Jaume Matas, expresidente balear, en prisión tras denegar el Gobierno su indulto.
Jaume Matas sale de la Audiencia Nacional, en mayo de 2013.
El tribunal sentenciador y el informe de la Fiscalía se opusieron a
su indulto por la ausencia de arrepentimiento del condenado y la falta de
utilidad pública de la medida de gracia. El mismo Gobierno rehúsa, igualmente,
indultar al exjuez de la
Audiencia Baltasar Garzón; al torero, José María Ortega Cano;
a Julián Muñoz, ex alcalde de Marbella; al dirigente de Nuevas Generaciones del
PP, Ángel Carromero, A Lluis Gavalda, ex
director general de Empleo de la
Generalitat de Cataluña y a Antonio Alemany, periodista
mallorquín. Indultos que han sido denegados en bloque por el Consejo de
Ministros a propuesta del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. En los
siete casos, los informes fueron contrarios a la concesión de la medida de
gracia. El primero fue condenado por un delito de tráfico de influencias a
nueve meses y un día de prisión, multa de 6.000 euros e inhabilitación por
cargo electivo por el tiempo de cuatro años.
Jaume Matas será el primer
exministro del PP que entra en la cárcel. La Audiencia explica que el
no ingreso en prisión para penados con menos de dos años de cárcel no es
automático, sino una potestad de los tribunales, y que, en este caso, se valoró
la "peligrosidad" de los delitos cometidos por Matas y su conducta
posterior. “Estamos –dice la sentencia– ante un delito cometido dentro de las
estructuras de poder que las sociedades civilizadas y democráticas tratan de
combatir. El peligro de este tipo de acciones es innegable”. Matas sigue
teniendo otros procesos judiciales por corrupción. Su falta de arrepentimiento
llevaron a los jueces a decidir que debía entrar en la cárcel para cumplir los
nueve meses de condena. La concesión de medidas de gracia ha desencadenado en
los últimos años una fuerte controversia por algunos casos sonados. El indulto
concedido a un conductor kamikaze que había sido condenado a 13 años de prisión,
tras causar la muerte a una joven, provocó fuertes críticas al Ejecutivo y fue anulado posteriormente por el Supremo debido
a defectos de forma en la tramitación del expediente. Las medidas de gracia
concedidas a dos exdirigentes de Unió Democrática condenados por
malversación de fondos públicos o el indulto a cuatro mossos del delito de torturas
por el que tenían que ingresar en prisión supusieron también un desgaste para
el Gobierno. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró en marzo
pasado durante una visita a Barcelona que nunca concedería indultos a corruptos que se
lleven dinero al bolsillo.
Jaume Matas contrató
al periodista Antonio Alemany para que escribiera sus discursos. El periodista
facturó sus servicios a través de una empresa pantalla que, a su vez, se
encargaba de organizar las campañas electorales del PP. Alemany ensalzaba en
sus artículos del diario El Mundo los discursos que él mismo escribía
para Jaume Matas. El expresidente balear fue condenado por la Audiencia Provincial
de Palma de Mallorca a seis años de cárcel por fraude, malversación y tráfico
de influencias en relación con esta contratación a Alemany, pero el Supremo
redujo la condena a nueve meses de prisión por un solo delito, tráfico de
influencias. El Gobierno ha rechazado el caso de Garzón, poniéndolo en el mismo
plano que el de Matas, Muñoz o Carromero, Alemany, lo que ha irritado todavía
más a quienes le defienden.
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