Decir genocidio.
Así titula Juanlu Sánchez
en ‘Al Día’, al criticar a Israel por la ocupación de Palestina negándola de es
antisemitismo. “Definir su masacre en Gaza como ‘genocidio’ no es un delito de
odio contra el pueblo judío. Esas dos obviedades han sido cuestionadas durante
décadas, y lo hemos sufrido muy directamente los periodistas, activistas y
políticos críticos con los abusos israelíes. Ahora esas dos obviedades quedan
desacreditadas por una sentencia judicial que crea jurisprudencia porque es del
Tribunal Supremo: la Sala de lo Penal ha tumbado dos denuncias contra Ione
Belarra por sus primeras declaraciones al inicio de la actual operación militar
en Gaza, que calificó de ‘genocidio planificado’. El PP le pidió la dimisión
por ‘antisemitismo’ y Aznar insistió ayer mismo en vincular la crítica a Israel
con el odio a los judíos. Pero dice el Supremo, nada sospechoso de ser un
tribunal progresista: ‘Las críticas a la acción militar no pueden ser
calificadas de antisemitas o como discursos de odio simplemente porque tengan
como destinatario al gobierno de Israel’. A ver si les entra en la cabeza.
Y, a continuación, añade:
“En todo caso, hay algo que a Benjamin Netanyahu le preocupa hoy mucho más que
lo que piensen el Tribunal Supremo o la izquierda española: el fiscal de la
Corte Penal Internacional ha pedido una orden de arresto contra él y contra su
ministro de Defensa por crímenes de guerra en Gaza. También contra líderes de
Hamás. Es la primera vez que la fiscalía de este Tribunal Penal Internacional
pide una orden de detención contra el líder de un país aliado de Occidente.
Olga Rodríguez analiza la repercusión que puede tener”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario