viernes, 4 de julio de 2014

La Zarzuela almacena cientos de pares de zapatos de la reina Sofía.


 
Imelda Marcos, mujer del que durante 21 años fuera presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, tenía la pasión por acumular  pares y pares de zapatos que guardaba como oro en paño en el palacio presidencial de Manila. Tras la caída del régimen de Marcos en 1986, se descubrió una colección de más de mil pares, en sus aposentos. Un lujo que Imelda se había costeado con los casi 35.000 millones de dólares que ella y su marido amasaron a costa de las penurias del pueblo filipino.

También Sofía de Grecia, hasta hace unos días reina de España en activo, acumuló cientos de pares de zapatos en los armarios de su dependencia, en el ala de la Zarzuela que ocupaba. Y miles de trajes y vestidos, piezas de ropa que se amontonaban en ellos. Su pasión era y es acumular cosas sin orden ni concierto, “y eso que ella ha sido siempre muy pesetera, que la fama se la lleva el rey pero ella es de la cofradía del puño”, asegura El Buscón, en Vozpópuli. “Aunque yo destacaría como rasgo distintivo de la reina Sofía, que en mi opinión es una mujer de buen corazón, su falta de gusto para las cosas. Ella no tiene ni idea de lo que es bueno o malo –a la hora de comprar desde un vestido hasta una mesa de despacho, por ejemplo-, ni idea de lo que cuestan las cosas, ni gusto para comprarlas. Eso sí, todo lo que entraba se guardaba, aunque no sirviera para nada. Allí no se tiraba nada, ni el papel de envolver un simple regalo…”

“Durante años –añade El Buscón– la vida de la reina consistió en pasarse las mañanas hojeando periódicos, en compañía de su hermana Irene de Grecia, en torno a una mesa camilla instalada en un despachito silencioso con vistas a los jardines de Zarzuela, ajena a otra afición que no fuera esperar la llegada del viernes para, bien cargada de maletas de las que se surtía la familia de su hermano Constantino, rey depuesto de Grecia, viajar a Londres a pasar el fin de semana con su familia materna. Un estilo de vida que marcó, en opinión de los conocedores del entorno real, desde luego, la educación sentimental de los hijos, las infantas Elena y Cristina y el Príncipe Felipe. Nadie sabe cuál es el futuro que espera a esta mujer que simplemente no ha sido feliz al lado del Rey Juan Carlos. Si permanecerá en España, si se instalará en Palma de Mallorca, como sugieren algunos, o será Londres su destino definitivo, de la misma manera que tampoco se conoce el del rey recientemente abdicado. Nadie espera que, coronado ya Felipe VI, la pareja continúe compartiendo el mismo techo. Está por ver qué va a pasar con el palacio de La Zarzuela, y si Felipe y Letizia llegarán a ocuparlo pronto”. “Lo que está claro –continúan las fuentes– es que, como un día Juan Carlos y Sofía se decidan a hacer mudanza, la pareja va a necesitar un centenar de camiones tráilers, y no es exageración, para dejar vacíos los armarios y las habitaciones de palacio que hoy atiborran con las cosas más variopintas”.

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