El Gobierno y su mística española.
Jorge Fernández Díaz, un miembro
supernumerario del Opus Dei que se siente cómodo entre sotanas, afirmaba, hace
una semana, en la festividad de Santa Teresa de Jesús, que la figura de esta
santa “trasciende las fronteras de España”. En la celebración de una misa, en
Ávila, en honor de su patrona, a la que asistieron unas 6.000 personas, el
ministro del Interior resaltó –como miembro de la iglesia católica de la que no se pierde una misa ni cuando viaja al extranjero–,
que era un día “muy importante para España” e hizo hincapié en lo que Santa
Teresa “significa para la Iglesia y para el mundo”. No en vano, el Gobierno del
PP está organizando para 2015 un gran acto conmemorativo del V Centenario del
nacimiento de la santa y el presidente del Congreso, Jesús Posada, afirmó que “con
Teresa de Ávila se alcanza la cima más alta de la mística española”.
Los parlamentarios de la Comisión
de Cultura del Congreso de los Diputados, en una declaración institucional a la
que asistieron diputados del PP, PSOE y CiU, manifestaron su apoyo al
acontecimiento cultural a celebrar el año próximo año, con motivo del V
Centenario del nacimiento de Teresa de Ávila. Y reconocieron, al mismo tiempo,
a la patrona de los escritores españoles por su gran aportación a la literatura
española, especialmente al “Siglo de Oro”. Más papistas que el papa, los
diputados españoles rindieron homenaje a la ilustre escritora mística y a su extraordinaria
obra, e invitaron a todos los ciudadanos a acercarse a conocer su legado
cultural y patrimonial, participando de los actos que se organicen con motivo
de dicha conmemoración.
Jorge Fernández Díaz, actual ministro del
Interior, no se pierde una en lo que se refiere a santos y vírgenes. Dicen que
la veneración por los hábitos religiosos le viene de la infancia. “Hoy, dijo el ministro, es “un día muy
importante”, no sólo para Ávila, sino también para España, ya que Santa Teresa
es una figura que “trasciende las fronteras” desde el punto de vista religioso
como “cumbre de la mística”. De esta manera, volvió a encomendarnos a la santa como
“una importante intercesora para España en estos tiempos, también recios que
está atravesando” Y destacó ante la prensa la magnitud de la santa en la plaza
del Mercado Grande de la ciudad amurallada. Poco le faltó por hacer que todos
españoles fuéramos grandes devotos de la santa española. Y España, una grandes,
libre y devota teresiana.
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