El rey desnudo, el referéndum catalán y el choque de trenes.
El rey, desnudo.
“Dice el cuento de Hans Christian
Andersen, publicado en 1837, que hace muchos años había un rey muy preocupado por
su vestuario que oyó decir que había unos sastres que podían fabricar la tela
más bonita que se podía imaginar, tela que tenía la cualidad que era invisible
a los estúpidos o incapaces para ejercer su cargo. Obviamente no había tela
alguna. El rey envió a varios ayudantes a mirar la tela, pero ninguno se
atrevió a reconocer que era incapaz de verla. El propio rey, incapaz de
reconocer su estupidez, salió desnudo a un desfile y nadie se atrevió a decir
nada hasta que un niño dijo: ‘¡Pero si va desnudo!’. La multitud empezó a cuchichear, y,
posteriormente a gritar que iba desnudo, pero el rey, que se dio cuenta que
tenían razón, siguió el desfile como si nada. En el caso de Cataluña, Mariano
Rajoy, preocupado exclusivamente por su vestuario (ganar elecciones) ha querido
creer que la tela existe. Que sus ayudantes tienen razón. Que el problema
desaparecerá por arte de magia cuando haga su desfile triunfal con la fuerza
del Estado por las calles de Barcelona. Y que, si el problema no desaparece, la
lección dada a los díscolos catalanes le ayudará a ganar las próximas
elecciones. Y las siguientes, y las siguientes... Y se equivoca. El problema no
va a desaparecer, suceda lo que suceda el 1-O. Y si fuera verdad que el desfile
le ayuda a ganar elecciones, será a un precio costosísimo: la desafección
permanente de una parte del pueblo y la creación de un caldo de cultivo
abundante para un futuro brillante del independentismo”. Así comienza Jordi
Ruiz de Villa el artículo “Mariano Rajoy, un rey desnudo en Cataluña’, publicado
en Vozpópuli. Cada vez que el autor de este artículo se desplaza a Madrid, le
preguntan, como catalán que él es: “¿Y qué hace la sociedad civil catalana?”. Y
su contestación, como parte de esa sociedad, amante del orden y la ley, es
siempre la misma: “Llevamos 6 años abandonados por el Estado. Solo un ministro
de Exteriores se ha dignado a intentar contrarrestar el discurso de los
independentistas en Cataluña en un debate televisivo, y un exministro
socialista ha publicado un pequeño libro rebatiendo las tesis independentistas.
Nada más”.
Jordi Ruiz continúa diciendo “A
una gran parte de la burguesía, a la que tanto se acusa de conformismo o de
alentar el independentismo, se le ha secado la boca pidiendo un cambio de rumbo
de la política del Estado en Cataluña. Y me consta que algunos asesores de
Mariano Rajoy también eran partidarios de ese camino. Pero siempre han recibido
la misma respuesta: ‘No se puede ceder al chantaje’, ‘Los independentistas son
insaciables’, ‘Demos lo que demos, seguirán pidiendo más y más’. Craso error. Esos
acólitos del rey están tan preocupados por los votos que ganan en el resto de
España en su estrategia de ‘a los separatistas, ni agua’ que no ven que el mensaje que se percibe en
Cataluña es ‘a los catalanes ni agua’. Y así el independentismo ha ido calando
en la sociedad hasta niveles inimaginables hace solo 5 años. Para muestra, la
multitud que acudió a la Diada de Catalunya. Por muchos cuerpos de seguridad
que desfilen el 1 de Octubre en Cataluña, el rey no va vestido. No le cubre
ninguna tela que haga atractivo seguir perteneciendo a España, y, si la tiene,
la esconde. De ahí que un porcentaje muy significativo de la población -incluso
de la población acomodada- se quiera ir. ¿Se podía haber evitado? Rotundamente,
sí. Hubiera bastado con tener presencia. Hablar. Explicar por qué formar parte
de España es una opción atractiva. Cumplir la palabra dada, las inversiones
pactadas en el Estatut, diga lo que diga el Tribunal Constitucional. Generar
confianza. Seducir a la población para que designe nuevos representantes
políticos que abandonen este camino. Pero ya se sabe, en este país parece que
solo obtienen recursos los territorios cuyos votos son necesarios para aprobar
los presupuestos generales del Estado. Además, incrementar los recursos de
Cataluña (aunque fuera un compromiso aprobado por las Cortes Generales en el
Estatut) probablemente se hubiera convertido en un arma arrojadiza política con
un coste electoral. Y no hay rey al que le guste más ganar elecciones que a
Mariano Rajoy. Y claro, así las cosas, estamos predestinados a ver el triste
espectáculo de un rey desnudo acabando su desfile el 1 de Octubre, acompañado
de las fuerzas de seguridad del Estado, pero entre los cuchicheos y
exclamaciones de su pueblo en Cataluña. Solo deseo que el 2 de Octubre se
escuchen las voces que desde Cataluña pedimos un cambio de rumbo. Y que alumbre
un nuevo periodo de reconciliación, generosidad y ausencia de revanchismo. Que
el Rey y el resto de España no hagan como si no pasara nada. Cuando vuelva a Madrid
y me pregunten de nuevo: ‘¿Y qué hace la sociedad catalana?’, volveré a decir:
‘Pues eso. Avisad al rey... de que va desnudo’.
“El individuo que ahora nos pide
tranquilidad, es el mismo que nos dijo que no utilizarían ni un euro del dinero
de los contribuyentes para rescatar a los bancos. El que destruyó pruebas,
mintió, se ocultó tras una pantalla de plasma… ahora nos pide que confiemos en
él, que lo tiene todo bajo control, que es un menda de fiar. Rajoy no ha sido
un político, ha sido un muro. Y los muros están ahí para ser derribados: la
solución para Cataluña, si existe, solo puede estar detrás de esa indolencia”.
Así se expresa Javier Pérez de Albéniz, en Cuartopoder, quien nos señala que,
ante la incertidumbre producida por la deriva secesionista catalana, los
ciudadanos españoles no tienen por qué preocuparse: están en buenas manos. “Son
las tranquilizadoras intenciones de un líder político acostumbrado a sortear
los problemas, de un hombre calmo, enemigo de tomar decisiones, de un ser
consumido por la pachorra que se niega a realizar cualquier tipo de esfuerzo
aplazable. Algunos de ustedes seguro que ya han adivinado de quién se trata:
Mariano Rajoy Brey, presidente del Gobierno de España. ‘Lo vamos a hacer bien,
no tengan ninguna duda’, aseguró, refiriéndose a su estrategia para frenar la
revuelta nacionalista. El individuo que ahora nos pide tranquilidad, que nos
invita a confiar en un político de su categoría, en un estadista de su
prestigio, en un negociador de su caché, es el mismo que nos dijo que no nos
preocupásemos, que no utilizarían ni un euro del dinero de los contribuyentes
para rescatar a los bancos. Todo parece indicar que estamos en buenas manos:
acabamos de saber que el Gobierno solo recuperará 14.275 de los 54.353 millones
de dinero público del rescate. Apenas el 26%. En muy buenas manos, diría yo: El
pájaro que nos pide confianza y tranquilidad ante la ilegítima exigencia
independentista es el mismo que ha dirigido durante años un partido corrupto
que se financiaba ilegalmente, que tenía una caja B, que repartía sobres con
sobresueldos, que pagó la reforma de su sede con dinero negro. El tipo que
garantiza que se cumplirá la ley en Cataluña es el mismo que pidió a su
tesorero, tras conocer que éste escondía 40 millones de euros en Suiza, que
fuese fuerte, que aguantase. El mismo que ha destruido pruebas, ha mentido, se
ha ocultado tras una pantalla de plasma… Ahora nos pide que confiemos en él,
que lo tiene todo bajo control, que es un menda de fiar… Sería un milagro que
en este momento de especial dificultad, y ante una serie de decisiones tan
comprometidas como complejas, decidiese ponerse las pilas y ejercer de
auténtico presidente. En cualquier caso, ya sería tarde para eso. Son muchos
años mirando para otro lado, ignorando el conflicto, evitando el diálogo, esquivando
la negociación, despreciando a los que piensan de otra manera. Demasiado tiempo
alimentando la división y el enfrentamiento. Rajoy no ha sido un político, ha
sido un muro. Y los muros están ahí para ser derribados: la solución para
Cataluña, si existe, solo puede estar detrás de esa indolencia”.
El Intermedio abordó la Diada de
Cataluña con el humor habitual del programa de La Sexta. “Podríamos haber hecho una llamada a la
concordia –dice Wyoming– pero, como esto no es Supernanny, nos hemos adelantado
y construido nuestro propio muro. Míralo. Primeras calidades... ¡ya les
gustaría a los de Juego de Tronos. Eso sí, al otro lado no están los otros,
están els altres”. Y Wyoming siguió vendiendo las bondades de su propio muro,
asegurando que “en la parte del muro en la que me encuentro está España. Con su
himno, su bandera rojigualda, el boom del ladrillo y, lo que es más
definitorio, n señor trabajando y el resto mirando. Al otro lado se extiende
L'Intermedi”. Con lo que no contaba el presentador madrileño es que al otro
lado del muro también estaban Dani Mateo y Thais Villas, quienes habían optado
por 'independizarse' de su jefe. Según la colaboradora, sus motivos no eran
económicos ni de sentimiento patriótico. Todo mucho más sencillo. “Cómo íbamos
a decir que no a un muro que nos separa de ti”.
Los del silencio.
La escritora y periodista
española, Cristina Fallarás pone el ejemplo entre dos que gritan y suele llevar
las de perder un tercero que calla. Según ella, en el Procés catalá sucede algo
parecido. Se usan dos enfrentamientos distintos. 1º, Cataluña contra España. O
sea, los malos y los buenos. España se rompe, Madrid nos roba y demás
compañeros mártires. Este es el que prefiere el Gobierno de Mariano Rajoy. Y
2º, Junts pel Sí+ERC+CUP frente al resto. No tan a lo bestia como el anterior,
pero también. O sea, los del Procés, también llamado, aunque no tanto,
independencia. Este es el que prefiere el Gobierno de Puigdemont. Sin embargo,
cabe proponer otro enfrentamiento, dentro del cual hay un grupo al que nadie
suele referirse y que podríamos denominar ‘los del Silencio’, por usar esa
terminología que alude a ‘los del Sí’. “¿Cómo definir a ese grupo,
indeterminado pero evidentemente numeroso, que asiste mudo a un conflicto del
que todo el mundo parece hablar? Para empezar –recuerda Fallarás–, se trata de
ciudadanos catalanes o residentes en Cataluña. Pero no engloba a todos los
ciudadanos catalanes o residentes en Cataluña que quedan fuera del conjunto al
que representan Puigdemont o Carme Forcadell cuando se refieren a su
‘legitimidad’. De ese grupo, de los no partidarios del Procés, habría que
eliminar también a quienes se sienten representados por el teatrillo del PP y
C’s. Tampoco parecen sentirse representados por el PSC, Podemos o los Comunes y
similares, en la medida en que los representantes de estos partidos caminan
solos y sus devenires tácticos no parecen tener eco alguno entre ‘los del
Silencio’. De ellos, de las personas cuyas opiniones ignoramos, no sabemos
nada. Podría ser porque aquellos que se supone les representan –PSC, Podemos,
Comunes– en ningún momento han tenido la cosa clara y su postura ha resultado
errática, blanda, triste o tramposa. No lo creo. Tampoco se me ocurre dónde o
cómo podrían haber expresado su opinión, en caso de querer hacerlo. La
polarización en los enunciados y la puerilidad cuando no evidente mala baba en
los medios de comunicación y en las zonas de opinión apenas han permitido
mecanismos de identificación más allá del España-Cataluña. Por otra parte, en algún
momento tan borroso como definitivo, el Govern y su president dejaron de
representarles o trabajar para ellos y pasaron a ocuparse de construir una
representación emocional y esférica que los dejaba fuera. La primera y enorme
consecuencia fue la percepción de que unos tenían la razón evidente y otros,
todo lo contrario. Relacionado con España, el Procés es, en gran parte, obra de
los marianorrajoys y los alfonsoguerras. De hecho, podría uno preguntarse sin
riesgo de ridículo cuál es el interés real, hondo, de la población española por
impedir, incluso a la fuerza, que Cataluña se independice. O sea, ¿qué cree un
ciudadano de Galicia, Andalucía, Extremadura o La Rioja que le sucedería en tal
caso? No hace falta acudir a las encuestas para entender que la independencia
catalana no se encuentra entre las preocupaciones de unos españoles vapuleados
y empobrecidos por la corrupción, el paro, la sofisticación del terror o la
llamada crisis. El problema no está en los 'españolistas', ni en los
independentistas, ni en los españoles que viven fuera de Cataluña. El verdadero
problema, y es gordo, se encuentra en ‘los del Silencio’. O sea, en los
catalanes o residentes contrarios al Procés. Es decir, contrarios a la
construcción afectivo-política del Procés. Ese grupo al que pocas veces se hace
referencia y cuya presencia resulta deshilachada es muy consciente de su ser
conjunto. Y también de su silencio. Un silencio, además, preso de la
identificación del 'derecho a votar' con la adhesión a los constructores de un proceso
que no tiene tiempo ni necesidad de mirarlos a la cara”.
Manifestantes de la Diada reclaman su derecho a
votar.
Otra opción es la señalada por
K.R. en LQSomos. “Solicitar el pronunciamiento en referéndum divide a la
sociedad catalana. Según ese criterio, lo primero que habría que prohibir es
cualquier tipo de elección, porque divide entre PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos,
etc. etc. Partido único sin votaciones: esa es la solución democrática. Las
elecciones del 77 fueron organizadas directamente por el aparato franquista
intacto e intocable. No hubo observadores internacionales. Naturalmente, quien
las organizó las ganó. Eso sí eran garantías democráticas. Recuerdo que, en el 77,
en las primeras elecciones ‘libres’ de la monarquía tras la muerte de Franco,
todos los republicanos estábamos ilegalizados. Eso sí eran garantías
democráticas. Decir que si el estado español no autoriza el referéndum en
Cataluña, éste ‘no tiene garantías democráticas’ es como decir que, sin la
aprobación de Rouco Varela, las leyes de divorcio o de derecho al aborto son
ilegales e inconstitucionales. La corrupción en Cataluña se identifica con
Jordi Pujol. Justo arranca en la época en que éste era nombrado por ABC como el
‘español del año’. Era la recompensa por haber ‘contribuido considerablemente a
hacer viable la Constitución y la Monarquía democrática que ha restaurado las
libertades en España’ (sic). Transición = monarquía = constitución =
corrupción. A los que se niegan al referéndum catalán porque su independencia
disminuiría el PIB actual de España, les sugerimos que dejen ir a Cataluña y
busquen la anexión de Suiza, donde ya tienen alguna cabeza de puente. Los
mismos que se han negado a condenar como golpe de estado el levantamiento
militar franquista contra la II República, llaman ahora golpe de estado a la
movilización popular por el referéndum en Cataluña. Entre el movimiento militar
y el movimiento popular, se quedan con el primero. Creo que lo
anticonstitucional es no tener vivienda o no tener trabajo. No sé por qué eso
no indigna a PP, PSOE o Ciudadanos. ¿Puede que haya dos constituciones
distintas y no lo sepamos? La ley no es una defensa de la democracia, sino una
defensa del Poder establecido cuando los ciudadanos quieren que la democracia
esté un paso más cerca de ellos”.
José
Luis Martínez-Almeida, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, en el Matadero
de Madrid, denunciando que la alcaldesa cediera un local.
La justicia suspendía el pasado
martes la autorización de “Ahora Madrid” de ceder un espacio de propiedad
municipal a Madrileños por el Derecho a Decidir (MDD) prevista para este
domingo en una de las naves de Matadero, donde se iba a celebrar un acto para
apoyar desde la capital el referéndum independentista. El PP había recurrido la
cesión de este espacio. José Luis Martínez-Almeida, portavoz del partido en el
Ayuntamiento de Madrid, anunció la intención de su grupo de presentar un
recurso-contencioso administrativo que, “en coherencia con la resolución del
Tribunal Constitucional”, evitase la cesión de la sala de terneras para el acto
del domingo. Y el magistrado, Yusty Bastarreche, de tendencia
ultraconservadora, prohibió el acto político. En su larga trayectoria, Yusty
Bastarreche ha llegado a descalificar a la alcaldesa de Madrid por su aspecto
físico. El juez suspendió el acto, a pesar de que, en un correo interno de la
carrera judicial de 2016, criticó el aspecto físico de Manuela Carmena, una
excompañera de la cual denigraba. Es más, tildó de “tropa” al equipo de “Ahora Madrid”
que gobierna el ayuntamiento: “¡Pensar que semejante tropa está al mando de
nuestras ciudades y villas, y puede estar en el Gobierno de España! Si por lo
menos tuviesen un aspecto presentable”, replicaba el 28 de enero del 2016, en
su respuesta dirigida a otro magistrado, en un correo corporativo difundido por
Eldiario.es. “Conocido en la carrera judicial por su extremismo y su desafío a
sus compañeros, Yusty Bastarreche es un exsecretario judicial que pasó a ser
juez. Ejerció en Pontevedra antes de ser destinado al juzgado de lo
contencioso-administrativo 3 de Madrid, desde donde ha dictado el auto que ha
incendiado las tertulias y del desafío independentista.
En un artículo publicado, en
2005, en ABC, Yusty Basterreche defendía que el escudo ‘auténticamente
constitucional’ es el águila de San Juan porque figuraba cuando el rey firmó la
Constitución. Hijo del almirante de la Armada José Yusty Pita (comandante de la
Base Naval de Canarias durante el franquismo, y almirante del buque escuela,
Juan Sebastián Elcano), el magistrado también tildó de ‘maldad’ el proyecto de
Ley de Memoria Histórica. Y, en un artículo publicado en el año 2007 en la
Revista de Historia Contemporánea, cuestiona la demanda de la izquierda
respecto a esta ley de Memoria Histórica. El magistrado sostiene que “el
social-nacionalismo no parece haber aprendido nada al empeñarse en homenajear
‘a personajes tan siniestros como Pasionaria, Carrillo o Companys’, o hablar
con nostalgia de la República, como si semejante régimen no fuese la antesala
de la Guerra y los políticos de la misma los grandes fogoneros de la hoguera
que vino después. Pero también puede ser, y desde luego podría ser, una simple
maniobra a las que tan aficionado es Rodríguez Zapatero para tenernos fritos
hablando y discutiendo de todo esto, mientras él se limita a permanecer en el
Palacio de la Moncloa, que por lo visto es lo que más le importa en el mundo”.
Por su parte, el Ayuntamiento ha
reiterado en varias ocasiones que “las instituciones tienen que dar cabida a la
libertad de expresión”, insistiendo en que la cesión de un espacio municipal a
una asociación es lícito, independientemente del acto que organicen y, en palabras
de la portavoz municipal, “siempre que no haya un posicionamiento del
Constitucional que afecte de alguna manera” a la iniciativa. Tras la resolución
del TC, consideran que no queda afectado. El evento fue organizado por la
asociación Madrileños por el Derecho a Decidir para el próximo día 17, a las
12.00 horas. La plataforma defiende que “se realicen consultas sobre los
necesarios cambios políticos y sociales que hay que introducir en el régimen
del 78, surgido de una transición tutelada”. Con el título 'En Madrid por el
Derecho a decidir', los promotores “apoyan el derecho a decidir de los
pueblos”, incluido el de Cataluña, “sobre su futuro, su forma de Estado y su
relación con el Estado español”, quien, a su juicio, “tiene la obligación de
respetar este legítimo derecho y favorecer que la consulta se realice con
plenas garantías democráticas”. Expertos califican de “barbaridad jurídica” y
de ataque a la libertad de expresión la suspensión del acto pro-referéndum en
Madrid.
Choque de trenes entre Catalunya y España.
Podemos y En Comú Podem señalaban
el marte pasado que el Gobierno todavía puede dar una respuesta política al
desafío independentista en Cataluña. Tanto Irene Montero como Xavier Domènech
instaban a abrir una negociación con el Govern de Cataluña y señalaban que hay
tiempo para pactar un referéndum legal y con garantías antes del 1 de octubre.
“Si hay un momento para la política, es este”, declaró Domènech. En Comú Podem
considera que aún se puede dar marcha atrás en el 'choque de trenes' entre el
Govern de Cataluña y el Gobierno central. “Este es el momento para la política,
no para los jueces”, aseguró Domènech en los pasillos del Congreso de los
Diputados. El diputado de En Comú contextualizaba así la pregunta que dirigiría
a la vicepresidenta del Gobierno en la sesión de control de Gobierno. Según el
dirigente catalán, la situación que se está viviendo en Cataluña es la “crisis
territorial más potente” desde el comienzo de la actual etapa de la democracia.
En este sentido, Domènech criticó que la respuesta de los populares les estaba
inhabilitando como fuerza de Gobierno. Y aseguró que aún queda tiempo para
abrir vías de diálogo antes de la consulta independentista del 1 de octubre. El
diputado señaló que se podría acordar la celebración de un referéndum legal y
con garantías para que los ciudadanos catalanes pudieran decidir sobre la
relación que quieren con España. Para esto sólo haría falta una mayoría
parlamentaria que aplicara el artículo 92 de la Constitución, que regula las
posibilidades de convocar un referéndum para consultar “decisiones políticas de
especial trascendencia”, un resquicio legal que permitiera una interpretación
en favor de un referéndum en el que votara sólo una parte. El portavoz de En
Comú Podem señaló que habría que empezar a debatir medidas más a largo plazo,
desdeñado las propuestas que hasta ahora ha lanzado Pedro Sánchez. “Hay que ser
mucho más valiente –señaló– que proponer una reforma del Estatut y mejoras del
autogobierno”. Por parte, Irene Montero, de Unidos Podemos, apostó por iniciar
ya una negociación que permita pactar un referéndum legal en Cataluña. “La
respuesta que le pedimos al Gobierno –señaló– es sentarse a negociar un
referéndum pactado y con garantías y eso se podría hacer aquí y ahora”. Montero
confesó no tener n mucha esperanza en que el Gobierno dejase de contribuir al
·choque de trenes”. Pero fue menos clara al referirse a cuál debe ser la
actuación de los mossos d'esquadra ante la celebración del referéndum
independentista. La diputada matizó que los mossos debían cumplir tanto la
legalidad catalana como la española. Sin embargo, insistió en que no hay una
respuesta judicial a esta situación y que, por tanto, se debe buscar una
solución política.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, junto al
presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el vicepresidente, Oriol
Junqueras.
El presidente de la Generalidad
de Catalunya, el vicepresidente, la presidenta del Parlamento y la alcaldesa de
Barcelona han dirigido una carta al rey y al presidente del Gobierno en la que
hacen un llamamiento al diálogo abierto y sin condiciones para que los
catalanes puedan expresarse en referéndum y, de esta manera, se pueda escuchar
su voz. Los cuatro alegan que “los conflictos políticos se resuelven, en los
sistemas democráticos, a través de propuestas políticas que son consecuencia de
negociaciones y diálogo”. Reconocen que, Entre Catalunya y España, existe un
evidente conflicto político “que viene de lejos y que hemos intentado resolver
con el máximo acuerdo. Pero la respuesta siempre ha sido una negativa o, peor
aún, una reacción regresiva insostenible”. Dicen que, cuando el Tribunal
Constitucional hace caer el Estatuto, que antes había sido votado por los
parlamentos catalán y español y aprobado en referéndum por los ciudadanos de
Catalunya, se rompió el pacto constitucional de 1978. “Posteriormente, se
formularon propuestas como un pacto fiscal en la línea del concierto económico
que dispone el País Vasco o una consulta no vinculante para conocer la opinión
de los catalanes. Pero el 'No' ha sido la única respuesta”. El Gobierno de
Catalunya propone resolverlo convocando un referéndum de autodeterminación para
el próximo día 1 de octubre. Referéndum que no cuenta con el acuerdo del estado
español, como hubiera sido deseable y como ha pedido reiteradamente una amplia
representación de los parlamentarios y de la sociedad catalana. Los tres
gobernantes y la presidenta del Parlamento recuerdan la posterior constitución
del 'Pacto Nacional por el Referéndum', “que aspiraba a abrir un diálogo que,
finalmente, tampoco fue posible”. Describen y denuncian de forma explícita la
ola de “represión progresiva desencadenada” por las instituciones del Estado.
“De hecho –dicen–, hoy la justicia española está investigando a los
responsables de este Pacto, aprobado por el Parlamento y nunca invalidado por
el Tribunal Constitucional, como si se tratara de una actividad ilícita. Lejos
de abrir la puerta al diálogo, el Estado español ha comenzado una ofensiva de
represión sin precedentes en la que contempla desde la limitación al derecho
fundamental a la libertad de expresión, impidiendo actos públicos y amenazando
medios de comunicación, hasta la detención del 75% de los alcaldes de Catalunya
por haberse mostrado dispuestos a participar en el referéndum. Mientras tanto,
ha presentado querellas penales contra todo el Gobierno de Catalunya y contra
la mayoría de la Mesa del Parlamento, ha clausurado la web informativa del
referéndum, ha prohibido la difusión de información y publicidad y ha
politizado organismos que deberían ser independientes, como el mismo Tribunal
Constitucional y otros estados del Poder Judicial. Todo ello, a pesar de que el
Código Penal español confirma que convocar un referéndum, aunque sea sin
acuerdo, no es nunca un delito”. El nuevo llamamiento al diálogo es un intento
y sin condiciones “para abordar de qué manera nos podemos poner de acuerdo para
que los catalanes celebremos el referéndum. Un diálogo político, desde la
legitimidad que cada uno representa, para hacer posible lo que, en democracia,
nunca es problema ni mucho menos un delito: escuchar la voz de la ciudadanía”.
Los dirigentes catalanes enviaron una copia al jefe del estado, SM el Rey
Felipe VI, para que entienda que no dialogar es incompatible con la resolución
de los problemas. Y terminan asegurando: “Nuestra disposición al diálogo ha
sido, es y será permanente”.
Ana Pardo de Vera escribe el
artículo “La revolución catalana”, en el que la directora de Público dice lo
que piensa: “La única certeza que tenemos ahora no es que Catalunya quiera ser
independiente, sino que quiere votar y, frente a ese anhelo legítimo, el Estado
capitaneado por Rajoy ha respondido a parte de su pueblo con una guerra sucia
(operación Cataluña) con el dinero de todos, bloqueos, amenazas, denuncias,
cárcel, boicots, multas, veto de actos y la promesa de las Diez Plagas bíblicas
sobre Catalunya, generando, además, una gigantesca ola de simpatía del resto de
España hacia el pueblo catalán. No busquen, por cierto, la plasmación de esa
simpatía en los medios de comunicación, deudores del Ibex, que mueve los hilos
del Gobierno: búsquenla en la calle, en los bares, en las redes, en los
supermercados, en las puertas de las guarderías, en los exteriores de los colegios,
interior de universidades o en las plazas de los pueblos. Fue Pepe Bono quien,
en Castilla-La Mancha, cuando la presidía y colaboraba yo con él, empotrada
para un libro de cara a sus siguientes elecciones, se plantó ante uno de sus
consejeros, que insistía en que no podía hacer algo que le había pedido una
asociación de vecinos porque “la ley [autonómica] lo impide”, y le espetó (como
era aquel Pepe): “No me vengas con la ley, la ley... Las leyes se cambian
cuando se demuestra que no sirven a la gente; son para resolver la vida de la
gente, no la tuya”. No sé qué pensará ahora, Bono. Es posible que dijera esto
porque había una periodista delante y el exministro no daba puntada sin hilo,
pero es un hecho que aquel presidente pasaba más tiempo en las calles de los
pueblos que en un coche oficial. Pongo este ejemplo, además, porque podría
apelar a otro previsible y más ajustado al tópico del político revolucionario,
pero la realidad es menos romántica que todo eso. Un político (no una burda
réplica con barba) está para resolver problemas, no para crearlos; y en
Catalunya, hay un problema porque la ausencia intencionada de voluntad
política, el desprecio por la voluntad popular y sus representantes, el
autoritarismo de la derecha más rancia, los métodos delictivos y fascistas
ejercidos desde las cloacas de Interior y una propaganda excluyente del que
piensa distinto, han creado el caldo de cultivo de una revolución no violenta
(salvo cuatro tarados/as, de momento) que ya no tiene marcha atrás. Y es una
revolución hermosa porque pide ejercer un derecho hermoso: votar. Nada más y,
sobre todo, nada menos”.
Catalunya está hoy llevando, a la fuerza, a
España al médico.
Aníbal Malvar titula su artículo
“Un diletante morirá el 1 de octubre”, en el que nos recuerda: “Llevamos siglos
dirimiendo si España es una, grande y libre, o muchas, pequeñas y libertarias.
Y lo único que hemos logrado entre todos es diseñar una España liberticida, en
su pluralismo o en su unidad. En todo caso, no nos acomplejemos. Le pasa también
a toda Europa, a EEUU, a China, a África, al orbe mundo entero. La diferencia
entre liberticidas y libertadores cada vez es menos densa. Tanto que la
presunta tierra de libertades está gobernada por el liberticida Donald Trump, y
bajo el baldaquino de la cuna de la libertad europea, Francia, dormita un
banquero que gasta erario público en polvos antirreflejo para salir guapo en
cámara. Lo de Venezuela, que os lo explique Inda. Y, mientras, los refugiados y
los dreamers. Y los paraísos fiscales. Las bombas de hidrógeno, con lo bien que
sienta el oxígeno. Los huracanes contra los que no se debe disparar. No nos
quejemos de país, amado Forges. Quejémonos de mundo. Es más grande e
indibujable, pero también es más nosotros. Volviendo al tema de los disparates,
dejadme decir el mío. A veces pienso que el procés es como el 15-M: la
manifestación de la necesidad de ir hacia otro sitio, aunque no se sepa hacia
qué sitio se va. El sitio de donde venimos es tan perverso que cualquier otro
nos valdría para convivir mejor, o ser más justos, o cualquiera de esas
biempensantes chorradas (que tanto comparto). El procés, como el 15-M, es
transversal: de la derechona convergente a la CUP. Cualquiera podría pensar
que, por una vez, la gente no es rehén de una ideología o un partido. Sino
viceversa. El 15-M nos puso a todos cuerpo de salir a la calle, a la verbena, a
la noche, como neoadolescentes en fiestas patronales. Y ahora queremos salir a
la calle por cualquier cosa. Porque cualquier cosa es mejor que lo que estamos
haciendo”. Malvar confiesa que no es catalán ni independentista, ni todo lo
contrario, “pero, en mi ágrafa opinión, creo que España es como ese enfermo que
se niega a ir al médico, y hay que llevarlo a la fuerza. Se resiste también con
fuerza, y quizá, aunque enfermo, aun tenga más fuerza que vosotros. Catalunya
está hoy llevando a la fuerza a España al médico. Habrá víctimas. Algún
diletante. Esa gente asquerosamente librepensadora que persiste en recordarnos
que nadie tiene la razón”.
Catalan
separatists demanding independence from Spain fill Barcelona at Diada, the
national day.
El prestigioso 'Financial Times'
reprochó el pasado jueves la actitud “inflexible” de Mariano Rajoy ante el
problema de Cataluña, en un artículo firmado por el jefe de internacional,
David Gardner, bajo el título “El tiempo se acaba para un acuerdo con
Cataluña”. El rotativo británico calificó de “espectáculo” la persecución del
Estado a las urnas y papeletas para la celebración del referéndum frente a la
“actitud cívica” de los catalanes en la celebración de la Diada. Y argumenta: “En
comparación con la protesta cívica de esta semana, el espectáculo de las
fuerzas de seguridad españolas intentando cazar urnas y papeletas no es
edificante”. Gardner es especialmente crítico con el empecinamiento de Mariano
Rajoy en tratar la Constitución como una “tabla de piedra, en lugar de un
documento vivo para servir a un estado moderno, dinámico y en evolución”. Y le
advierte de que “el tiempo para el sentido común pasará pronto”. El periodista sitúa
el origen del conflicto en la decisión del Tribunal Constitucional de recortar
el Estatut, que había sido aprobado durante el mandato de José Luis Rodríguez
Zapatero y que el PP se empeñó en dinamitar. Lo consiguió con su recurso ante
el Alto Tribunal pasando por encima del Congreso, el Parlament catalán y los
ciudadanos, que lo habían ratificado en referéndum. “Una vez en el poder
–reprocha Gardner al jefe del Ejecutivo–,
Rajoy ha rechazado discutir sobre una opción intermedia entre el statu
quo y la independencia que las encuestas sugieren que una mayoría de catalanes
aceptaría: con mayor autonomía fiscal y más poder centralizado”.
El 'Rats on Fire' durante la última jornada de
la 36 Copa del Rey de vela que se disputó la semana pasada en Palma.
Fernando López Agudín, en el
artículo “El lapsus catalán de Felipe VI”, aparecido en Público, lamenta que
Pablo Iglesias tenga razón al advertir que el último discurso pepero del Jefe
del Estado, todo un lapsus político del Borbón, “no augura un futuro fácil para
la monarquía”. “Parece no percibir el Rey que su trono está asentado sobre un
polvorín político con capacidad sobrada de reventar el sistema y hacerlo saltar
en pedazos. Defender la ley y el Estado de Derecho, como hizo el monarca, es
necesario siempre y cuando dicha defensa vaya bien acompañada de una sugerencia
urgente sobre la necesidad de abordar políticamente un problema político como
es el conflicto con la sociedad catalana. Mucho más que prestar oído a la
presidencia del Gobierno, Felipe VI debiera haber escuchado las sensatas
reflexiones de una CEOE a la que no se puede acusar de populista. Rajoy no hace
más que rematar su enorme torpeza política, bien patente cuando hace una década
empezó a dinamitar el amplio consenso de la transición basado en el
reconocimiento constitucional de las tres nacionalidades que componen el Estado
español. Su campaña contra el Estatut, la recogida de millones de firmas contra
los productos catalanes, y el recurso contra el texto estatutario de 2006 que reconocía
a Cataluña como una autonomía estatal más, está a punto de desembocar hoy,
prácticamente, en un estado de sitio contra la Generalitat que podría
extenderse a toda España si continúa atacando la libertad de expresión, como
ocurre estos días, en Madrid y Gijón. La crisis del gobierno del PP es ya una
muy grave crisis de Estado que el aún presidente de Gobierno se niega a
encauzar políticamente. Escudado tras un TC, reformado ad hoc en el 2012,
espera que los jueces, policías y chiens de garde mediáticos terminen con el
soberanismo catalán. El Estado español es hoy, como lo fuera antaño el Imperio
Otomano, el enfermo de Europa”. El momento político podría compararse con la
imagen deportiva del Rats on Fire, embarcación del Club Náutico de Arenys de
Mar (Barcelona), con Rayco Tabares a la caña, proclamado vencedor de la 36 Copa
del Rey Mapfre en la clase ORC1, al superar en la última jornada al Aifos,
patroneado por el rey Felipe VI, que acabó en la quinta posición. Pese a que el
monarca estuvo al frente toda la semana y cuando parecía que el título no se lo
podía escapar, el Aifos de la Armada Española fue superado en el último momento
por la tripulación del Rats on Fire, mucho más experimentada y con varios
trofeos en su haber.
El
Jueves ✔ @eljueves. Ordenan el cierre de la web del
referéndum catalán.
Otras fotomontajes de esta semana:
La diferencia entre “legal” e “ilegal”.
-Sí, tío. Hablan de defender la
DEMOCRACIA y, para hacerlo, ordenan cerrar paginas web y encarcelar alcaldes.
-¡ME TOMAS EL PELO!
¡CHACHIPIRULI!
HUMOR CANALLA @jcarlos2001
El Constitucional ordena retirar de @IKEASpain, la alfombra que protagonizó uno de sus anuncios, por alentar el secesionismo @gabrielrufian
La petición de Pablo Casado a Ada
Nicolau.
Menorca republicana invita a
borrarle la sonrisa el 1 de octubre.
La ironía del PP, la apología de un referendum.
El humorrrrrrrr de esta semana en
la prensa: El Roto, Forges, Peridis, Manel F., Pat…
Todo mal.
Un descanso, por favor.
Voluntad política... sólo para Cataluña.
Y el choque de trenes: Ferrán,
Miki &Duarte, Faro, Malagón, Atxe…
Pep Roig, desde Mallorca: Libertad de expresión, “Don Tancredo”, colonizado, Extrategas, Urnas,
caca, Con el palo inhiesto, Volverán las
oscuras…
Entre los vídeos de esta semana, las redes recuperan uno de Julio Anguita grabado en noviembre de 2015, en el que explicaba la situación en Catalunya. "Vamos –ya decía entonces– a un choque de trenes conducidos por auténticos insensatos, mentecatos y corruptos”. ´ LATE MOTIV - Monólogo de Andreu Buenafuente. ¿Diada o líada? | #LateMotiv267 Spot electoral de la CUP para las elecciones del 27S, publicado el 16 sept. 2015 Anaven lents perquè anaven lluny (CUP 27S) QUIEN NO SIEMBRA NO RECOGE! pepe rubianes -a la mierda la puta españa- I REPÚBLICA 1873 1874
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