Salvemos los elefantes del Okavango.
Thomas Muronga, líder de
Kapinga Kamwalye, una reserva comunitaria del Okavango, muestra en Avaaz su
consternación por una petrolera canadiense que está destruyendo el territorio del
delta del Okavango, el edén escondido de África. Es el hogar de la mayor
población de elefantes que queda en el continente africano y corre un peligro
inminente por la codicia corporativa del ministro de Medio Ambiente y Turismo. Una
decisión que deberían haber tomado hace tiempo y, con la suficiente presión
internacional, podría revocar el permiso de perforación de ReconAfrica.
La compañía de gas y
petróleo canadiense, intentó comprar el silencio de Thomás con sobornos y una
oferta de empleo. “Pero mi pueblo y yo estamos hartos de la corrupción y no
callaremos mientras esta enorme empresa petrolera amenace nuestra vida,
nuestros derechos y aboque a la fauna salvaje a la extinción. En la tierra de
nuestros ancestros hemos protegido algunos animales emblemáticos, como leones y
jirafas, pero los elefantes africanos, que en su día alcanzaron los 26 millones
en el continente, hoy son menos de 450.000. ReconAfrica supone una amenaza para
el futuro de la población de elefantes más grande que queda en África, que
apenas supera los 130.000 individuos, para quienes el Okavango es su hogar. ¿Te
imaginas que desaparecieran?”
En junio de 2022, la
comunidad se unió al Fondo para la Justicia Económica y Social, un grupo de la
sociedad civil creado para combatir la corrupción y defender los derechos de la
ciudadanía de Namibia. Presentó un recurso al ministro de Medio Ambiente,
Pohamba Shifeta, para que revisara los permisos de explotación que había
concedido a ReconAfrica a pesar de las denuncias sobre las flagrantes
violaciones de derechos y leyes cometidas por la empresa. Pero, después de dos
años, el ministro aún no ha tomado una decisión.
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