martes, 12 de diciembre de 2017

Áda Colau bajó de su estrado para explicarse en “Sálvame”.


“¿Qué hacía Ada Colau ahí –se pregunta Juan Solo Ivars en El Confidencial– rebajándose en Sálvame, plantada con Jorge Javier? Se lo preguntan en Twitter izquierdistas escandalizados y me parece una pregunta pertinente. La alcaldesa de Barcelona es una mujer culta y feminista, ¿qué hacía en Sálvame? La licenciada en Filosofía y famosa por su activismo contra los desahucios, ¿qué se le había perdido ahí, hablando, para colmo,  de su vida privada? Contando intimidades, aireándolas. Pero ¿cómo se atreve?

“La explicación de esta pregunta la da Juan Soto Ivars, a continuación: “Desandar el camino que la izquierda culta lleva décadas recorriendo. Exactamente lo contrario que hizo la revista ‘El Jueves' cuando llamó gilipollas a ocho millones de votantes del PP. ¡Un arrebato inaudito de sinceridad'. Colau le dijo a Jorge Javier que se había enamorado de otra mujer, que le gustaría tener más tiempo para criar a sus hijos, lloró un poquito, intimó, es decir: hizo todo lo contrario a ser transparente. La forma más elemental que tiene todo político de ocultarse ante la opinión pública es hablar de su vida privada. Cuanto más íntimo, menos transparente. Porque, en esencia, a todos nos importa lo mismo. Y allí estaba ella, enviando, creo, un mensaje a la izquierda culta. Les estaba diciendo que el trabajador precario no se parece a los murales de Diego Rivera ni las películas de Einsestein, sino a Belén Esteban. Lo cual es cierto”.

Ruth Toledano insiste: “La verbalización de Colau sobre sus intentos de violación y, ahora, sobre su bisexualidad adquiere una profunda dimensión política. Pero es que a Colau hay muchos que no le perdonan que haya llegado a alcaldesa de Barcelona, precisamente por ser la activista a la que conocimos echando un mítico rapapolvo en el Congreso de los Diputados a bancos y patronal (el poder de los desahucios) y por ser una alcaldesa explícitamente feminista. Recordemos al concejal del PP Óscar Bermán, quien se atrevió a escupir que ‘en una sociedad seria y sana, Ada Colau estaría limpiando suelos y no de alcaldesa de Barcelona’. Recordemos los ofensivos términos en los que ha sido calificada por periodistas ultracipotudos como Carlos Herrera, Salvador Sostres o Arcadi Espada (por cierto, fundador y apoyo mediático de Ciudadanos). Tampoco ha faltado quien ha hecho broma fácil con la ‘ambigüedad’ de Colau, relacionando su bisexualidad (que no tiene nada de ambiguo: te atraen las mujeres y te atraen los hombres) con sus posiciones durante los últimos capítulos de procés… A Colau, en fin, se la ataca por todo, incluido lo mejor. Ha dicho que está ‘radicalmente en contra de la DUI, pero también del abuso de la prisión preventiva, que no queremos ni para independentistas ni para nadie’, pero de nada sirve que demuestre la sensatez que tantos piden, se ve que con la boca pequeña. Ahora también la atacan por haber tenido la naturalidad de verbalizar lo que somos muchas: bisexual. Naturalidad que en esta sociedad homófoba y machista aún hay, lamentablemente, que calificar también de valentía”.

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