Susana y Teresa frente a frente y fuera de Semana Santa.
“Lo
bueno que tienen los católicos –escribe Juan Tortosa– es que, cometan la
fechoría que cometan, luego van, se confiesan y ¡ale hop!… se quedan limpitos
de polvo y paja. Un auténtico chollo cuando eres político. Por eso, digo yo,
debe haber en nuestro país tanto político católico. Si la semana santa es como
una especie de ITV para los católicos en general, no te digo yo para los
que se dedican a la política. Una vez cerrado el paréntesis festivo, regresan a
sus cuarteles debidamente procesionados y rezados, además de convenientemente
confesados, comulgados y –según dicen ellos- arrepentidos. Con el contador a
cero para volver a gastar putadas. Lo dicho, una verdadera bicoca para tanto
político mentiroso y prevaricador. ¿Cómo van a preocuparles los estragos que
originan sus putadas? Si les basta con volver a confesarse. Así que, apenas
llega el domingo de resurrección, aquí los tenemos de nuevo a todos:
arremangados, insultándose entre ellos y dispuestos a volver a pegarse patadas
en nuestros culos. (…) Vuelven recién confesados y nos mentirán sin escrúpulos
todo lo que haga falta para continuar donde están. La “socialista” Susana Díaz, católica ella también, volverá a
intentar seducir prometiendo cosas que no cumplirá, como hizo con Izquierda
Unida. Mentirá, pero ya se arrepentirá después. Ahora necesita abstenciones
para volver a ser elegida presidenta y cuando se ha puesto a hacer cuentas en
serio, se le ha empezado a congelar aquella irrespetuosa sonrisa con la que
irrumpió junto a los suyos rampa abajo para celebrar el resultado electoral.
“Espero
de corazón –confiesa Tortosa– que Teresa Rodríguez no se deje engañar y no le facilite
las cosas. Y para no facilitarle las cosas, Podemos tiene que votar NO a la investidura.
Como dice un buen amigo mío, apoyar a Susana situaría a Podemos en un lugar más
vergonzante que el de IU: sería darle el gobierno al PSOE a cambio de nada. Sería
regalarle a Esperanza Aguirre y a tantos otros como ella el argumento de que
votar a Podemos es votar por el PSOE.
Si Podemos vota NO a la investidura de Susana Díaz pueden pasar dos cosas: que
el PP le
dé el gobierno al PSOE,
con lo que quedaría inaugurado el reconocimiento explícito del bipartidismo, o
que haya que convocar nuevas elecciones. No pasa nada. Con miedo no se hacen
los cambios. Como dice otro amigo mío, si eres cobarde una vez estás admitiendo
que es muy probable que lo seas siempre. Susana regresa ‘nueva’ después de
una semana santa andaluza con una temperatura de ensueño. Ella y los suyos
creen estar en racha. Pero en manos de Podemos está la posibilidad de hacer que se
baje del caballo. Si tragan y le ayudan a ser presidenta, los llevará al huerto
incumpliendo todos sus compromisos sin que se le mueva un solo músculo.
Experiencia en traicionar y mentir no le falta. Le bastará con volver a
confesarse. Es lo que tienen los católicos. Un chollo cuando se dedican a la
política”.
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