Tras la crisis de Mazón, el PP valenciano a merced de Vox.
Alberto Núñez Feijóo y Carlos Mazón participan en un acto con la militancia del PP en Alacant el 10 de junio de 2025.
El hasta ahora president del
PP valenciano formalizó su renuncia a la presidencia de la Genralitat, activando
de forma automática un plazo de 12 días en Les Corts para presentar
candidaturas y barajó solicitar una baja médica con la que intentaría regatear
sus comparecencias en el pleno. Desde Génova señalaron que Alberto Núñez Feijóo
nunca pidió o aconsejó a Carlos Mazón que renunciara al puesto. De hecho, fuentes
oficiales del Partido Popular aseguran que la primera vez que se puso la idea
de dimisión encima de la mesa fue cuando lo hizo el propio Mazón el pasado 30
de octubre, un día después del funeral de Estado por las víctimas de la DANA.
El president dijo en una llamada a Feijóo “no poder más” e incluso habló del
efecto que la crisis política estaba teniendo sobre su madre. “No había
verbalizado la dimisión y el jueves sí lo hace”, aseguran fuentes del PP. El
pasado domingo, en una última conversación, Mazón adelantó a Feijóo que el
lunes oficializaría la renuncia. “A pesar de los fallecidos —escribe José
Carmona, en Público— de las versiones contradictorias y de las mentiras sobre
dónde estaba, Feijóo no había pedido en todo el último año a Mazón que
dimitiera, aunque reconoce y es ‘perfectamente conscientes’ de un ‘desgaste
demoscópico’ ligado a la figura del president”. O, al menos, eso traslada su
equipo de trabajo más cercano. Sin embargo, desde Génova aseguran ahora que
Feijóo tenía claro que Mazón no sería candidato por el PP en el País Valencià
en 2027 y que en una reunión que ambos dirigentes iban a tener el próximo 7 de
noviembre se le iba a trasladar ese mensaje. Caído Mazón, se abre un nuevo
periodo de investidura que necesitará de una mayoría parlamentaria para nombrar
a un nuevo president. Como en 2023, el PP valenciano deberá recabar los apoyos
de la extrema derecha si no quiere ir a unas elecciones, algo que Compromís y
PSOE demandan. Vox emplaza su decisión a conocer al candidato, y, desde Génova,
se ponen la tirita antes de que haya herida porque entienden que “los acuerdos
siguen vigentes” porque se produjeron “entre partidos, no entre personas”,
aunque no parece que el líder del partido ultra Santiago Abascal, ahora en
plena guerra con el PP, vaya a poner las cosas tan fáciles como intuían desde
Génova. El PP valenciano y Vox se habían entendido en el pasado con aparente
facilidad.
Fuentes de la Generalitat
valenciana recuerdan los trámites que estipula el Estatuto de Autonomía y
explican que desde que se oficializa la dimisión, se abre un plazo de tres a
siete días para fijar la celebración del pleno de investidura del futuro president.
Y, tal y como reza el punto 6 del Artículo 27, “si transcurrido el plazo de dos
meses desde la primera votación de investidura, o en el caso de que no hubiese
un candidato a la Presidencia en el plazo legal establecido, se disolverán les
Corts y habría elecciones autonómicas”. En
el Partido Popular no quieren trasladar si ya tienen un candidato firme y claro
para la próxima investidura en la que se intentará nombrar un nuevo president,
aunque ahora mismo solo hay un nombre encima de la mesa. Durante el fin de
semana, varios dirigentes del PP valenciano intentaron postular a Vicente
Mompó, actual presidente de la Diputación de Valencia, pero éste sólo podría
ser candidato si hubiera un adelanto electoral puesto que no es diputado. Y la
idea de acudir a las urnas es algo que Feijóo y Génova prefieren evitar. En esa
pugna interna del PP valenciano cae María José Catalá, actual alcaldesa de
València, otra potencial candidata que, en Génova, era vista con buenos ojos,
aunque ahora quieran “desmentir categóricamente” su preferencia por ella. “La
reconstrucción —apunta Víctor López— debe tener el impulso que merece, alguien
que con la mayoría que claramente votaron los valencianos complete este nuevo
tiempo que necesita la Generalitat. (...) Me dirijo, por tanto, también a esa
mayoría parlamentaria viva, vigente y en marcha [...] Apelo a la
responsabilidad de esa mayoría para elegir al nuevo presidente de la
Generalitat”. Carlos Mazón anunciaba el pasado lunes el resultado de su “reflexión” y dimitía como president del País Valencià.
Lo hizo mediante una comparecencia desde la sede del Consell: un perdón que
llegaba con 370 días de retraso, repleto de críticas al Gobierno de Pedro
Sánchez y guiños hacia Vox. “Mazón había
sido uno de los primeros líderes autonómicos en estrechar vínculos con la
extrema derecha. Lo hizo incluso antes de las elecciones generales del 23J. Vox
incorporó a la agenda de los populares ‘cinco ejes estratégicos’, entre los que
destacaban la ‘libertad’, la ‘reducción del gasto innecesario’, un ‘impulso’
para el ‘sector primario’ y otro para la ‘promoción de las familias’. Estas
propuestas coinciden con algunos de los hitos que el hasta ahora president ha
destacado durante su última intervención. Mazón acordó derogar la Ley de
Memoria, declaró la guerra al valenciano y paralizó la puesta en marcha de la ‘Unidad
Valenciana de Emergencias (UVE). Vox calificó de ‘exitoso’ el acuerdo. Mazón
llegó a decir que Génova le había ‘trasladado su felicitación’. El único
requisito que pusieron los populares fue el de apartar de Les Corts al diputado
Carlos Flores Juberías (Vox), condenado por violencia machista. Abascal lo
nombró entonces cabeza de lista para el Congreso por la provincia de València”.
Santiago Abascal se ha pronunció el mismo lunes, 3 de noviembre, sobre la comparecencia de Mazón, quien le había avanzado su salida. La extrema derecha centró sus críticas en el Gobierno de Pedro Sánchez, “culpable de la tragedia”, y lanzó algún que otro dardo contra Alberto Núñez Feijóo. Mazón ha conseguido –de momento– esquivar los reproches. “Es repugnante contemplar la mascarada que organizó Moncloa para conseguir el linchamiento de Carlos Mazón”, declaró la semana pasada Santiago Abascal, 24 horas después del funeral de Estado por las 229 víctimas mortales de la DANA. El líder de la extrema derecha no ha sido el único en cerrar filas con el todavía president”. Les Corts tendrán doce días para presentar a un candidato y hasta dos meses para buscar acuerdos e investir al nuevo president. Si las cuentas no salen, los valencianos tendrán que volver a las urnas. Feijóo quiere evitar a toda costa la convocatoria electoral, por eso reclama el auxilio de Vox, al menos, así lo deslizaba a media mañana: “Les pido a los partidos que sostienen al gobierno autonómico que estén a la altura y faciliten cuanto antes la elección de un nuevo presidente”. La extrema derecha, quien mantiene a los populares al frente de la Generalitat, tiene ahora la última palabra: puede bendecir al próximo president o forzar elecciones anticipadas. Y las encuestas parece que le sonríen al partido de Santiago Abascal. El sondeo más reciente es el de GAD3 para ABC y Las Provincias. El PP seguiría como primera fuerza en Les Corts, pero con 33 diputados, siete menos que en 2023, los mismos que absorbería precisamente Vox, según la encuesta difundida por las cabeceras del Grupo Vocento. La ultraderecha crecería hasta situarse como tercera fuerza. El PSPV-PSOE de Diana Morant perdería cuatro escaños con respecto a los últimos comicios, pero seguiría liderando la oposición. Y Compromís obtendría 19 asientos, cuatro más que hace dos años. ¿Cómo van a utilizar este buen rumbo en las encuestas los de Abascal? La respuesta oficial es todavía una incógnita. Los cálculos electorales y el nombre del candidato a suceder al president determinarán casi seguro la "postura" de Vox, toda vez que la extrema derecha y Mazón, hasta ahora, siempre han tenido buena sintonía y suficientes puntos en común.
La legislatura de Carlos Mazón ha sido la más accidentada de los años autonómicos en el País Valencià. Es el segundo president que se ve obligado a dimitir, acatando órdenes de las direcciones de sus partidos en Madrid, después de Francisco Camps. “La semana pasada —según Ricard Chulià en Público—, al llegar Mazón al funeral de Estado por las víctimas de la DANA, antes de recibir los sonoros gritos y abucheos, Camps fue el primero —y prácticamente único— que fue a darle la mano. Un presagio, visto días después. Sin embargo, la agitación del último año no era para nada previsible en los primeros compases de la legislatura. Con un pacto con Vox, que llevaba al extorero Vicente Barrera a la vicepresidencia de la Generalitat —de quien, a propósito, À Punt emitía una corrida de 1997 al mismo tiempo que, un año después de la DANA, las calles de València se volvían a llenar para exigir la dimisión de Mazón—, el president valenciano cultivaba un perfil más institucional y menos político. El equipo de comunicación que gestionaba sus cuentas en las redes sociales nos presentaba a Mazón recomendando papas u horchatas e intentaba que las polémicas y el ruido mediático pasaran de lado. El primer año de Mazón se puede considerar, para sus objetivos, un éxito. Pacta los presupuestos con Vox y escora su gobierno claramente hacia la derecha. Con un vicepresidente extorero, los bous al carrer juegan una baza importante de agitación de la batalla cultural. Pero, por otra parte, por ejemplo, no impedía la reversión a la sanidad pública del hospital de Dénia, una reivindicación histórica de la comarca. Pero todo cambió poco después, el 29 de octubre de 2024. Una tragedia como la DANA marca un punto de inflexión inevitable. Ante catástrofes de esta magnitud, las alternativas son dicotómicas: o el Gobierno es percibido como un aliado, y, por lo tanto, su popularidad se dispara o todo lo contrario, y su caída es inevitable”.
Se acaba el perfil derechista
de Mazón con pocas aristas. Se agudiza y se echa mano del primer punto del
manual de la derecha valenciana en momentos de crisis: agitar el fantasma del
anticatalanismo y pasar a ejercer la batalla cultural en materia de lengua e
identidad. “La educación —resume Chulià— es uno de los primeros campos de batalla. Una
de las promesas estrella de Mazón para llegar al gobierno es una consulta sobre
la lengua de docencia para acabar con la imposición de la plantilla catalana de
inmersión lingüística obligatoria, tal como Mazón definía el modelo del
gobierno progresista anterior. Dicha consulta se lleva a cabo a finales de
febrero y principios de marzo, con las escuelas sin haberse recuperado aún de
los estragos de la DANA. El resultado, inesperado para Mazón y su gobierno,
supone un revés: el valenciano es la lengua escogida por la mayoría de las
familias. En ese contexto, con meses de
protestas en las calles, que no cesan, Mazón llega a las Falles acorralado.
Pero Vox le ofrece un balón de oxígeno. A cambio, Mazón asume toda la mochila
ideológica del partido de extrema derecha: negacionismo climático (denuncia el
pacto verde europeo, culpabiliza de la DANA a la ley de protección de la
huerta, que deroga y vuelve a abrir la puerta al urbanismo desatado);
criminalización de la migración (pacta con Vox hacer estadísticas sobre usos de
los servicios públicos por nacionalidad); ataques al valenciano y agitación del
fantasma del anticatalanismo (en educación, secesionismo lingüístico, ataques a
la Acadèmia Valenciana de la Llengua) y control de À Punt. Mazón se sitúa en un
extremo. La formación de ultraderecha ha sido, en este sentido, su principal
aliado y sustento. Se podría decir, incluso, que por delante de su propio
partido, el cual, desde la DANA no lo ha dejado de ver como un problema y una
patata caliente. Vox, por su parte, se aprovechaba de la debilidad política de
Mazón para imponer su agenda y las encuestas, en cierto sentido, validaban esta
estrategia: el bloque de derechas podía seguir sumando gracias a la subida de
Vox. Ahora bien, con lo que Mazón no contaba era con que la protesta en la
calle no aflojara siquiera cuando ya ha pasado un año de la DANA. Mazón se
podría proponer resistir e incluso, en las últimas semanas, deslizar que se
postulaba para encabezar el cartel electoral del PP en 2027. Sin embargo, dos
circunstancias han acabado por tumbar definitivamente los muros de defensa: la
decimosegunda manifestación por la DANA, multitudinaria, volvió a coger fuelle,
y los gritos y acusaciones de las víctimas durante el funeral de Estado
hicieron insostenible su posición. Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación de
Víctimas Mortales de la DANA, ha declarado que Mazón ‘no ha dimitido, lo hemos
echado desde las calles’. Como discípulo aventajado de Zaplana, Mazón tiene más
de siete vidas políticas, pero seguramente ha gastado todas las que le quedaban
durante el último año. Si José Luis Olivas quedará completamente olvidado —de
hecho, deben de ser bien pocos los valencianos que lo recuerden como president
de la Generalitat—, Carlos Mazón no tendrá este mismo destino. No hay duda de
que su nombre será recordado, pero no precisamente como autor de las páginas
más brillantes de la historia”.
Otros comentarios, imágenes, fotos y fotomontajes:
El presdent de la Generalitat valenciana tuvo que escuchar frases como: A la cárcel, a la presó,a espioca, a fonrcalent...Sinvergüenza, cobarde, criminal, mentuiroso, bulero...
Las asociaciones de víctimas de la DANA aplauden la renuncia de Carlos Mazón, pero advierten que es solo un primer paso y reclaman penas de cárcel para los responsables de la tragedia.
Indigna dimisión de Mazón.
Ha vuelto a mentir sobre una información ya ampliamente demostrada. Ha intentado de nuevo repartir sus responsabilidades con el Gobierno. Ha señalado que no pidió la Emergencia porque se lo pidió Feijóo. Dimite pero sigue de diputado para aguantar el aforamiento. No convoca elecciones para mantener el poder PP y Vox a toda costa. Cómplices de toda esta infamia. (Skakeo FanZine)
Con la vergüenza aún
caliente del esperpento de dimisión de Mazón, ya en el PP se están enfrentando
bandos por relevarlo. ¡Hasta Camps! Y con Vox frotándose las manos para sacar
rédito de su dependencia (que ya estaban casi gobernando ellos, todo sea dicho)
Apenas escama el intento de que no caiga el actual Gobierno a toda costa ¿eh?
Negligencias, inversión en recuperación, contratitos a amiguitos....(Skakeo
FanZine).
Bueno, pues ya está,
Mazón ha dimitido como president. Seguirá como diputado, eso sí, para mantener
su aforamiento ante procesos judiciales. Además, la elección de su sucesor
quedará en manos de Vox. Todo mal. Para llegar a esto, solo ha costado un año
de despropósitos, mentiras, cambios de versión y provocaciones a las víctimas y
sus familias. Este lunes lo ha anunciado en una comparecencia de prensa en la
que ha tirado de victimismo, ha reconocido poco y ha acusado mucho. ¿Y cómo ha
aguantado todo este año? En las redes lo tienen claro y no lo olvidan. El papel
necesario de Alberto Núñez Feijóo y del PP dándole su respaldo, alabando su
"intensidad de trabajo" y ovacionándole durante todo este tiempo está
siendo recordado en las redes en estas últimas horas. También el de Vox, que le
dio oxígeno estos meses, y señaló siempre a Pedro Sánchez al tiempo que aprobó
los presupuestos de Mazón. (Tremending)
Lo que debía ser una vista judicial rutinaria se transformó en un escenario casi surrealista, con risas allí donde solo debía reinar el silencio. Por un instante, la frontera entre la justicia y la ironía se desdibujó por completo. El eco de aquellas palabras sigue resonando por los pasillos del poder, donde Ayuso intenta contener un incendio que ya se le escapa de las manos. Dicen que fue solo un desliz, una frase desafortunada. Pero otros sostienen algo mucho más inquietante: que fue una verdad dicha entre risas… y demasiado real como para poder ignorarla. Ver más en comentarios.
Trump ha perdido elecciones en Virginia y Nueva Jersey, pero le ha dolido especialmente la victoria de Zohran Mamdani en la Alcaldía de Nueva York. Migrante, joven, musulman y socialista. Todo lo opuesto al Zanahorio. (Lo que es ser socialista en USA, tampoco nos flipemos). (Skakeo FanZine)
Juan Carlos I asegura en sus memorias que “no tiene pensión” y que “le han robado su historia”. Lo dice desde una villa de lujo en Abu Dabi, con seguridad pública, banquetes privados y vuelos en jet. No es una sátira. Es el resultado de décadas de impunidad, silencio judicial y protección institucional. Mientras millones de personas en el Estado español viven con pensiones de miseria, el exjefe del Estado que amasó millones en comisiones ilegales se presenta como víctima. No, no es falta de corazón. Es hartazgo. (Spanish Revolution)
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Manel F, Vergara, Enrique, Idígoras y Pachi, Tomás, Jotajota, Emergo...
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president de la Generalitat valenciana
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"CORDIAL y en BUEN TONO" sobre el nuevo PRESIDENT
Morant pide al PP que convoque elecciones en la
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ANTÓN LOSADA: "Con lo de MAZÓN, FEIJÓO está EN
MANOS DE VOX ante su CICLO ELECTORAL MÁS IMPORTANTE"
Miguel Ángel Rodríguez insulta a elDiario.es en el
Supremo por desvelar el fraude del novio de Ayuso
Periodistas ratifican que conocieron la confesión del
novio de Ayuso antes que el fiscal general
El pulso de Mazón: una dimisión nunca vista · UN TEMA
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