martes, 12 de mayo de 2009

Máximo y su humor innecesario, pero imprescindible.


Última viñeta de Máximo en el País, el 20 de octubre del 2007.

Máximo San Juan Arranz, dibujante gráfico conocido como 'Máximo', nacido en Burgos en 1933 y vinculado durante 30 años al diario “El País”, en el que diariamente publicaba una viñeta, un buen día dejó de hacerlo. Fue el 20 de octubre de 2007. No se sabe con exactitud los motivos por los que este ese periódico prescindió de sus opiniones. Pero su currículo no podía ser más espléndido. Máximo había sido galardonado, entre otros, con el Premio Mingote de humor gráfico, el Joaquín Costa de periodismo, el González Ruano de artículos periodísticos, el de la Asociación Pro-Derechos Humanos o el Villa de Madrid. Había desarrollado una amplia carrera como humorista y escritor, en revistas y periódicos españoles como “La Codorniz”, “Por Favor”, “Pueblo”, “Triunfo”, “Interviú” o “La Vanguardia”. Había sido autor de libros como “Historias Impávidas”, “Este País”, “Carta abierta a la censura”, “Diario Apócrifo” o “El poder y viceversa”. Sus tiras minimalistas, de carácter filosófico, de cartesiano escepticismo y de un moralismo radical, eran un ejemplo de ironía y lucidez. Así que muy pocos comprendieron las razones por las que los propietarios de “El País” se “liberaran” de este humorista.

Seis meses más tarde, Máximo se incorporaba, el 13 de abril de 2008, al diario ABC, en donde prosiguió con sus viñetas, aunque no volvió a dibujar la del Rey con su mirada profundamente triste. Su “Diario Regio”, publicado recientemente por “Planeta”, recogía sus reflexiones sobre ese rey, serie de viñetas aparecidas en “El País” entre 1994 y 2007, hasta que este periódico prescindió drásticamente de sus gráficos de prensa. “Aparece un rey –contaba ayer Máximo a Peio H. Riaño, en el diario “Público”– que hace autocrítica y opina sobre lo que ocurre en el país de una forma que constitucionalmente no puede hacer. Este diario le permite decir lo que piensa, pero no le permite publicarlo”. H: Riaño le preguntaba por qué no seguía la serie. Máximo respondía: “El ‘ABC’, donde publico ahora, es un diario monárquico y creo que me autocensuraría. Podría plantear problemas al periódico y, de momento, no quiero plantearle ninguno”.

A muchos lectores de “El País” les cayó muy mal que prescindieran sin más de un dibujante de la talla de Máximo “Veo que quitan a las mentes libres –escribía otro dibujante que ahora publica en el mismo diario en donde Máximo trabajara tantos años– y meten a los ridículos y serviles como Vargas Llosa (todavía vomito de la vergonzosa y mentirosa justificación de la guerra-invasión de Irak de este “novelista” sin que nadie le diga ni pío, para esta semana sacarlo en portada contra Chávez), los Moisés Naim (neocons y antiCHAVEZ), los PUTOS tercera vía de Blair a los que tenemos que soportar su cínica hipocresía supuestamente europeísta, etc... Ojalá estemos a tiempo de hacer volver a Máximo. Sin Máximo ‘El País’ pierde su alma. Qué pena y que patético. Repito que me niego a comprar ‘El País’ sin Máximo. Que se metan su periódico ‘global’ en donde les quepa”.

El pasado 19 de abril, en una entrevista publicada en el Diario de Burgos Digital, nuestro dibujante se explayaba: “Me sorprende la existencia. Una hojita de este helecho o una galaxia me asombran por igual. Hay algo que siempre me ha resultado sorprendente: las canonizaciones. Que la Iglesia pida a Dios que haga un milagro, o dos, me parece una cosa ligeramente impertinente. Porque milagro es todo: la existencia del universo, la hojita del helecho o el cordón de un zapato. La existencia en sí misma, en su totalidad inabarcable e infinita. Cualquier existencia es tremendamente asombrosa. Me asombra todo. Y no extraña nada”. Máximo añadía con una sencillez aplastante: El humor es innecesario, pero imprescindible. Digamos que el humor completa a la realidad. Y el sentido del humor es bueno para la vida, para la relación de las personas”. “¿Y su Dios? –le preguntaba el entrevistador, R. Pérez Barredo– ¿Es agnóstico, escéptico?”. “Dios tiene días –contestaba Máximo–. Hace tiempo que le inventé un secretario, un ángel, porque creo que no es bueno que Dios esté solo. En su primera tira de ABC ese ángel-secretario le dice a su Dios: ‘Hemos cambiado de periódico pero somos los mismos, ¿no?’, a lo que el todopoderoso responde: ‘Dios dirá’. Y añadía, para terminar: “Hay otra deidad rampante que se llama Internet y que parece amenazar la prensa de papel. No manejo las nuevas tecnologías; lo voy dejando para mañana pero no me pongo nunca a ello. Pero sí, sí. Internet asusta un poco”.


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El escolta de Castro. Capítulo XXVI. El ex teniente coronel Sánchez continua hablando, desde América TeVe (canal 41 en Miami, FL, EEUU), de la desmitificación de la moral revolucionaria de Fidel Castro, de Francisco Soberón, ex presidente de la Banca Nacional de Cuba, de cómo actúa la inteligencia y la contrainteligencia cubana…


1 comentario:

Anónimo dijo...

pues, sí. quedé impactada al encontrarme con máximo en el abc. no puedo ni imaginarme qué se le cruzó por la materia gris a el país para prescindir de máximo. no lo entiendo ni lo entenderé. tienen allí gente carpetovetónica desde los años 70 que no los mueve nadie, y no tienen mayor interés. ¿y justo prescinden de máximo? es al menos extraño...