sábado, 8 de noviembre de 2025

Guerra política abierta en Nueva York,

 

Nuevo alcalde de Nueva York

Zohran Mamdani, socialista de 34 años, hijo de inmigrantes ugandeses y referente de la nueva izquierda estadounidense, ganó las elecciones municipales frente al exgobernador Andrew Cuomo por nueve puntos y fente al trumpismo, rompiendo todas las reglas del juego político estadounidense.

Militante del ala más progresista del Partido Demócrata y cercano a figuras como Alexandria Ocasio-Cortez, Mamdani lanzó un mensaje claro desde Queens: “En este momento de oscuridad política, Nueva York será la luz”. Su discurso fue el de un dirigente que se prepara para una confrontación ideológica a gran escala.

Nueva York es la ciudad más rica y desigual de los EEUU, país, donde un 20 % de la población vive bajo el umbral de pobreza, el alquiler medio supera los 4.000 dólares mensuales y el acceso a la sanidad y la vivienda se convierten en privilegios. Mamdani promete congelar los alquileres, implantar guarderías universales, crear un sistema gratuito de autobuses y abrir supermercados públicos para frenar la especulación alimentaria. Son medidas que, de aplicarse, romperían el dogma del libre mercado municipal impuesto desde la era de Giuliani y Bloomberg.

El socialismo ha ganado el epicentro financiero del planeta. Esa es la magnitud simbólica de lo ocurrido. No es una anécdota municipal: es un desafío a los fundamentos del capitalismo global. Los republicanos, por su parte, ya han anunciado que convertirán a Mamdani en el nuevo “enemigo interno”, mientras Trump y sus aliados prometen usar su figura como arma electoral para 2026. El propio Mamdani lo sabe y no rehúye la confrontación. Su campaña fue una lección de comunicación digital: humor, claridad ideológica y cercanía con los barrios obreros, los trabajadores precarizados y las comunidades migrantes.

Mamdani deberá negociar con un consejo municipal dividido y con el poder del Estado de Nueva York, donde los lobbies inmobiliarios y financieros mantienen el control.  Pero su discurso no apunta solo al gobierno local: es un mensaje al país entero. “Responderemos a la oligarquía con la fuerza que teme, no con la complacencia que desea”.

Es el inicio de una guerra política abierta. No entre partidos, sino entre dos visiones irreconciliables del mundo: la que defiende la vida frente a la que defiende el capital. Nueva York, el corazón del neoliberalismo, se convierte en el epicentro de un cambio que el poder teme.

(Spanish Revolution)

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