2 de octubre. Saltos al ruedo en contra de las corridas.
El 4 de mayo pasado, seis activistas de Equanimal (una organización no lucrativa que realiza activismo en defensa de los animales) tomaron, sin más armas que unas pancartas, la arena de Las Ventas, la plaza madrileña más importante del mundo en la que, en aquellos momentos, TVE retransmitía una corrida en directo. Inmediatamente, fueron desalojados por los propios banderilleros, indignados por aquellos “alienígenas” que se oponían a que ellos siguieran clavando sus banderillas a los toros y a que los toreros, tras haberlos toreado, los mataran de un estoque certero. Era la primera vez que una organización, desconocida por la mayoría de espectadores, plantaba cara al mundo taurino en el mismo corazón de la tauromaquia.
Durante semanas previas a la acción, aquellos jóvenes se habían preparado concienzudamente para que todo saliera bien. Con esta acción no violenta, Equanimal conseguía atraer la atención de todos los medios de comunicación. Noticiarios de televisión y radios, prensa escrita y medios digitales se hicieron eco de la noticia. La misma noche, en los telediarios se anunciaba la acción atrevida. Y, al día siguiente, “El País” titulaba la noticia: “Los antitaurinos toman Las Ventas”. Días más tarde, Ruth Toledano escribía en un artículo: “Fue una tarde histórica que quedará en los anales de la evolución ética de este país por ser el día en que, por primera vez, la protesta antitaurina plantó cara a la vergüenza nacional”. “20 minutos” escribía: “Ésta es la primera vez que los defensores de los animales acceden al ruedo, ya que hasta ahora se habían limitado a apostarse en las puertas del coso antes de cada corrida de toros".
El objetivo estaba cumplido: dar un golpe de efecto para revitalizar el debate sobre la abolición de la tauromaquia. Los antitaurinos ya se habían manifestado y protestado, pero ninguno de ellos había llegado tan lejos. Nadie pensaba que una organización defensora de los animales se atreviese a saltar al ruedo. Pero este no fue la única protesta. El 4 de junio, cuatro jóvenes saltaron a la Monumental de Barcelona, con una pancarta que decía “Abolición”, mientras el segundo toro agonizaba en la arena, ahogado en su propia sangre tras haber sido torturado. Todos ellos fueron salvajemente agredidos por el público y absueltos por el magistrado. Tres semanas más tarde, el 22 de junio, otros seis activistas, también de Equanimal, saltaron a la plaza de toros de Alicante para reivindicar idénticos derechos de los animales. Los activistas se resistieron pacíficamente y fueron sacados de la plaza a rastras, bajo los golpes de la policía municipal. Cuatro de ellos ingresaron al hospital.
Otros ocho activistas –seis mujeres y dos hombres– irrumpieron en un encierro de la multitudinaria fiesta de San Fermín, en el momento en el que los corredores entonaban el ya famoso cántico, pidiendo la bendición del santo patrón de las fiestas. En el ruedo, los antitaurinos mostraron sus pancartas y reivindicaron la abolición de la tauromaquia ante la mirada estupefacta de cientos de corredores, espectadores y algunos policías que les sacaron a rastras.
El martes pasado, los seis jóvenes de Equanimal que lograron manifestarse en la plaza de las Ventas, pasaron por “la puerta grande” del juzgado para ser sentenciados. Decenas de militantes antitaurinos se manifestaron, gritando eslóganes como “La tortura no es arte ni cultura”. Disfrutar viendo cómo sufre un animal no era propio de seres civilizados y exigían a “los toreros que fueran ellos a declarar ante el juez por torturadores y asesinos de animales”. De esta manera, mostraban su de apoyo a los procesados por su actuación en la plaza. El juez deberá ahora decidir si los condena a un máximo de dos años de cárcel o archiva el caso.
1 comentario:
De las Ventas, hay que saltar al ruedo parlamentario con firmas, (como hizo el padre de mari luz Cortés en otro orden de cosas) y el psoe proponer la abolición,de las corridas de toros y otras barbaridades anexas, pero dudo mucho que se atrevan a lidiar con ese toro, y menos ahora. Los taurinos recurririan a Bruselas, y de allí pasarian a la historia directamente. chiflos.
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