viernes, 25 de enero de 2008

25 de enero. Entre las pesetas de ayer, los euros de hoy y los últimos días de mes.


No hace ni seis años, cuando desconocíamos el valor del euro, todo estaba montado en torno a la peseta. Hasta que llegó la nueva moneda y se implantó entre nosotros con la misma pinta de embaucadora y estafadora que la peseta. O más, si cabía. Porque, con su nombre de macho guerrero, el euro se hizo con todos con un simple guiño. Y, por el hecho de ser nuevo, se le toleró la trampa de los céntimos que, con el cambio de la peseta, se cobraban de más. Así, ante la cara de la nueva moneda, que se presentaba cual varón honesto y sincero pero que tanto se parecía a la puta peseta, todo subió más de la cuenta de la manera más inocente. Si por un desayuno habíamos pagado hasta aquel momento 105 pesetas, ahora se nos exigían 1’50 euros. Y si por el menú del día, gastábamos 832 pesetas, ahora no serían 5 euros, sino 10, que eran justamente 1.664 pesetas. La compra de una barra de pan ya no valía, como antes, de 45 a 50 pesetas (50 céntimos de euro) sino de sesenta a un euro. Si llenar el carro a reventar en un supermercado nos costaba 14.000 pesetas, ahora, con el cambio del euro correspondía a 27.000. Los establecimientos de “todo a 100” ahora pasaban a llamarse “todo a un euro”, es decir, 166 pesetas. Y si queríamos ir al cine acompañados de la pareja, las dos entradas, que nos costaban 1.000 pesetas y pico, se convertían en casi 14 euros (2.350 pesetas).

Según el balance que la Ceaccu (Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios) hizo el año pasado, al cumplirse los cinco años del euro, se llegaba a la conclusión de que los precios en esta moneda eran un 60 por ciento más caros que en pesetas. Los sectores que más habían acusado la subida eran los de la alimentación, hostelería y servicio públicos. El consumidor tenía la sensación de que debía dedicar un euro para comprar lo que antes sólo costaba 100 pesetas. Y las constantes subida de precios siguieron a esta trampa. Enseguida destacaron los alimentos “modestos”, como las cebollas, las sardinas o el cerdo (en torno al 70 por ciento más caro), la barra de pan (el 100 por ciento) o el café con leche (80 por ciento)... Entrar al Museo del Prado costaba el doble que en 2001. Lo mismo ocurría con el precio de un corte de pelo (el 163 por ciento más caro), la caña de cerveza (el 100 por ciento), la bajada de bandera de un taxi (el 224 por ciento),la entrada de cine, de la bolsa de aperitivos (un 107 por ciento) y tantos otros artículos.

Hoy, la Ceaccu considera que las familias españolas han iniciado el 2008 subiendo "una de las cuestas de enero más duras de los últimos años". Su portavoz, Isabel Ávila, señala que las subidas de alimentos básicos provocaron que, en estas Navidades, los españoles "nos hayamos apretado el cinturón más que otros años". Menos mal que, al menos con respecto al transporte, los servicios, la telefonía y la energía, nos garantizan que se trata de subidas previsibles, en línea con las que se vienen produciendo al principio de cada año. Se trata, según Ávila, de subidas más razonables que las de otros principios de año porque “el Gobierno trata de compensar los incrementos registrados en otros capítulos de la cesta de la compra, como los carburantes o los alimentos”. Madre mía, piensa uno, ¡qué hubiera pasado si no los hubiera compensado! Y menos mal que se acercan unas elecciones y, con ellas, las promesas de subida de pensiones mínimas. Doscientos euros en cuatro años, dijo Zapatero. Pero, entretanto, según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística, el 60 por ciento de las familias asegura que llega a fin de mes con dificultad. Y un 10 por ciento, “con mucha dificultad”. Sobre todo en los últimos días del mes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ciertamente hay crisis y desconcierto general y cuando esto ocurre los activos financieros se inmovilizan. A los ricos les ha disminuido la velocidad en la obtención de dividendos.Sólo eso. Esa es la crisis. Entretanto, el resto de la ciudadania se queda sin migajas. Quizá por eso sea que prolifera tanto el "frikismo" entre la población. La particularidad pseudo artistica de algunos individuos que se presentan a castings televisivos y que muestran el hecho excepcional de la supervivencia de los elegidos como factor ejemplarizante. La lucha por salir de la marginacion mediante la redención del talento, desde los sustratos mas deprimidos.(libro de estilo de la derecha) Este hecho se da en nuestro país, pero para localizar y promocionar a estos genios, son miles los frikis oligofrenicos que lo intentan, (proporcionando rentabilidad, pero no obteniendola.)Imitadores de los triunfadores del gran hermano y sus variantes.La andalucia de los 50 y 60 basaba gran parte de su proyecto y esperanzas personales en la explotación de su gracejo, siendo la realidad otra bien diferente y distante de la alegria. A la españa del siglo XXI la invade la pobreza y el subdesarrollo. Quien lo diria... y un futuro corralito. Por eso se canta y se baila tanto, y existe toda una red canibalistica y depredadora de famosos y famosillos. Cada vez son más los "sin techo" Aumentan los fallidos financieros, y los figurantes en asnef, y Rai. Parece imposible encontrar una familia que no tenga una trampa con un león dentro, y es que empieza otra vez a no haber fabricas,ni industrias,ni campo, ni ganaderias,faltan autopistas, hospitales y escuelas y universidades (Inaccesibles además) transportes, ciencia e investigación, y por el contrario abunda un gigantesco sector servicios, sol, playa, tapas, toros, estupefacientes, alcohol,sexo y cachondeo. En Paris los mileuristas se echaron a la calle. Aqui están en casa de sus madres, tienen todos los canales y banda ancha con tarifa plana.
chiflos.