Darío, Fernando y Julio, tres músicos de Tineo fueron asesinados por tocar el Himno de Riego en las romerías.
Los miembros de la bandina.
Los trabajos de la fosa
del cementerio de Carcedo, en Valdés, concluyeron con éxito tras la
localización, por parte del grupo Arqueos de la Universidad de Oviedo/Uviéu, de
los restos mortales de seis jóvenes de Tineo y Salas, ejecutados en la guerra
civil por el bando franquista. Tres de ellos procedían de Brañalonga, en Tineo:
Darío Peláez Cuervo, de 21 años; Fernando González Peláez, también de 21 años,
y Julio González Peláez, de 19. Formaban parte de una banda de música, el
Bandín de Brañalonga, que se dirigía a Lluarca a tocar cuando fueron detenidos
por la Guardia Civil. Tan solo dos miembros de la banda lograrían salvarse de
las balas, uno por estar fuera de Asturias en aquel momento, y el otro,
perdonado por los asesinos, por ser menor de 16 años.
La guerra acababa de
estallar y en el Occidente asturiano, conquistado por los franquistas, las
autoridades, imponían su terror en la retaguardia. Los guardias dispararon
contra ellos en una curva de la carretera de La Espina y, posteriormente,
trasladaron sus cuerpos a una fosa. Era octubre de 1936 y el delito de los
jóvenes músicos fue terminar sus actuaciones en las romerías, entonando el
Himno de Riego, el himno oficial de la Segunda República española, inspirado en
el revolucionario liberal de Tuña, Tineo.
En el acto, que contó con
la presencia del consejero Ovidio Zapico y de la directora general Begoña
Collado, también estuvieron presentes José Antonio González, que , en el
momento del asesinato de su hermano Francisco, tenía nueve años; así como las
sobrinas de Fernando y Julio, que recordaron el dolor que la ejecución de sus
tíos y el desconocimiento sobre el paradero de sus restos mortales provocaron
en sus abuelos y en el resto de la familia.
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