martes, 28 de octubre de 2014

Rouco se va, refunfuñando.


 
Antonio María Rouco Varela, arzobispo Emérito de Madrid, cardenal de extrema-derecha, y presidente fascista de la Conferencia Episcopal Española, abandonó, al fin, aunque de mala gana, su puesto en el Arzobispado de Madrid, tras más de 20 años marcando el paso de la Iglesia católica. Fue en la mañana del pasado sábado, y se quejó de lo mucho que el Vaticano le ha “maltratado”.  Pese al nombramiento de Carlos Osorio, nuevo arzobispo, el cardenal se había resistido hasta ahora a dejar su residencia. En su retirada fue de vicaría en vicaría, quejándose de lo mal que le trata el Papa Francisco y cargando contra su apertura, incluso contra el Sínodo sobre la familia que a él le escandalizaba. Así lo cuenta José Manuel Vidal, autor del libro ‘Rouco. La biografía no autorizada’.

Carlos Osoro llamó en su primera homilía a “seguir haciendo de Madrid un lugar de encuentro, de acogida, de promoción de todo ser humano”. Osoro cuenta con 69 años y, antes de llegar a ser cura, tuvo una vida fuera de la Iglesia. Como el Papa Francisco, Carlos Osoro se acercó a la vida real en su homilía y llamó a reflexionar si se puede cambiar el mundo, “frente a la maraña de problemas que existen y a la impotencia que muchas veces sentimos”. Se preguntó si se puede hacer algo “frente a esta situación. ¿Vale la pena intentarlo? Claro que vale la pena –respondió–, pero no basta solamente con ser buenos y generosos. Hay que ser audaces, inteligentes, capaces y eficaces”, prosiguió el nuevo arzobispo, quien recordó que  “hay que tener proyectos, y es imposible hacerlos desde la confrontación, desde la falta de acuerdos, desde el conflicto. Se pueden hacer, si cultivamos y construimos la cultura del encuentro, donde el acuerdo es más importante que el conflicto, donde la unidad tiene más fuerza que la dispersión”, añadió Osoro, mostrándose como la antítesis de Rouco.

Rouco Varela venía de Santiago de Compostela, “en donde había ejercido el ministerio episcopal durante 18 años”. Recordó que “quería responder en Madrid a la llamada del Señor, en aquel momento crítico de la historia contemporánea de la Iglesia y del mundo”. Y no se resignaba a perder su palacio de arzobispo de Madrid, agarrándose a su cargo como un clavo ardiendo. Entre las autoridades presentes en su despedida se encontraban, entre otros, el presidente regional, Ignacio González; el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay; el presidente de la Asamblea de Madrid, Ignacio Echevarría; la alcaldesa de la capital, Ana Botella; el ex alcalde y ex ministro Alberto Ruiz Gallardón. Rouco Varela presentó su renuncia al Pontífice en agosto de 2011 por edad, después de cumplir los 75 años, una fecha que coincidió con la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). El Papa Francisco la aceptó y nombró al vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valencia, Carlos Osoro Sierra, nuevo arzobispo de Madrid, cuando Rouco Varela contaba ya con 78 años.

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