España, el zorro en el gallinero; Costa Rica, un país sin Ejército y la mili de Joaquín Sabina, en Mallorca.
El Ministerio de Defensa ha
reconocido que, desde que su titular, Pedro Morenés, tomara posesión de su
cargo, ha firmado un total de 32 contratos con empresas de las que él mismo fue
consejero hasta 2009 y representante hasta bien entrado el 2011. Así se
desprende de la respuesta del Gobierno a la pregunta parlamentaria presentada
por Jon Iñarritu, diputado de Amaiur en el Congreso de los Diputados. El Gobierno,
sin embargo, no aportó ninguna información más sobre la cuantía de estas
adjudicaciones a Instalaza SA y filiales del mismo grupo, en las que el
ministro trabajó desde 2004 a
2011. Tampoco detalló si estos contratos se adjudicaron a dedo o, por el
contrario, se realizó un concurso público para su adjudicación. La
información facilitada por el Gobierno no puede ser más vaga. La pregunta
parlamentaria de Amaiur reclamaba conocer los contratos realizados por Defensa
con Instalaza y otras empresas del grupo. La respuesta del Gobierno
detalla que, en este periodo de 14 años, el Estado español ha firmado 140
contratos con estas compañías armamentísticas.
Morenés reconoce
que el cabo Soria murió por varios errores del Ejército israelí.
El pasado 28 de enero moría, en Líbano, un militar español por un disparo del Ejército
de Israel. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, confirmaba el pasado martes
en el Congreso que el cabo, Francisco Javier Soria Toledo, había fallecido a
causa de “varios errores” cometidos por el Ejército de Israel, entre ellos
asumir un “riesgo excesivo al considerar como distancia de
seguridad menos de 500
metros con respecto al objetivo. Al menos nueve, de los
118 proyectiles que lanzara Israel ese día, se desviaron porque sus artilleros
“no disponían de ningún método o modo de observación de los impactos y, por lo
tanto, carecían de la posibilidad de efectuar corrección del tiro”.
Evidentemente, no se respetó la distancia de
seguridad con el destacamento de
cascos azules y tampoco tuvieron en cuenta el parte meteorológico. Pese a ello,
el ministro exculpando a los militares israelíes, declaró que “no había ningún
tipo de intencionalidad” del Ejército de Israel contra la misión de la ONU ya que sus acciones ese día se debían a una “respuesta” a un ataque previo de Hezbolá. . Otro de los errores
del Ejército israelí fue no tener en cuenta en la planificación
del tiro “el alzado de las
instalaciones” de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL). El
cabo Soria se encontraba en una torre de observación de 10 metros de altura.
El ministro de Defensa adujo, en defensa de los soldados israelíes, que los
artilleros tampoco disponían de “boletín meteorológico”, por lo que no pudieron
“tener en cuenta con exactitud los márgenes de error producidos por el viento,
que soplaba en esos momentos entre 30 y 45 kilómetros por
hora”. Añadió, en su defensa, que “esa fuerza puede provocar variaciones en
el tiro de más de 300
metros ”. Y afirmó que “Israel reconoce su responsabilidad por el impacto,
así como describe punto por punto los factores de error que han llevado al
fatal desenlace”. En este sentido, añadió que, “en derecho internacional, hay
responsabilidad por los daños que un Estado causa a otro por imprudencia –como
en el presente caso– aunque no haya dolo o voluntad directa en causarlos”. En
todo caso, y dado que “las responsabilidades no pueden ser ejecutadas
materialmente sin el consentimiento del Estado obligado, nuestra reclamación debe
buscar y busca en todo momento el
acuerdo entre España e Israel”. Una defensa en toda regla del acto del militar israelí,
justificado de esta manera, y dejando la muerte del soldado español en un mero
accidente involuntario.
Pacto
de silencio PP-PSOE para seguir engordando el agujero del gasto en armamento
hasta 2030.
Morenés pretende recordar al cabo español como “un ejemplo de servicio y abnegación”,
asegurando que “velamos y velaremos para que el presente y futuro de los suyos,
especialmente de su mujer y de su hijo recién nacido, estén tan llenos de
expectativas como hubieran estado si el cabo Francisco Javier continuase entre
nosotros”. Es deplorable la manera que tiene el ministro del Ejército de velar
por los militares que arriesgan sus vidas en el extranjero. Y comprendemos las
palabras de Jon Iñarritu, diputado
de Amaiur, quien afirma que tener a Morenés como ministro de Defensa es como
“poner al zorro de guardián del gallinero”.
La vinculación del ministro de
Defensa con la industria armamentística ha estado en repetidas veces en el
centro de la polémica desde que Morenés asumió la cartera. En su primera participación
en una Comisión de Defensa, en enero de 2012, la oposición ya planteó si era
conveniente que un hombre fuertemente vinculado a empresas del sector
armamentístico ocupara la cartera de Defensa. El ministro señaló entonces
que su relación con Instalaza se produjo entre 2005 y 2007. Sin embargo, el
Boletín Oficial del Registro Mercantil reflejaba que Morenés fue representante
de Instalaza S.A. hasta el 20 de septiembre de 2011, apenas dos meses antes de
asumir la cartera. Recordemos que la empresa Instalaza S.A. denunció al
Ejecutivo de Zapatero, en 2010, reclamando 40 millones de euros “por daños y
perjuicios” por la prohibición del uso, almacenamiento y fabricación de las
bombas racimo en España, a raíz de la firma del Tratado de Dubín. La Audiencia
Nacional, no obstante, dio la razón al Gobierno y rechazó indemnizar a
Instalaza. Curiosamente, esta sentencia se produjo cuando Morenés ya era
ministro. Un ministro que fue, repetidas veces, duramente criticado. En
una de las últimas, Irene Lozano, diputada entonces de UPyD, protagonizó un choque
con el ministro de Defensa por el “caso Zaida”, calificando a Morenés de ser
“una puerta giratoria en sí mismo, un conflicto de intereses andante. Fue
secretario de Estado a finales de los 90, donde puso en marcha los programas
especiales de armamento (30.000 millones -una Bankia y media-), de ahí se
fue al Ministerio de Industria para poner en marcha unos créditos blandos a la
industria de la Defensa. Después estuvo ocho años trabajando en, al menos, una
decena de empresas relacionadas con la industria del armamento y luego vino al
Ministerio a renegociar la deuda de los programas especiales de armamento que
es para lo que le han puesto. Han puesto el lobby incrustado en el
Consejo de Ministros”.
El
general José Figueres Ferrer disolvió el ejército costarricense, un país sin
ejército, sin caza, y con energía renovable.
Y mientras el ministro de Defensa
español y el sector armamentístico se ensartan contra todas las críticas que le
caen encima, en otros países, las polémicas en torno al Ejército desaparecieron
al desaparecer éste hace casi setenta años. Hablamos de Costa Rica, un país
que, a finales de 1948, cuando el mundo salía de la Segunda Guerra Mundial y
entraba en las primeras horas de la llamada Guerra Fría, decidía abolir su Ejército.
Una desmilitarización que fue consecuencia de una larga historia que empezaba
en 1825, cuando se abolieron los fueros especiales para militares y
eclesiásticos. El 1º de diciembre de 1948, el General Figueres, victorioso en
la guerra civil de ese año, disolvía el Ejército en este país de Centroamérica.
Un hecho que simbolizaba el fin de una era castrense y el inicio de una
seguridad y educación, convertidas en prioridades del Gobierno. En 1949, la
eliminación del Ejército es incorporada en la Constitución, lo que permitió
utilizar los presupuestos antes asignados al Ejército en el desarrollo del
aparato educativo. De esta manera, se creaba la policía civil, para el
resguardo del orden público. Y la Junta Fundadora de la Segunda República
traspasaba el Cuartel Bellavista a la Universidad de Costa Rica para que allí
se instalara el Museo Nacional. En una ceremonia en el Cuartel Bellavista, Figueres rompió
una pared con un martillo como
símbolo del final del espíritu militar “El primero de diciembre de 1948
–escribe José Figueres– dí unos mazasos sobre un muro del Cuartel Bellavista, para
simbolizar así la eliminación del vestigio del espíritu militar de Costa Rica
en otro tiempo. Entregué el edificio para sede de un museo de antropología que
hoy sigue irradiando cultura. Los hombres que ensangrentamos recientemente a un país de paz, comprendemos
la gravedad que pueden asumir estas heridas en la América Latina, y la urgencia
de que dejen de sangrar. No esgrimimos el puñal del asesino sino el bisturí del
cirujano. Como cirujanos, nos interesa ahora, más que la operación practicada,
la futura salud de la Nación, que exige que esa herida cierre pronto, y que
sobre ella se forme cicatriz más sana y más fuerte que el tejido original. Somos sostenedores definidos del
ideal de un nuevo mundo en América... La pequeña Costa Rica desea ofrecerte siempre,
como ahora, junto con su corazón, su amor a la civilidad, a la democracia”.
Museo Nacional de Costa Rica, ex cuartel Bellavista.
El Presidente de la República y los ministros de la Presidencia, de
Seguridad Pública, de Educación Pública, de Cultura, Juventud y Deportes y
Relaciones Exteriores y Culto, consideraron entonces que la idiosincracia
costarricense estaba estrechamente ligada a la vocación nacional de desarme,
neutralidad y paz dentro de los principios de libertad y democracia, constituyendo
un sentimiento ancestral y una herencia que debían mantenerse. Desde su incruenta
independencia, en 1821, Costa Rica había adoptado el régimen de derecho como
norma de conducta, habiendo evolucionado hacia una sociedad en la que la
institución militar perdió progresivamente sentido ante la fuerza de la razón.
De ahí que la Junta de Gobierno, presidida por don José Figueres Ferrer,
eliminara el ejército y convirtiese el antiguo Cuartel Militar Bellavista en
sede del Museo Nacional. El artículo 12 de la nueva Constitución, rezaba así: “Se
proscribe el ejército como institución permanente. Para la vigilancia y
conservación del orden público, el Estado contará con las fuerzas de policía
necesarias. Sólo por convenio internacional o para la defensa nacional podrán
organizarse fuerzas militares, las cuales, lo mismo que las de policía, estarán
siempre sujetas al Poder Civil, y no podrán deliberar ni hacer manifestaciones
o declaraciones, en forma individual ni colectiva”. Esta abolición hizo que se destinasen
más recursos públicos al desarrollo del país, especialmente en materia de
educación, salud y cultura”. Tras una larga carrera política que se extendió
hasta 1974, Figueres se dedicó a impartir conferencias por universidades de
todo mundo, recibiendo en algunas el doctorado Honoris Causa, y ejerció de Embajador Itinerante por los países vecinos hasta su
muerte en 1990. En España fue distinguido como “Hijo predilecto” de Barcelona.
José Figueres Ferrer, “Don Pepe”, hijo de un matrimonio español
que emigró a Costa Rica en busca de fortuna, es hoy recordado como el hombre
que se impuso en la guerra civil con el apoyo de la “Legión del Caribe”, el fundador de la Segunda República de su
país y
el presidente que disolvió el ejército en Costa Rica. La
familia de este controvertido político, tan capaz de iniciar una guerra como de
suprimir las fuerzas armadas en su país, procedía de Os de Balaguer (Lérida). Sus padres, Mariano Figueres Forges –médico
de profesión– y Francisca Ferrer Minguella –profesora
de primera enseñanza–, emigraron en 1906 a Costa Rica. Se desconoce las razones de
su decisión pero se ha especulado con que la inseguridad que se vivía en Barcelona en esos años pudo
influir en que se trasladaran a América. Además, la hermana de “Paquita”, como
otros tantos españoles de su tiempo, ya se encontraba residiendo allí. Cuando
el doctor Mariano Figueres Forges llegó al país centroamericano junto a su
mujer, embarazada de seis meses, fue presentado ante el Presidente de la República, algo habitual
en aquellos tiempos tratándose de un hombre con carrera, y éste le ofreció una plaza de médico en San Ramón, pueblo
al cual ningún médico quería ir por las dificultades de acceso. En este
ambiente agrícola de niños descalzos se crió el presidente José Figueres
Ferrer, quien, nada más llegar al poder, impulsaría políticas para repartir calzado en
las zonas rurales. El médico y su familia se trasladaron posteriormente a San José para
dirigir su propia clínica en la capital. Junto a otros españoles que habían
emigrado a Costa Rica, padre e hijo eran
miembros asiduos de la Librería Alsina, propiedad de un catalán
establecido en Centroamérica desde hacía años, para disfrutar de tertulias
literarias con fuerte carga política. A los 18 años, José marchó a Boston para estudiar medicina en
1924, ya que la ilusión de su padre era que siguiera sus pasos, pero nunca
terminó sus estudios, empleando el viaje para modular su discurso político. A
su regreso de EE.UU., se vinculó a distintos grupos agrícolas que reivindicaban
un reparto más equitativo de las tierras y publicó en la prensa escritos
políticos distribuidos en el “Café Popular” de San José. De aquellos años también destacó
por su afiliación al grupo Pro República Española en el contexto de la Guerra Civil.
Costa Rica, un país sin ejército
pero con energía renovable.
El país solo mantuvo su guardia civil, actualmente la Policía o Fuerza Pública,
para asuntos de orden público. En la actualidad, este cuerpo cuenta con apenas 10.500 hombres que velan
por los casi 4,5 millones de habitantes, y aun así, según el Índice de Paz
Global de 2013, es la nación más pacífica de Centroamérica y la tercera de
Latinoamérica, después de Uruguay y Chile.
La supresión del ejército permite hoy el financiamiento de la totalidad de las
universidades públicas y de tres hospitales del país. La tasa de analfabetismo
en Costa Rica es de sólo un 4 por ciento. “No
hay peligro de conflictos, todo se resuelve con diplomacia”, dice Jorge, un
estudiante de San José, la capital. En 1985, cuando en Centroamérica
países como Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala estaban en guerra, se
realizó una encuesta sobre el restablecimiento del ejército y un 90 por ciento
de los costarricenses dieron una respuesta negativa, destaca Víctor Ramírez,
autor del libro José Figueres Ferrer, carácter y
pensamiento. ¿Qué
pasaría si Costa Rica fuera atacada? “La fuerza de defensa que tiene Costa Rica
es que nadie se va a atrever a enviar un ejército para invadirlo. Si vigilamos
las fronteras es por un asunto de seguridad ciudadana”, responde Janina del
Vecchio Ugalde, ministra de Seguridad Pública. Costa Rica forma parte del Pacto de Bogotá y ha firmado el Tratado de Asistencia
Recíproca, por lo cual, si fuera agredido, contaría con la protección de la
fuerza multinacional de la OEA. Para combatir la delincuencia, el narcotráfico,
la violencia interna, cuenta con la guardia civil. El presupuesto destinado a
la seguridad se incrementó en un 35 por ciento para 2009. “Se necesita tener
una fuerza civil muy profesional porque los delitos se han sofisticado y en el
narcotráfico hay mucho dinero”, explica Janina del Vecchio Ugalde. “En Costa
Rica no se permite la instrucción militar ni de Estados Unidos ni de China ni
de Israel ni de Colombia ni de nadie. Pero, en este país, hay gente que sabe de
seguridad y de tácticas militares”, concluye Daniel Matul.
En diciembre del 2012, Costa Rica se convertía en
el primer país de América Latina en prohibir la caza como deporte, tras una
votación unánime del Congreso. En octubre, los legisladores habían aprobado
provisionalmente una reforma a la Ley de Conservación de la Vida Salvaje. El
país centroamericano ya es conocido por su conciencia ecológica, con un 25 por
ciento de su territorio protegido como parques nacionales o reservas. Bajo la
nueva ley, quienes son atrapados cazando pueden enfrentarse hasta a cuatro
meses de prisión o a multas de hasta 3.000 dólares. Otras penas más pequeñas son
destinadas a quienes roban animales salvajes o los mantienen como mascotas. Los
jaguares, pumas y tortugas marinas se encuentran entre las especies más
atesoradas. “No hay datos de cuánto dinero genera la caza en el país, pero sí
sabemos que, en la actualidad, hay giras clandestinas de cacería que cuestan
alrededor de 5.000 dólares por persona”, dice Arturo Carballo, director adjunto
de Apreflofas, una organización ambientalista que encabezó la reforma. Los
cazadores extranjeros vienen a Costa Rica en busca de felinos exóticos,
mientras que otros buscan obtener loros raros y coloridos como mascotas. Por
otra parte, desde hace casi tres meses, Costa Rica funciona sólo con energía
renovable. Las
fuertes lluvias en la región permiten al país renunciar por completo a los
combustibles fósiles, y alimentarse casi en su totalidad de la electricidad
generada a partir de cuatro plantas hidroeléctricas, con un poco de ayuda extra
de proyectos de geotérmica, solares y eólicos. El Instituto estatal
Costarricense de Electricidad (ICE) anunció la noticia, señalando que no han tenido
que recurrir a la energía generada por combustibles fósiles en todo lo que
llevamos de 2015. Las abundantes
lluvias alimentan sus cuatro plantas hidroeléctricas y una multitud de volcanes
sirven para las instalaciones geotérmicas. Costa Rica es el primer país
que logra generar toda su energía de fuentes renovables, sin la necesidad de utilizar ningún tipo
de hidrocarburo, ahorrando de esta manera toneladas de CO2.
Entre los
fotomontajes de esta semana cabe recordar el de Rodrigo Rato, el “gran gestor”
económico del PP, quien fuera el “gran ministro” de Aznar, director del Fondo
Monetario Internacional y el gran orgullo y estrella de la derecha. El mismo
que dijera que teníamos que apretarnos el cinturón porque habíamos vivido por
encima de nuestras posibilidades fue detenido en jueves pasado, aunque solo por
unas horas, por blanqueo de dinero, fraude fiscal y evasión de capitales. Y,
con su detención, todo el modelo económico del PP quedó retratado. Agentes
de Hacienda llevaran a cabo el registro de su casa. La intervención se produjo
después de que Antifraude investigara a Rato por posible delito fiscal tras
acogerse a la amnistía que llevó a cabo el Gobierno del Partido Popular. Posteriormente,
fue puesto en libertad. En la foto
siguiente, el gabinete de la vergüenza. Once de los 14 ministros de Aznar están
imputados.
Hoy presentamos esta serie editada por Delirios
de librería y comics.
A esos que se creen que la liberación de la mujer
pasa por poder ser presidenta, ministra, policía o militar.
Es inevitable ver las similitudes e imaginarse a
la Esperanza tragándose un ratón...
EspeyCifu. Esperanza
Aguirre, condesa consorte de Bornos y grande de España, ex presidenta del Partido Popular en la Comunidad de Madrid y candidata a alcaldesa, y Cristina Cifuentes, ex delegada del Gobierno y
candidata a la Comunidad de Madrid, comprueban si todos los golpes que los
madrileños han recibido estos años de los antidisturbios les han dejado
imbéciles...
Y que la lucidez la tenga que poner el creador
del loco más insigne de la literatura... Aunque para lucidez, la de El Roto,
siempre en el clavo.
Ya que el PP ha conseguido que no haya imputados
en sus listas con este ligero matiz, proponemos otro pequeño cambio, menos
sutil pero más cierto.
Para resolver el 3+2, nos hace falta una formula
como esta...Bravo por l@s estudiantes en huelga, y por la viñeta de Leandro
Barea..
"Aquella vez, cuando hice fracasar a Joaquín
Sabina".
“Joaquín Sabina –escribe Pep Roig en un artículo
en el diario Ultima Hora del pasado domingo– lleva muchos años triunfando en su
faceta artística como cantante, poeta, dibujante, apurador de la vida y casi
todo lo que se proponga, aunque a veces la mala salud, por los excesos varios,
le ha dado algún susto que otro, de tal manera que no le ha quedado más remedio
que corregir algunos de sus hábitos”. En 1968, Sabina se había trasladado a Granada para matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras e
iniciar los estudios de Filología Románica en
dicha universidad. Joaquín vivía por primera
vez con una mujer, llamada Lesley, y preparaba su tesis de español. Pero su
ideología izquierdista le llevó a relacionarse con movimientos contrarios al
régimen franquista. Este mismo año, cuando se proclamó el estado de excepción,
su padre, que era comisario en Úbeda, recibió la orden de detenerle por
pertenecer al PC. Había comenzado a colaborar con la revista Poesía
70, compartiendo páginas con Luis Eduardo Aute o Carlos Cano.
En ese mismo año, 1970, lanzaba un cóctel molotov contra
una sucursal del Banco de Bilbao, en
Granada, en protesta por el Proceso de Burgos,
por lo que se vio obligado a exiliarse. Al carecer de pasaporte,
no pudo salir inmediatamente del país, pero conoció a un hombre, Mariano
Zugasti, que, tras unas horas de conversación, le cedió el suyo. Con
nombre falso y acompañado de Lesley, Joaquín puso rumbo a París,
donde pasó unos meses, y posteriormente a Londres,
donde vivió como squatter (okupa) durante su primer año de estancia
en la ciudad. Gracias a Lesley, consiguió que le hicieran una entrevista y
presentara su caso. El Daily Mirror publicó
que, a su vuelta a España, le esperaría la pena de muerte, pero
consiguió que las autoridades británicas le concedieran el asilo político por un año. Se dirigió a Edimburgo, permaneciendo allí cuatro meses. Luego,
pasó a Londres, en donde abandonaba a Lesley. En el año 1977, tras la muerte de Franco, conseguía volver a España. Y le
tocó hacer “la mili”, en Palma de Mallorca. Se cuenta que el enlace eclesiástico
con Lucía Inés Correa Martínez, una argentina que
había conocido en Londres durante su exilio, se celebró con el único propósito
de conseguir el “pase de pernocta” (permiso que se daba a los soldados para que
pudieran ir a dormir a sus casas). Esto le permitió trabajar en el diario local “Última Hora” en el que conoció al dibujante Pep
Roig, quien, además de trabajar en el
periódico, tenía también una guitarra, pintaba y hacía sus pinitos en otras
artes.
Sabina
escribió la letra de una canción en la que Pep Roig era el protagonista.
Fue a raíz de unas críticas feroces lanzadas contra él por Joan Pla en el
diario “Baleares”, diario competidor de “Ultima Hora”, que terminó siendo
absorbido y comprado por Pedro Serra, hoy al mando de una cadena de medios de
comunicación. “Pla y yo –reconoce Pep Roig–, ahora somos muy amigos. La canción
la cantaba Sabina entre nosotros, pero nunca en público ni en disco. Este era
el texto que Sabina escribió para mí”:
En una
ocasión en que Pep Roig preparaba una exposición de dibujos de humor en el
salón Recreo, de Capdepera, Sabina hizo un cartel sobre la misma. Entonces, Sabina
todavía no había grabado ningún disco. Al faltarle unos diez marcos con cristal
medida DIN a 4, Pepe Roig se dirigió a la casa en que Sabina vivía, en la calle
Santa Clara, y allí consiguió los marcos, que nunca devolvió al piso de Santa
Clara.
Pep Roig, periodista y
dibujante.
Pep recuerda con cierta
pesadumbre el fracaso de Sabina que, en aquellos tiempos, ya intentaba darse a
conocer. Hoy, recuerda con humor: “Puedo decir, que no presumir, de haberle
causado su primer fracaso en su carrera musical. Fue cuando sólo era aquel amigo que interpretaba sus canciones por
la calle sin haber pisado, con éxito al menos, estudio de grabación alguno.
Durante un tiempo, Joaquín dividía su tiempo con los deberes militares
impuestos, los del servicio obligatorio, y los laborales, en la sección de
Internacional de ‘Última Hora’. Soldado de día y periodista de noche, solíamos
disfrutar del concierto que, con su guitarra, nos ofrecía, en los postres de
alguna cena o almuerzo en común. Pensó,
Sabina, que había llegado la hora de montar una maqueta con sus canciones y el
momento de ofrecerlas a una discográfica. Le ofrecí mi magnetófono y mi
guitarra de 12 cuerdas (ya sólo le quedan cinco). Nos pasamos una tarde
grabando dos cintas de cassette, una para mí (que no la encuentro por ningún
lado) y otra para él. Me contó que fue un
fracaso, porque mi grabadora funcionaba a menos revoluciones de lo normal, por
lo que, al ponerla en el reproductor de la discográfica, su voz sonaba como de
pito. Rotundo fracaso, tanto que le mandaron con su música a otra parte. Aunque
supongo que entonces, eso no me lo dijo, debió maldecir mi ‘colaboración’, no
tardó en superar el trauma, sin dejar de tocar la guitarra, de escribir
canciones y de vivir”.
Del humor de esta semana aparecido en la prensa,
me quedo con Peridis, El Roto, Forges, M. Fontdevila, Ferrán, J. R. Mora, Soro
y Cupido.
Y de Pep Roig: La patria de la
derecha, Rato toca la campanilla de Montoro, Más menos, La miserable recuperación
económica, Dime con quien andas.
Terminamos ya con cuatro vídeos. El primero, sobre la detención de Rodrigo Rato:
El segundo es un documental sobre José Figueres Ferrer (Pepe Figueres) expresidente de la República de Costa Rica. Fue transmitido en la televisión catalana. Hijo de emigrantes catalanes, Figueres fue un anti franquista catalán distinguido como “Fill predilecte” de Barcelona. En 1975, dirigió una carta a l'Assemblea Legislativa en la que donó todos sus bienes al país. Murió en San José el 8 de junio de 1990.
Esta es la careta de la versión "polonesa" de "Juego de Tronos". Con la imputación de la infanta Cristina, la casa real ve cómo su trono está en peligro. El rey Juan Carlos (Toni Albà) y el príncipe Felipe (Queco Novell) intentan encontrar una solución antes de que todo el reino se vuelva en su contra.
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