sábado, 27 de diciembre de 2025

El miedo mató a Yuri.

 

María Magdalena Crespi Tugores se lamenta desde Sa Pobla (Mallorca), en donde vive, de la muerte de su perro y acusa de ella a causas evitables como la pirotecnia descontrolada. Nos lo cuenta en Change.org.

“Yuri tenía solo ocho años. Era un alma noble, sensible y llena de amor. Estaba enamorado de mí, y yo de él. Éramos inseparables: cenábamos juntos, veíamos películas juntos, nos abrazábamos, nos dábamos besos. Yo era su todo, y él era el mío.

Ese día, en una fiesta privada con cohetes durante horas sin control ni responsabilidad, Yuri entró en pánico y solo quería huir para sentirse seguro. En ese intento desesperado, quedó atrapado en una valla y perdió la vida. Su muerte fue evitable y me ha dejado un vacío imposible de llenar.

“Miles de animales sufren cada año por la pirotecnia descontrolada: perros, gatos, caballos, aves… Y no solo ellos: bebés, personas autistas, personas con hipersensibilidad sensorial, niños con TDAH, mayores, personas con ansiedad o trauma también sufren de forma grave y silenciosa. Por eso hoy exigimos al Ayuntamiento de Sa Pobla que tome medidas urgentes para proteger a animales y personas vulnerables; prohibir o limitar los fuegos artificiales y cohetes en fincas y eventos privados; exigir permiso oficial para cualquier uso de pirotecnia; obligar a anunciar públicamente fecha y hora para que los ciudadanos puedan tomar precauciones; aplicar sanciones reales a quienes incumplan estas normas y promover alternativas seguras, como pirotecnia silenciosa.

“No puedo devolverle la vida a Yuri. Pero sí puedo intentar que ninguna familia tenga que pasar por lo que yo estoy pasando. Que ningún animal muera intentando escapar del miedo. Que ninguna persona vulnerable sufra por algo que podemos regular de forma responsable. Por favor, firma y comparte esta petición.

Y termina con esta súplica:

“Yuri, mi amor…Tú, que estabas enamorado de mí, que me cuidabas, que eras mi protector y mi hijo. Tú que solo querías estar a mi lado mientras cenábamos, mientras veíamos pelis, mientras nos abrazábamos, mientras nos dábamos besos… tú, que llenabas la casa de vida. Perdóname por no haber podido salvarte de un miedo injusto y cruel. Prometo que tu historia no quedará en silencio. Prometo que lucharé para que nadie más sufra como tú sufriste”.

No hay comentarios: