que evitar a toda costa que
el líder de Vox se colocara hombro con hombro con el presidente del PP”. Para
Sopena fue “una respuesta a la pérdida del poder e influencia de la derecha,
tras la moción de censura contra Mariano Rajoy Brey. Todo un desprecio al juego
democrático”.
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