Rosana Corbacho, psicóloga de la industria musical.
Rosana Corbacho (Santa Marta, Badajoz, 1985) es una psicóloga clínica y humanista con más de 15 años de experiencia especializada en la industria musical. En su día, trabajó en varias discográficas británicas y en una agencia de contratación española, donde fue testigo de los efectos en la salud mental en los artistas, ejecutivos, promotores, técnicos, productores o pinchadiscos, lo que la llevó a estudiar psicología y especializarse en el sector, un campo entonces desconocido. Corbacho, Fundadora de M.I. Therap, trabajó como terapeuta e impartió talleres en Spotify, Live Nation, Mad Cool, Primavera Sound, BIME, La Casa Encendida o la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes (AIE). El pasado lunes y martes participó en la sala Apolo de Barcelona en donde se llevó a cabo el foro iberoamericano Inspira, organizado por la asociación MIM (Mujeres de la Industria de la Música) y dirigido a profesionales. Durante el encuentro se habló sobre la salud mental (depresión, ansiedad, etcétera) en el ámbito de la música. Durante dos días, la acompañaron, entre otras, Carmen Zapata, Rocío Saiz, Ivone Lesan, Queralt Lahoz, DJ Rosario, Consol Sáenz, La Tremendita, Cathy Claret o Marisa Moya, además de una escogida representación de invitadas latinoamericanas. Enrique Mariño la entrevistó en Público y nosotros entresacamos lo que nos pareció más interesante.
¿Sufren más los artistas que otros profesionales? ¿Cuál es su principal problema? A lo que responde: “Sufren más los artistas porque su trabajo está vinculado a su identidad. Cuando sienten algún tipo de rechazo en lo laboral, no solamente se sienten rechazados por lo que hacen, sino también por quiénes son. Esa es la raíz del mayor sufrimiento, pero también sufren porque están expuestos a un juicio constante de toda la sociedad, tanto real como percibido. O sea, no solamente qué piensan de ellos, sino también el miedo que tienen a lo que opinen de una canción íntima o a que se les note su ansiedad escénica cuando suben al palco. Algo muy duro, porque suelen ser personas con una alta sensibilidad, que les permite acceder a esa creatividad. La música en realidad no les hace daño, el problema es cuando tienen que hacer carrera y vivir de ella, sobre todo en estos tiempos… El único problema que tienen los artistas es el alcohol, las drogas y la fiesta. Sin embargo, al público le cuesta mucho situarse en el sufrimiento que hay detrás de un artista que llena estadios. Normalmente, cuando hay algún problema de abuso de sustancias, suele deberse a que su carrera es lo primero: ‘Voy a hacer lo que sea necesario para poder mantenerme, seguir tocando y sentir cosas que quiero sentir o que ya no siento’. O sea, cuando las drogas se utilizan como una muleta para poder amortiguar algo que no les llena o no les hace felices. El consumo es un mecanismo de afrontamiento, pero no el principal problema de los artistas. Respecto a la depresión, en el contexto del patriarcado, a las mujeres nos han permitido expresar y exteriorizar emociones de vulnerabilidad. Eso realmente es una fortaleza y una virtud que puede ayudar a que no se convierta en una patología e incluso a que no caigamos en una depresión. Porque, si tienes un duelo, lo expresas, lo sacas, te apoyas en personas cercanas y vuelves otra vez a tu centro. En cuanto a los hombres, otro problema del patriarcado en una industria tan competitiva surge cuando un artista, debido a un pequeño trauma, se siente vulnerable y en peligro. Entonces, en vez de llorar ese duelo, exteriorizarlo, apoyarse en personas que lo quieren o tomarse un descanso, empieza a desarrollar conductas que le hacen sentir grandioso. O sea, prefiere sentir ira y rabia que tristeza. Esas conductas lo pueden llevar a comportamientos adictivos, autolesivos, explosivos o violentos, como pelearse con los compañeros de su grupo. En realidad, busca salirse de ciertas emociones que no puede gestionar de forma natural. De ahí, como ha expuesto Terry Real, la depresión encubierta masculina, que me parece muy interesante”.
Los músicos consolidados -advierte Mariño- se enfrentan al bloqueo creativo, al miedo o a la insatisfacción. Sin embargo, entiendo que la frustración también puede afectar a quienes no consiguen lo esperado. ¿Quizás los artistas deberían recibir terapia desde sus inicios? “Por supuesto, porque algunos han invertido mucho dinero, tiempo y pasión sin llegar a vivir de la música ni conseguir lo que cada uno se había marcado como éxito. Mientras, algunos artistas consolidados no disfrutan de la fama, porque la entendían como una solución a su vida entera. Sin embargo, cuando la alcanzan y hay más dinero en juego, tienen mucha presión y ven la otra cara de la moneda, porque aflora todo lo que no han podido gestionar. Es mejor prevenir y contar con herramientas para enfrentarse a los retos, porque he tratado a muchas bandas exitosas que llegaron a terapia demasiado tarde, como una pareja que pide ayuda cuando está a punto de firmar los papeles del divorcio”. Mariño pregunta si la industria musical es demasiado endogámica? ¿Puede resultar perjudicial relacionarse solo con personas del mismo entorno? A lo que Rosana contesta: “Por una parte, hay una parte muy positiva: la sensación de pertenencia. Por otra, si surge un conflicto, resulta un inconveniente, porque fuera de esa familia no tienes a dónde ir. Yo lo comparo con el mundo del circo, porque es muy difícil abandonar el entorno donde te has criado”. Mariño advierte que, a veces, el fin de una gira resulta tan perjudicial como la propia carretera, aunque la composición y grabación de un disco también puede ser intensa, caso de la gestación de Honestidad brutal, de Andrés Calamaro, una auténtica locura. Rosana anota que “las giras provocan roces y cansancio, pero, cuando terminan, surge el post tour blues, una sensación de depresión transitoria que se produce cuando, tras estar sometidos a un ritmo muy intenso y a una montaña rusa emocional, tienen que volver a la vida normal. Tras haber llenado un estadio olímpico, no le encuentran sentido a que su pareja les diga que vayan a comprar el pan o a buscar a los niños a la escuela. Sin el reconocimiento del público, no comprenden ni se adaptan esa rutina y, de ahí, la necesidad de tocar para sentirse alguien grande. En esa situación, después de haber pasado tiempo fuera de casa, les cuesta hasta descansar”.
¿Hay diferencias entre hombres
y mujeres?, pregunta Mariño. Para Rosana está la edad. “Porque, cuando eres muy
joven, no te toman en serio, por no hablar de los abusos dentro de la
industria. El físico y el sometimiento a un juicio extremo, porque la necesidad
de tener un cuerpo perfecto es brutal para las mujeres, de ahí que ellas tengan
muchos más trastornos alimentarios. La comparación con otras artistas en un
mundo muy volátil donde nadie te asegura nada. Y, finalmente, la presión que
sienten quienes desean tener hijos, pues deben elegir entre formar una familia
o su carrera, algo que no sucede con los hombres”. ¿Y respecto al consumo de
ansiolíticos, antidepresivos y drogas ilegales? “Todos y todas tienen algo en
común: consumen para poder seguir trabajando. Unos se resisten a tomar
medicación psiquiátrica porque tienen miedo a perder la creatividad y otros
abusan de las sustancias porque sienten pánico escénico. La casuística es
amplia”. ¿Se consume más que en otros sectores? “El principal problema es que,
aparte de los bares, no hay muchos entornos donde la gente que te rodea esté de
fiesta mientras tú trabajas, por eso el abuso de las sustancias —sobre todo el
alcohol— está muy normalizado. Hay que ser fuerte para decir: ‘Esta noche no
puedo beber porque estoy de gira y mañana tengo otro concierto”. Finalmente,
Mariño formula la última pregunta: ¿Cuál ha sido el mejor fruto de su trabajo?
A la que ella responde: “Que un músico logre superar un bloqueo creativo, pero
lo que me toca el corazón profundamente es cuando alguien con una depresión
grave, que ha pensado o intentado suicidarse, me diga que ha vuelto a
disfrutar, que ama su vida y que ya se siente fuerte para poder seguir
trabajando en la industria musical. Basta que una sola persona haya
experimentado eso para que toda mi carrera haya merecido la pena”.
Otros comentarios, imágenes, fotos y fotomontajes:
La Flotilla no es solo un cargamento humanitario. Es un desafío político al genocidio. Por eso Israel ha decidido llamar “terroristas” a médicos, periodistas y activistas que viajan a bordo. La estrategia es clara: criminalizar toda disidencia. Ya lo hicieron con los más de 6.000 palestinos y palestinas detenidas bajo la categoría de “combatientes ilegales”. Entre ellas hay personal sanitario, profesorado y hasta menores. Ahora extienden esa lógica a quienes intentan romper el bloqueo por mar. Desde el asesinato de 10 activistas en el Mavi Marmara en 2010 hasta el ataque con drones en Malta el pasado mayo, Israel ha dejado claro que la solidaridad le aterra más que los misiles. Y es que las flotillas evidencian que la sociedad civil hace lo que los gobiernos no hacen: enfrentarse al crimen. Pueden confiscar barcos y requisar cargamentos, pero no pueden detener la marea de conciencia global que exige justicia para Palestina. (Spanish Revolution)
El pasado martes, “El Mundo” aseguraba en su portada que la Policía había identificado en Callao a nueve “condenados por kale borroka” en las manifestaciones contra la Vuelta. Según el mismo diario, también hubo varios condenados por yihadismo. Tras publicarse la noticia, fuentes de Interior explicaron que hubo 97 identificados y que ninguno de ellos tenía ese perfil. Uno de los que se abonaron a la teoría fue el secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano, preguntado en el programa Más Vale Tarde, protagonizó una tremenda pillada y negó lo que había dicho. LaSexta volvió a reproducir las palabras esgrimidas por el propio Serrano: “Tenemos pruebas de que, en esas algaradas, en esa violencia callejera, había personas que habían sido detenidas por vinculaciones con la kale borroka, personas vinculadas con yihadismo. Cuando la Guardia Civil ha detectado que venían autobuses del País Vasco, eso no es Madrid”. Luego, a preguntas de la reportera de El Intermedio, calificó a los manifestantes propalestinos de la Vuelta como “gentuza que estaban rompiendo la convivencia en Madrid”.
Rocío Albert repitió en la Asamblea que la Comunidad de Madrid no había firmado contratos con la empresa de Montoro. Lo que ocultó es el truco: no hubo contratos porque se pagó sin ellos. Entre 2008 y 2011, la Comunidad abonó 314.360 € a Equipo Económico SL con facturas convalidadas. En 2009, por ejemplo, se pagaron 67.280 € por un informe adjudicado a dedo, anulado y aun así abonado. La red Madrid Network sumó 1,8 millones más. En total, más de 2,1 millones de dinero público.Negar contratos no es negar pagos. Es manipular el lenguaje para tapar un desvío de fondos. Un truco semántico para encubrir corrupción. (Spanish Revolution)
Entonces, ¿qué representa FIFA cuando calla ante un genocidio? Mientras ocho jóvenes de Al Hilal Gaza son asesinados, la pelota sigue rodando. Pero el silencio también es una jugada. Y esta vez, va a favor de los verdugos.
El jefe del Estado Mayor
de la Armada (AJEMA), el almirante general Antonio Piñeiro, ha dejado claro
que, ante un cayuco en el mar, la principal misión de los buques militares es
ayudar, salvar y rescatar a sus ocupantes si se encuentran en peligro, pero, en
ningún caso, “combatir” la inmigración ilegal. Su intervención fue en el Foro
de la Nueva Defensa y el Espacio, en respuesta al dirigente de Vox, Javier
Ortega Smith, quien le preguntó si veía necesario incrementar la presencia de
barcos de la Armada en el Estrecho y en aguas de Canarias, Ceuta y Melilla para
poner freno a la inmigración ilegal que llega a las costas españolas a través
de embarcaciones. “Que nadie piense que la Armada va a estar combatiendo en la
mar la inmigración ilegal”, recalcó el almirante, quien precisó que pueden
identificar los buques que transportan seres humanos de manera ilegal o
ponerlos al servicio de la justicia, como se está haciendo en la 'Operación
Atalanta de la Unión Europea. “Pero que nadie espere que un barco de la Armada
ante una situación de “ese tipo vaya a proceder a apartarlos”, insistió el
almirante. “No estamos para eso”, zanjó.
El AJEMA incidió en que la única misión de un barco de la Armada es ayudar a la
gente. “Que no quepa ninguna duda al respecto. Y es lo que podemos hacer. El
resto es una cuestión que está por encima de las Fuerzas Armadas”.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Vergara, Manel F....
Pep Roig, desde Mallorca:
Los vídeos de esta semana:
Un Trabajo de Verdad #7
-Rosana Corbacho - Salud mental en la industria musical
Psicóloga experta explica cómo afrontar las críticas
siendo artista | Rosana Corbacho
Así fundamos elDiario.es: especial en directo desde
València
El Juez Castro opina sobre las protestas
pro-Palestina, el Juez Peinado y el Emérito | Malas Lenguas
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