Martínez-Almeida paraliza el expediente del Memorial del cementerio de la Almudena, por molestarle sus nombres propios.
El Ayuntamiento manda
arrancar las placas con los nombres de unas 3.000 víctimas del franquismo.
El Ayuntamiento de José
Luis Martínez-Almeida comenzó a retirar las placas del Memorial del Cementerio
de la Almudena de Madrid que reconocían a 2.937 personas ejecutadas por el
franquismo entre 1939 y 1944. El nuevo equipo de Gobierno ha querido revertir
este monumento del gobierno de Manuela Carmena para establecer un nuevo
memorial sin nombres y que amplíe el homenaje a todas las víctimas de la Guerra
Civil y la dictadura entre los años 1936 y 1944. Ramón Silva, el concejal
socialista en el Ayuntamiento de Madrid llamó “miserables” a PP y Cs por el “ataque
institucional” perpetrado por el gobierno gracias a la ultradererecha”. Silva lanzó
al presidente del Pleno, Borja Fanjul, por lo ocurrido hace unos días, al poner
en marcha el particular “damnatio memoriae” (“condena de la memoria”), una
práctica de la antigua Roma consistente en condenar el recuerdo de un enemigo
del Estado tras su muerte. El Gobierno municipal explicó que retiró las placas
para “unificar el reconocimiento a las víctimas de ambos bandos”. Y que hay que
“honrar a todas las victimas del periodo bélico para evitar nuevos agravios”.
Sin embargo, en la placa se rememora a los fusilados entre 1939 y 1945 de la
dictadura franquista, cuando la guerra ya había acabado y no existía 'otro
bando'.
Para Almeida, el Memorial
de la Almudena tiene que ser un acto “de encuentro” y no “sectario y de
revancha”. Y, en el momento en que los operarios retiraban las placas, el
alcalde de Madrid, preguntado específicamente sobre la posición del actual
consistorio sobre el callejero, señaló: “A mí la gente de Carmena me llama
'Martínez, el derribos', así que supongo que están pensando que sí estamos
revirtiendo sus decisiones”. Martínez-Almeida destacó que no había que “destruirlo
ni que cambiar todo” lo que había hecho el anterior equipo de Gobierno, pero
alegó que no habían tenido ningún problema en revertir aquellas decisiones
perjudiciales. “En estos momentos -añadió-, mientras no se derogue la Ley de
Memoria Histórica, habrá que aplicarla. El 'popular' diferenció, no obstante,
sobre “las calles que están bien cambiadas en esa desafortunadísima ley” y
otras “que deberíamos poder cambiar” porque no se cumple con la legalidad.
A juicio del alcalde, el
memorial debe estar dedicado “a las personas que perdieron la vida de forma
violenta” y no a las 2.934 personas republicanas que fueron ejecutadas en la
capital, entre 1939 y 1944. La posición del Ayuntamiento es que hay que “honrar
a todas las victimas del periodo bélico para evitar nuevos agravios”. Sin
embargo, en la placa se rememora a los fusilados entre 1939 y 1945 de la
dictadura franquista, cuando ya la guerra ya había acabado y no existía “otro
bando”. El portavoz de la asociación Memoria y Libertad Tomás Montero explica
que estaban esperando que comenzara este proceso, que ya habían anunciado desde
el Consistorio, a pesar de que ningún miembro del equipo del Gobierno municipal
se haya puesto en contacto con los familiares de las víctimas de la represión
para comunicarles qué iba a pasar con el memorial. Desde la entidad, denuncian
la gravedad del asunto y no se muestran conformes con la instalación de un
monumento que no diferencie a las víctimas por periodos históricos ni las
reconozca por su nombre. La Asociación Memorialista Ranz Orosas ha presentado
ante la Fiscalía del Estado una denuncia por prevaricación del Ayuntamiento por
este caso.
Varias decenas de
memorialistas, convocados por la recién creada Plataforma en Defensa del
Memorial del cementerio del Este de Madrid, se han presentado frente al
Ayuntamiento con el sonoro grito de “No pasarán” y han leído un comunicado
respaldado por las asociaciones memorialistas para rechazar cualquier “resignificación
del monumento”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario