“Gana Alemania: Vuelve el orden al Mundial”
José María Mijangos publica en
Cuartopoder el artículo humorístico “Gana Alemania: vuelve el orden al
Mundial”, en el que dice, entre otras cosas: “La mismísima Angela Merkel
se encargó de dictar las reglas del encuentro. Nada más llegar al palco, todos
se pusieron firmes, e incluso un par de presidentes se echaron mano al bolsillo
por si la canciller alemana había venido a cobrar los intereses.
Afortunadamente, sólo vino a contemplar el encuentro pero, por no perder la
costumbre, se cuenta que elaboró la alineación alemana, la argentina, embargó
la recaudación y amenazó al árbitro con el deshaucio por si se le cruzaban los
cables.
“En el túnel de vestuario, Carles Puyol y Gisele Bundchen custodiaban
la copa con miradas cómplices. Los guardias de seguridad, atendiendo a las
melenas de Puyol, habían colocado una alarma en la copa, por lo que pudiera
pasar. El bueno de Puyol parecía fuera de sitio teniendo que sonreír en el
túnel, en vez de vestido de corto, arengando a los compañeros y acogotando a
los rivales como hasta anteayer. Incluso la sonrisa se le helaba junto a la
espectacular modelo, no le fuera a ver su mujer por televisión.
“Cuando ambos equipos salieron al campo, los
niños que les acompañaban sentían sus manitas aprisionadas por la tensión de
los jugadores. El chaval que acompañaba a Mascherano necesitará una
reconstrucción de los huesos de la mano. Se palpaba la tensión, Khedira se
había lesionado en el calentamiento, y su sustituto, Kramer, se mareó a la media hora tras un
encontronazo argentino. Alemania comenzó dominando, con un Muller
inconmensurable, pero enseguida cayó en la cuenta de que Argentina no era
Brasil. Messi,
trenzaba, Higuaín fallaba, pero los albicelestes
presionaban y desarmaban el orden germano. Le ordenaron a Kross
organizar el equipo, él, que sólo había presidido una vez la comunidad de
vecinos y la habían impugnado. Alemania se reorganizó con un 4-2-3-1, y
Argentina lo fiaba a la genialidad de Messi y a la suerte de Higuaín, un
delantero que genera cien ocasiones y desperdicia noventa y nueve. Tuvo que
salir el Kun
Agüero para dar mordiente al ataque y presionar a la cansada
defensa germana.
“En la prórroga, ya que no había espectáculo, decidió darlo el árbitro,
perdonando la expulsión de Mascherano y Agüero. Pero Gotze puso
orden y taladró la red argentina al minuto. La última oportunidad, que le
podría haber otorgado a Messi la gloria, le ofreció el fracaso. No fue el Maradona del 86, que ganó él solo el Mundial jugando
la final contra los mismos rivales, y le confirma en el escalafón
inmediatamente inferior. Salvo Di Stéfano o Best, que no necesitaron ganar un Mundial para maravillar al mundo,
parece que al argentino o le falta un escalón, o le sobran los alemanes. No
obstante, la FIFA ,
con su peculiar sentido de la justicia, le otorgó el título de mejor jugador
del mundial. Ver para creer”.
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