Guerra política abierta en Nueva York,
Zohran Mamdani,
socialista de 34 años, hijo de inmigrantes ugandeses y referente de la nueva
izquierda estadounidense, ganó las elecciones municipales frente al
exgobernador Andrew Cuomo por nueve puntos y fente al trumpismo, rompiendo
todas las reglas del juego político estadounidense.
Militante del ala más
progresista del Partido Demócrata y cercano a figuras como Alexandria
Ocasio-Cortez, Mamdani lanzó un mensaje claro desde Queens: “En este momento de
oscuridad política, Nueva York será la luz”. Su discurso fue el de un dirigente
que se prepara para una confrontación ideológica a gran escala.
Nueva York es la ciudad
más rica y desigual de los EEUU, país, donde un 20 % de la población vive bajo
el umbral de pobreza, el alquiler medio supera los 4.000 dólares mensuales y el
acceso a la sanidad y la vivienda se convierten en privilegios. Mamdani promete
congelar los alquileres, implantar guarderías universales, crear un sistema
gratuito de autobuses y abrir supermercados públicos para frenar la
especulación alimentaria. Son medidas que, de aplicarse, romperían el dogma del
libre mercado municipal impuesto desde la era de Giuliani y Bloomberg.
El socialismo ha ganado el
epicentro financiero del planeta. Esa es la magnitud simbólica de lo ocurrido.
No es una anécdota municipal: es un desafío a los fundamentos del capitalismo
global. Los republicanos, por su parte, ya han anunciado que convertirán a
Mamdani en el nuevo “enemigo interno”, mientras Trump y sus aliados prometen
usar su figura como arma electoral para 2026. El propio Mamdani lo sabe y no
rehúye la confrontación. Su campaña fue una lección de comunicación digital:
humor, claridad ideológica y cercanía con los barrios obreros, los trabajadores
precarizados y las comunidades migrantes.
Mamdani deberá negociar
con un consejo municipal dividido y con el poder del Estado de Nueva York,
donde los lobbies inmobiliarios y financieros mantienen el control. Pero su discurso no apunta solo al gobierno
local: es un mensaje al país entero. “Responderemos a la oligarquía con la
fuerza que teme, no con la complacencia que desea”.
Es el inicio de una
guerra política abierta. No entre partidos, sino entre dos visiones irreconciliables
del mundo: la que defiende la vida frente a la que defiende el capital. Nueva
York, el corazón del neoliberalismo, se convierte en el epicentro de un cambio
que el poder teme.
(Spanish Revolution)

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