La batalla del "procés de Catalunya"
Gran bronca en el Parlament.
En medio de una bronca sin
precedentes, el Parlament de Catalunya aprobaba el pasado miércoles cambiar el
reglamento para poder votar la Ley del Referéndum de Autodeterminación. Primero se debatió cuánto
tiempo daban para presentar las enmiendas; después se discutió si se debatían las enmiendas o se
votaban directamente. Los pasillos de la Cámara se llenaron de corrillos de diputados
y de periodistas con la acreditación. La trascendencia del acto dio paso a escenas
de esperpento, unos, con prisas para acelerar el procés; otros por frenarlo a
toda costa. Joan Coscubiela, de Catalunya Sí Que Es Pot, sostenía: “Nada de lo
que quieren se puede hacer. Si se sienta este precedente, cualquier mayoría, a
partir de ahora, podrá pisar los derechos de los diputados”. Argumentos que
después repitió públicamente en la Cámara. El pleno contó con momentos más
propios de una serie de humor, como cuando el diputado Germà Gordó se quejó de
no haber podido votar y se tuvo que repetir la votación de la alteración del
orden del día, que costó unas cuatro horas realizar. A ratos, el papel de la
presidenta se asemejaba al de una profesora de escuela intentando hacer callar
a sus alumnos. “Estamos dando un
espectáculo lamentable”, dijo Albano Dante Pachín, de Podemos Catalunya. “Deberíamos
aclarar un poco dónde estamos”, reconocía una diputada. “Estamos en el
Parlament”, respondía la presidenta Forcadell. Grupos pequeños de personas se concentraron
a las puertas del Parlament, clamando sus proclamas. Unos aplaudían a los
diputados al salir de la Cámara, otros gritaban “lo llaman referéndum y no lo
es, lo tienen arreglado, votes lo que votes han ganado”. ”Queremos dormir en
casa”, susurraban algunos periodistas al reprender el pleno por la tarde. Fue una larga jornada llena de tropiezos,
incertidumbres, esperas y tensiones. En los pasillos del Parlament, una legión
de periodistas lo demostró, tras salir de una sala de prensa se había quedado
pequeña. Las discusiones y protestas de unos y las risas de otros se fue transformando
en un cansancio esperanzado, mientras algunos repetían: “Hoy es un día
histórico que puede alargarse hasta lo incierto”. El texto fue aprobado a las
once y pico de la noche, con 72 votos a favor por parte de los promotores de la
iniciativa, JxSí y la CUP, mientras que los representantes de Catalunya Sí Que
Es Pot (11) se abstuvieron. No hubo ningún voto en contra, dado que C's, PSC y
PP abandonaron el hemiciclo en el momento de la votación.
El pleno del Parlament, con las protestas y ausencias
de algunos diputados.
La vicepresidenta del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría, declaró en televisión, en su aparición a las 2
horas y media de la tarde, que lo que se estaba tramitando en el Parlament de
Catalunya “es ilegal y anticonstitucional” y acusó a su presidenta, Carme
Forcadell, de “no saber lo que es la democracia, como se ha demostrado en lo
que ha hecho en esa sesión”. Anunció que el Gobierno recurriría de inmediato al
Tribunal Constitucional la Ley de Referéndum, si era aprobada. “Nadie, en el
Parlament –dijo– debe ignorar que votar esa proposición de ley tiene graves
consecuencias”. Amenazó especialmente a los miembros de la Mesa del Parlament y
anunció los próximos pasos a seguir.
Además, aclaró: “Si el Govern sigue adelante con la convocatoria del referéndum
[del 1 de octubre], también habrá un recurso de inconstitucionalidad”. El
secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, compareció para garantizar el pleno respaldo de los
socialistas a las primeras medidas anunciadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Explicó que no había democracia sin respeto a la ley, y “por ello, apoyamos las
iniciativas que adoptadas por el Gobierno”. Como único matiz diferencial precisó
que no creía, como dijo la vicepresidenta, que la democracia hubiera muerto
tras lo visto en la mañana del miércoles, “porque nos tiene a muchos para
defenderla”. “Queremos dormir en casa”, susurraron algunos periodistas al
reprenderse el pleno por la tarde, con temas que no tenían nada que ver con la Ley
del Referéndum. A las 16 horas y10 minutos, el President Puigdemont respondió
en la sesión de control sobre si una Catalunya independiente tendría un
Ejército, argumentando que la política de seguridad dependería de “lo que
decidan los ciudadanos” pero que, actualmente, hay elementos mucho más
importantes que un “ejército profesional clásico”, como la lucha contra el
ciberterrorismo o contra la amenaza yihadista.
Tras
más de doce horas de pleno, la Ley de Referéndum es aprobada.
Los partidos independentistas, en
medio de una bronca montada en la Cámara y de un sinfín de recursos y
alegaciones, terminaron por aprobar por mayoría la Ley que regula el referéndum
del 1-O. La oposición cargó duramente contra la forma de presentarla. El líder
del PP catalán, Xavier García Albiol, amenazó a los dirigentes independentistas
con el peso de la ley. Advirtió que “si continúan con el engaño del referéndum
ilegal, deben tener muy claro que pagarán las consecuencias. Porque ningún
gobierno, ni el suyo, se saltará la ley. No, en este país”. Y aprovechó la
sesión para sacar de nuevo el tema, argumentando que el Govern está tratando de
crear así “la peor crisis institucional que haya conocido España desde la
intentona del 23-F”. El dirigente popular ironizó, asegurado que, con la
apuesta independentista, “Catalunya se aleja cada vez más de sí misma”, de su
tradicional “espíritu de pacto y seny”. La intervención del grupo “Catalunya Sí
que Es Pot” se fracturó en público. El diputado, Joan Giner, solicitó dividir
en dos la intervención del grupo, para presentar los “matices” de su posición.
Forcadell accedió, siempre que también estuviera de acuerdo el portavoz
parlamentario de CSQP, Joan Coscubiela. Y este decidió que “la pluralidad no se
podía ejercer” y se negó, otorgando los 15 minutos disponibles al candidato de
la formación en las pasadas elecciones, Lluís Rabell. La decisión provocó una
reacción airada del líder de EUiA –y miembro de la Mesa–, Joan Josep Nuet, que
abandonó la Cámara. También lo hizo, brevemente, Albano Dante Fachín,
explicando a los medios que CSQP tenía un acuerdo previo para dividir la
intervención y explicar la “pluralidad” dentro del grupo. Anna Gabriel (CUP) dijo
“lamentar la falta de respeto de los diputados a la presidenta del Parlament
por parte de los que se esconden en cuestiones de índole reglamentaria. Esto no
es un debate de legalidades, sino de legitimidades”. “El objetivo de la izquierda
independentistas –proclamó Gabriel– ha sido y sigue siendo ejercer el derecho
de autodeterminación en los Països Catalans. Este es nuestro horizonte
completo: unos Països Catalans libres de capitalismo y de patriarcado”. Marta Rovira
(JxSí) alegó que lo que están haciendo PP y C's es “filibusterismo
parlamentario”. E invitó: “Pasemos ya al debate político. ¿O es que tienen
miedo de debatir la política y por eso sólo se basan en los tecnicismos?”. Así
pasaron más de doce horas de pleno, hasta que la Ley de Referéndum fue aprobada
por 72 síes de JxSí y la Cup, después de que C's, PSC y PP abandonaran el
hemiciclo en el momento de votar tanto las enmiendas como la ley en sí.
Rajoy advierte a Puigdemont que hará todo lo
necesario 'sin renunciar a nada' para defender la democracia.
Por su parte, Mariano Rajoy,
reunido en una convocatoria extraordinaria del Consejo de Ministros, elevaba al
día siguiente al Tribunal Constitucional (TC), la solicitud de impugnar tanto
la Ley del Referéndum como los decretos de convocatoria y normas complementarias
para la realización del mismo, previsto para el 1 de octubre. El Gobierno pidió
al TC que la anulase. Rajoy, quien calificó de “atropelladas y chapuceras” las
formas en las que Puigdemont pretendía imponer su proyecto, puso en marcha todo
el poder de la ley contra la convocatoria del referéndum. En una comparecencia
sin preguntas, solicitó al TC que se notificase dicha suspensión a todos los
altos cargos relacionados con la organización del referéndum y a todos los
alcaldes de los 947 municipios de Catalunya, fueran del color que fuesen. La
amenaza no se dirigió a nadie en concreto ya que, apostillaron, “es a la
Fiscalía y a la Guardia Civil a quien corresponde ‘trabajar’ para impedir
cualquier acto encaminado a dicho fin”. De ahí el registro de una imprenta
sobre la que, según el Gobierno, existían sospechas de que podría estar
preparando “actas de escrutinio” y no papeletas. Rajoy incidió en que todas las
actuaciones del Gobierno estaban “justificadas”. Insistió en que permitir la
organización de la consulta soberanista significaría saltarse la ley, liquidar
la Constitución, el régimen de autogobierno catalán y los derechos de los
catalanes y del resto de españoles. “Por esas razones –dijo–, el referéndum no
se va a celebrar”. Y sentenció, de nuevo: “El principio de legalidad es el
presupuesto fundamental de cualquier sociedad civilizada. El imperio de la ley
es garantía de nuestra convivencia y nuestra libertad. Lo que no es legal no es
democrático. La Constitución es la norma suprema y no existe ningún poder que
pueda menoscabarla con ninguna legitimidad alternativa”.
Puigdemont y los consellers se exponen a multas,
inhabilitación y cárcel.
La Fiscalía Superior de Cataluña
presentó ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña una querella contra
el presidente de la Generalitat y los miembros de su Govern por la firma de la
convocatoria del referéndum del 1 de octubre, imputándoles delitos de prisión.
Entre los presuntos delitos, el de malversación de caudales públicos. Pero 674
de los 948 alcaldes catalanes, trasladaron ya su apoyo a la consulta, al tiempo
que manifestaron su disposición a ceder espacios municipales para su
celebración. Por otra parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, dio un golpe
al procés de Barcelona, al no facilitar la apertura de los colegios electorales
en la ciudad donde se concentra el 21% del censo electoral para el referéndum
de autodeterminación del 1-O. Así lo anunció el pasado viernes el primer
teniente de Alcalde, Gerardo Pisarello, después de que la regidora ya
adelantase que nunca pondría en riesgo a los funcionarios municipales. La
alcaldesa de Barcelona envió una carta al presidente Puigdemont en la que le pedía
que aclarase qué haría la Generalitat para no poner en riesgo al Ayuntamiento
de Barcelona y a sus funcionarios. Los independentistas preparan para el lunes
la acostumbrada manifestación del 11-A. Se teme que se convierta en un alarde
de la desobediencia frente al Estado y que incendie aún más los ánimos. Los
organizadores de la Diada esperan este año una gran movilización y nadie duda
de que lo será. Pero, en el Gobierno y en el PSOE, cunde la preocupación de que
la cita traslade la tensión a las calles. Ni en Moncloa ni en Ferraz se atreven
a hablar de lo que está por venir, pero sí admiten que están “muy preocupados”
por la situación. Y esperan con cautela a la exhibición de fuerza que quieren
hacer los independentistas el próximo lunes. Las organizaciones de la marcha
advierten: “Mostremos la fuerza de la gente a los políticos de aquí y de allí.
Ahora más que nunca no es el momento de las excusas ni de desanimarse”. Este año
la marcha tiene por lema el “sí” a la independencia que quieren votar el 1 de
octubre. “Esta Diada –repiten, esperanzados– será un evento mundial de primera
magnitud y no puedes fallar”.
El exentrenador del F.DC. Barcelona, con una
urna a favor del referéndum del 1-0.
Josep Guardiola, entrenador del
Manchester City y ex entrenador del Barça, convertido en embajador de la
independencia de Cataluña, leyó, en Barcelona, un manifiesto por la
independencia, en un acto convocado por diversos colectivos en apoyo a la
Generalitat y a su presidente, Carles Puigenmont. “Votaremos –leyó Guardiola en
catalán, castellano e inglés, ante miles de personas– aunque el Estado español
no lo quiera. Hemos intentado acordar este referéndum hasta 18 veces y la
respuesta siempre ha sido ‘no’ [...] No tenemos otra salida: la única respuesta
posible es votar”. Después de repasar ataques y “amenazas” por parte de un
“Estado autoritario”, Guardiola proclamó: “Pedimos a la comunidad internacional
que nos ayude. Apelamos a todos los demócratas del mundo a que nos apoyen en la
defensa de los derechos hoy amenazados en Cataluña, como el derecho a la
libertad de expresión política y el derecho a voto”. Y, dirigiéndose al Ejecutivo,
presidido por Puigdemont, añadió: “Las urnas no se negocian. No negociéis. Sed
fuertes. Cuando el Gobierno [de la Generalitat] cumpla con el mandato
democrático no estará solo [...] Debe saber que todos y cada uno de nosotros
estaremos a su lado [...] Defenderemos con todas nuestras fuerzas la democracia
y a nuestros representantes. Estamos comprometidos con ello. No fallaremos”. Tras
su lectura del manifiesto, diversos dirigentes del PP y de Ciudadanos salieron
en tromba en las redes sociales para cargar contra Pep Guardiola. Los
populares, Pablo Casado y Xavier García Albiol, y los naranjas, Albert Rivera y
Toni Cantó, fueron algunos de los que cargaron las tintas contra el entrenador
del Manchester City. Muchos mensajes criticaron a Guardiola por calificar a
España de “Estado autoritario” cuando, en el pasado, recordaron, apoyó a Qatar
como sede del Mundial de fútbol. El vicesecretario general de Comunicación del
PP, Pablo Casado, insistió en que, mientras gobierne su partido, no se va a
tolerar ningún referéndum ilegal, y dijo al entrenador de fútbol Pep Guardiola
que debería recordar que “cuando se está fuera de juego, se está incumpliendo
la ley”.
Xavier Ríus Tejedor (Barcelona,
1963), es un periodista catalán, director y co-fundador de del diario digital E-notícias. Ha sido
redactor de La Vanguardia en Barcelona y Madrid, y jefe de sección del diario
El Mundo. Ha colaborado en medios como Catalunya Ràdio, RAC1, COM Radio, Radio
4, Canal Catalán, Barcelona TV y Badalona TV. Es el autor del artículo
“Catalunya se va a la mierda” que dice: “Como no se atreve a decirlo nadie, lo
diré yo. Y quiero decirlo antes del 1 de octubre: Catalunya se va a la mierda.
Porque supongo que, a estas alturas, nadie duda que el referéndum se parece
cada vez más al 6 de octubre del 1934. Incluso están separados apenas por unos
días. Casualidades de la historia. Me vienen a la cabeza esas palabras de
Agustí Calvet, Gaziel, entonces director de La Vanguardia, que al día siguiente
de los hechos publicó un artículo en el que decía que la iniciativa de Companys
equivalía a ‘jugárselo todo, audazmente, temerariamente’ Porque, en efecto,
parece que la única estrategia del Gobierno catalán pase por organizar el
referéndum como sea, que el Estado lo prohíba, que haya follón y que entonces
puedan decir a Europa: ¿Véis? He llegado a pensar que incluso desean una
víctima. De hecho, el domingo me lo decía también Gregorio Morán. Como si no
hubiéramos tenido bastante con las de las Ramblas. Suena muy bestia pero hace
tiempo que la Revolta dels Somirures -en versión libre podríamos traducirlo
como la revuelta de los cachondos- empieza exhibir una mala leche considerable.
Debe ser impotencia…
Portada de El Periódico de Catalunya, el pasado
7 de septiembre.
“Hace poco –prosigue Xavier Ríus–
un dirigente de Esquerra llegó a decirme en facebook que había publicado un
artículo ‘asqueroso’. Un artículo puede ser criticable, censurable, rebatible o
replicable. ¿Pero ‘asqueroso’? Se empieza a decir esto de los artículos y se
acaba diciendo lo mismo de las personas. Y había sido, no se lo pierdan, número
dos del Departamento de Universidades. Vaya ejemplo. Pero lo verdaderamente
preocupante es el lenguaje militar que empieza a exhibir el proceso. Un exalto
cargo, ahora lo tienen de tertuliano en Rac1, decía en plena canícula de agosto
que estaban listos para ‘el combate’. Marta Pascal, la número dos del PDECAT,
comparó a los consejeros cesados con ‘soldados del PDECAT’. Y otro diputado de
Junts pel Sí, antes un disciplinado militante del PSOE –digo del PSOE, no del
PSC–, comparaba los preparativos del referéndum con ‘acciones militares’. Por
eso hay que reintroducir urgentemente el servicio militar obligatorio. Aunque
sea en un futuro Ejército catalán. Se les pasaría tanto ardor guerrero. De
hecho, lo más cerca que han estado de una guerra debe haber sido viendo ‘Salvar
al soldado Ryan’ en la pantalla. De acuerdo, es la mejor media hora de cine
bélico pero no es lo mismo. Yo al menos estuve en Sarajevo en el 92. Pero aquí
todos van de machotes. Aspiran a un nuevo Maidán. Como si Ucrania fuera ahora
el modelo. Hasta sueñan con encerrarse en el Parlament. Cuando Solidaritat
organizó un cámping delante de la cámara catalana para reclamar la
independencia, los mismos que ahora van de valientes los tomaron por locos. Y
todavía recuerdo a Mas y a Homs criticando, en ruedas de prensa en el Palau de
la Generalitat, el lenguaje militar del PP para con el proceso. Falta de
argumentos. Ahora están haciendo exactamente lo mismo que censuraban entonces.
Empieza a dar un poco de miedo tanto loco suelto. Espero que, al final, no pase
nada. Lo que dijo uno de nuestros cantautores más lúcidos –me refiero a Sisa no a Lluís Llach– en una
entrevista: ‘cuando caiga la primera ostia, todo el mundo a comer a casa y a la
cama pronto que mañana abrimos la botiga’. Yo también creo que las revoluciones
las hacen los descamisados, los sans culotte, los hambrientos. No gente que
veranea en la Cerdanya o hace paellas en Cadaqués. El día del atentado dicen
que había otra.
“Pero lo ideal para los
procesistas –no confundir con independentistas– sería que viniese la Guardia
Civil. A ser posible a caballo, con tricornio, capote y repartiendo a raudales.
Como el famoso cuadro de Ramón Casas, el de la carga. Lo ha dicho hasta la CUP
en rueda de prensa este mismo martes: a ver si con suerte viene la benemèrita a
“arrancarlos” de sus escaños. La foto. Buscan la foto. Casi sueñan con ello.
Supongo que los tanques entrando por la Diagonal ya sería pedir demasiado. Eso
nos equipararía a Hungria, en el 56, o a Checoslovaquia, en el 68. Entonces
podrían decir a Europa: España es un Estado opresor, no nos dejan votar, han
recurrido a la fuerza bruta. Pero me temo que incluso en éste caso no harían
nada por nosotros. Los ingleses tuvieron treinta años a los soldados
desplegados en Irlanda del Norte y no protestaban ni los irlandeses del sur. Es
de las pocas cosas que finalmente ha aprendido el presidente de la Generalitat,
Carles Puigdemont: la UE no moverá un dedo por nosotros. En su entrevista el
domingo en La Vanguardia decía que ‘Europa es un club de estados y se mantiene
alineada con las posiciones del Estado español”. En efecto, yo siempre he dicho
que la UE la han hecho los estados. Y entre el Brexit, la crisis económica, los
refugiados y la propia crisis de identidad de la Unión Europea el caso de los catalanes
– como nos llamaban los británicos en el siglo XVIII, tras dejarnos tirados
como una colilla–, es de lo último que quieren oír hablar.
Rius está convencido de que Catalunya se va a la mierda.
“Por otra parte –reconoce Rius–, quizá
uno de los errores más clamorosos del soberanismo ha sido menospreciar a Rajoy.
Yo todavía recuerdo a periodistas de TV3, como Tian Riba o a intelectuales de
la talla de Joan B. Culla, llamándole 'don Tancredo'. Pero, de momento, sigue
ahí: en la Moncloa. Ha sobrevivido a Cameron, a Valls, a Hollande, a Renzi. Y
casi a Pedro Sánchez. Ha conseguido quemar hasta a Mas. El otro gran error ha
sido minusvalorar el Estado. Pensaban que no haría nada. Que sería coser y
cantar. Un proceso win-win que iba diciendo el propio Artur Mas. Ganaríamos
todos, seríamos felices y comeríamos perdices. Me temo que acabaremos haciendo
el ridículo, que es lo único que, según Tarradellas –un sabio catalán de los
que ahora no abundan–, no se puede hacer en política. Todavía no sé cómo. Por
suerte no soy adivino ni jurista. Y menos aún psiquiatra. Quizá sólo bastará
con que un juez dé órdenes a los Mossos. Entre otras razones porque son policía
judicial. Da igual, el mal ya está hecho. A mí, como se pueden imaginar, el
futuro personal de los tres de la foto de arriba –incluiría también a Jordi Turull– me da
igual. Lo jodido es que si optan por suicidarse políticamente es toda Catalunya
que se suicida detrás. Al fin y al cabo son nuestros representantes electos y,
nos guste o no, pues eso: nos representan a todos”.
Coral Bravo, doctora en Filología,
escribe, en ElPlural.com, el artículo “República Catalana”, en el que dice que nunca
ha entendido bien esos fervores patrios que parecen nublar las neuronas e idiotizar
la sesera. Y confiesa ser inexperta y profana en la materia ‘nacionalismos’. Y prosigue:
“Nunca he entendido bien esos fervores patrios que parecen nublar las neuronas
e idiotizar la sesera de tanta gente que es capaz de perder el norte y matar,
si hiciera falta, por un concepto absolutamente convencional, abstracto y
arbitrario. Personajes como Guzmán ‘el bueno’, quien lanzó un cuchillo con el
que matar a su propio hijo antes que entregar Tarifa en el siglo XIII, o como
el general Moscardó, quien secuestró el Alcázar de Toledo aun a costa, también,
de la muerte de su descendiente, siempre me parecieron historias oscuras y
extrañas. Son ideas patrias unidas a conceptos que, como el honor, el pundonor,
la lealtad, son excusas perfectas para mantener idearios primarios y dogmáticos
con los que alejar cualquier atisbo de progreso, evolución o sofisticación
moral. Personalmente me siento ciudadana del mundo, aunque entiendo muy bien
que la tierra en la que venimos al mundo suele formar parte de nuestro universo
afectivo personal; pero, en realidad, si profundizamos en el tema, la idea de
patria o nación es una falacia. Las fronteras no existen, son creaciones
humanas, del todo arbitrarias y convencionales. La historia misma de las
naciones suele estar regida por cambios y transformaciones en sus fronteras,
ajenos al sentir natural de sus habitantes. Es la cultura y las costumbres de
cada pueblo lo que conglomera, de manera natural, a los grupos humanos; todo lo
demás son creaciones promovidas por intereses que nada tienen que ver con el
amor o el arraigo a la tierra por parte de los que la habitan (…) Si los
catalanes eligen ser independientes, por mí, estupendo; es su elección, y me
temo que los que pondrán el grito en el cielo argumentando la ruptura de España
son los mismos que la están rompiendo, y son los mismos que crean y difunden
tópicos de rechazo y de odio hacia lo catalán. Me encanta Cataluña y la cultura
catalana, la verdad. Nunca, en Cataluña,
nadie me ha hablado en catalán de manera hostil. Al contrario, he empezado alguna
conversación en catalán, para aprender el idioma, y rara vez he podido
continuar, porque no me dejan. Es una tierra especial, la catalana. Allí me
suelo sentir un poco más cerca de Europa que en ningún otro lugar de España… Y
si llega a ser una República, muy bienvenida sea”.
Pablo Iglesias considera más
“vergüenza democrática” la corrupción del PP que lo sucedido en el Parlament.
El líder de Podemos comenta en los micrófonos de la 'Cadena SER' lo sucedido en
el Parlament y asegura que el desafío soberanista catalán sólo tiene una
solución vía diálogo, evitando a los tribunales y otras medidas de fuerza.
Además, apuesta por un “referéndum con garantías” y equipara lo sucedido en el
Parlament a la corrupción del Gobierno y el PP. Recuerda que prefiere una
Cataluña en España, pero siempre tras una votación en las urnas de toda la
ciudadanía catalana. Y deja claro que “el PP no puede dar ninguna lección
democrática”, volcando sus discurso hacia la crítica al Gobierno 'popular' y,
más en concreto, la intervención que tuvo la vicepresidencia Soraya Sáenz de
Santamaría para condenar la sesión del Parlament. La número dos del Ejecutivo
dijo que el Pleno catalán fue “bochornoso y avergonzante”, pero Iglesias
considera más vergonzosa la corrupción y las formas habituales con las que el
PP se desenvuelve en la política nacional. El líder de Podemos no tiene reparos
en calificar de “sinvergüenzas” a los miembros del PP que no han respetado la
ley en otros momentos y que ahora son los primeros en alzar su voz contra esta
norma del Parlament. En todo caso, deja clara la postura de su partido: “En
estos momentos de incendio dialéctico, es fundamental bajar el tono y asumir
que lo fundamental no es lo que sucedió esta semana, sino el derecho a
decidir”. Además, considera que la abstención que tuvo el grupo parlamentario
donde participa Podemos, 'Catalunya Sí que es Pot', fue la postura más correcta
ante el panorama que había que afrontar. “Las tonalidades grises frente a las
del blanco y del negro son las que nos llevarán al diálogo”, insiste, dejando
claro que apuesta por la vía política del diálogo frente a las posturas
unilaterales y las acciones judiciales con las que el Gobierno amenaza.
David Torres borda el tema con
este artículo en Público: “”Tres naciones por lo menos”, en el que dice: “El
1-O, que marca la fecha de la consulta soberanista en Cataluña, es otra muestra
de la enorme destreza de los independentistas para arrimar el ascua a su
sardina. Si Mariano es un maestro manejando los tiempos (básicamente porque
mira un reloj parado), Puigdemont es un hacha con la terminología. En
principio, en el 1-O está implícita una referencia a cierto octubre de un siglo
atrás, con el inmenso eco del centenario de la Revolución Soviética al fondo,
pero la verdadera astucia es haber fijado el referéndum el primer día del mes,
con lo que da la impresión subliminal de que el partido ya está ganado uno a
cero. La idea es que Cataluña va a salir independiente de la consulta, porque
juega en casa, aunque el tiro puede salir por la culata, ya que, de momento,
Cataluña sigue siendo España. Una vez formadas las alineaciones y dispuestas en
el graderío las respectivas hinchadas, falta todavía por ver qué formaciones políticas
abogan por el derecho de los catalanes a decidir si quieren seguir formando
parte de un proyecto político común o si prefieren seguir su propio camino. Al
respecto, Pablo Iglesias, partidario de un reférendum pactado y legal, declara que, aunque no comparte la hoja de
ruta de los independentistas, sí que ve, en la votación del 1-O, una
manifestación ciudadana legítima en democracia. Por el contrario, Albert Rivera
ve en el próximo referéndum “un golpe a la democracia” y una rotunda ilegalidad
que debe tener respuesta según el estado de derecho. El más tibio, como
siempre, es Pedro Sánchez, que habla de la necesidad de un diálogo cuando
Puigdemont y Mariano llevan meses dialogando cada uno consigo mismo. No han
llegado a ningún sitio, que es precisamente de lo que se trata. En esa
indefinición asistimos una vez más al clásico problema de reducir una crisis
política a un problema de semántica. ¿Qué es una nación? Sánchez la definía con
su imprecisión característica en Barcelona, el pasado julio, y vuelve a
machacar la cuestión este lunes, tras la reunión de la Ejecutiva socialista:
‘España es una nación de naciones y hay al menos tres territorios que han
manifestado su vocación de ser nación’. Lo mejor del galimatías sanchiano es la
locución adverbial “al menos”, que deja la puerta abierta para que Extremadura,
Murcia y Tordesillas se sumen a la fiesta en cualquier momento”.
Entre mínimos y máximos, Rajoy y Puigdemont
comenzaron la ruptura institucional y política.
Bajo el título “Rajoy, un
desastre sin paliativos”, Fernando López Agudín escribe, en Público, un artículo
en el que dice: “No lo hará Felipe VI, al menos públicamente, pero bien pudiera
repetir hoy sobre Rajoy lo que su padre, el Rey emérito Juan Carlos I,
manifestara en el New York Times sobre el presidente Carlos Arias Navarro en la
tensa primavera de 1976: ‘un desastre sin paliativos’. Ayer, el conflicto
político residía en la demanda democrática de la sociedad española, hoy en la
reivindicación democrática de la sociedad catalana; aquella negada por Arias
Navarro, ésta por Mariano Rajoy, con idéntica argumentación: las leyes no
permitían, como tampoco lo permiten hoy, satisfacer estos objetivos populares.
Apenas pocas semanas después, el nuevo presidente Adolfo Suárez encargaba a los
ingenieros jurídicos estatales, encontrar el tenue hilo capaz de hilvanar el
referéndum sobre la reforma política en el ovillo de los Principios
Fundamentales del Movimiento de la dictadura del general Franco. El fracaso del
Gobierno Rajoy, que ha renunciado a la más mínima iniciativa política sobre
Cataluña, agrava la crisis del Estado español hasta tal punto de amenazar con
llevarse por delante las más altas instituciones estatales. La España de 2017
no es aquella de 1936, donde gobernaban en Alemania e Italia Hitler y
Mussolini; ni siquiera es la que fue en un 1978 donde la guerra fría marcó los
límites que la transición no podía rebasar. Rajoy no solo no ha buscado el
diálogo con la Generalitat sino que, por el contrario, ha allanado el terreno
para el choque entre la legalidad constitucional y la clara legitimidad
democrática catalana. Los cuervos de la caverna madrileña, que amamantó hace
una docena de años en su campaña contra el Estatut, le empujan hoy al
precipicio de la involución. (…) Cuando la ventanilla polaca de la Moncloa se
vuelva a abrir, Rajoy no estará en la Moncloa. Será imposible rehacer la
relación de Cataluña con España si sigue como presidente de Gobierno. Tanto si
pierde como si vence en su lucha a muerte contra el derecho a decidir de los
catalanes. En ambos desenlaces, en los que se juega su vida política, va a
morir matando. Es un muerto político que todavía no lo sabe. Convendría ya ir
recuperando una vieja costumbre funeral de los judíos según la cual, cuando un
cadáver era conducido al cementerio, sus correligionarios de la sinagoga tenían
que gritarle al oído: ¡Fulano, Fulano, entérate de que estás muerto! No
tardarán los que mandan tras las bambalinas, inquietos por la irresponsabilidad
de la Moncloa, en gritarle al oído ¡Rajoy, Rajoy, entérate de que estás
muerto!”
Lluis Foix titula “Entre mínimos
y máximos”, un artículo que así comienza: “La ruptura unilateral con el Estado
se pretende poner en marcha esta semana con la aprobación sin debate de la ley
de transitoriedad jurídica y fundacional de la república y la ley del
referéndum. Se saltará la legalidad catalana, la constitucional española y se
hará sin la aprobación de ningún Estado del mundo (…) El papel de la comunidad
internacional es decisivo a la hora de crear nuevos estados. El segundo
nacimiento de nuevos estados se produjo a partir de 1989 cuando la Unión
Soviética se descompuso y los viejos pueblos eslavos se separaron de Moscú. La
comunidad internacional intervino muy poco, quizás porque el desmoronamiento
del imperio soviético convenía a los que ganaron la guerra fría y también
porque tanto Gorbachov como Yeltsin fueron firmando decretos de secesión,
seguramente sin reparar en las consecuencias históricas de sus actos (…) La
novedad que plantea Catalunya es el empeño de los soberanistas de conseguir la
independencia unilateralmente sin otro marco jurídico que el creado por la
mayoría heterogénea de Junts pel Sí y la CUP, vulnerando incluso la ley
catalana vigente. Rajoy se ha confiado tanto en la ley como único instrumento
para frenar el independentismo que se ha olvidado de hacer política, de
establecer puentes y buscar formas para recuperar la confianza. Rajoy es hombre
de mínimos, de gestos puntuales y discretos, de esfuerzos calculados. Lo que
pasa en este caso es que los mínimos de Rajoy han tropezado con los máximos de
Puigdemont, la CUP y los movimientos que dan apoyo al referéndum y la
independencia como la ANC y Òmnium Cultural. Pienso que es demasiado tarde para
recuperar la racionalidad y evitar la ruptura unilateral que tantos problemas
acarreará para Catalunya y para España. Puigdemont está dispuesto a ir a la
cárcel y posiblemente muchos otros independentistas, también. Luego se podrá
decir que no hacía falta ir tan lejos y haberlo evitado a tiempo. Recomponer
las relaciones no será cuestión de días o meses sino de años. ¿Qué va a pasar?
No sé si alguien lo sabe, ni siquiera Rajoy o Puigdemont. Pero una
confrontación legal, política y económica dejará muchos lesionados por el
camino. Un choque entre los gobiernos de Madrid y Barcelona no será gratuito ni
sin violencia. Me inquieta la seguridad que detecto en los dos bandos. La
certeza de que la ley lo va a resolver todo y la audacia de que se puede alcanzar
el objetivo al margen de la ley, con la sociedad catalana dividida y sin
aliados en Europa y en el mundo. Una temeridad y una falta de respeto por la
racionalidad de sociedades perplejas. Las cosas que no deberían pasar porque el
destino de los pueblos se supone que está en manos de personas responsables, a
veces pasan y sus consecuencias son inesperadas o irreparables. Quedan días o
semanas para evitar lo que en estos momentos parece inevitable”.
Entre los fotomontajes de esta semana: Patada a la democracia
Fairlaine @Fairlane4
— ¿Qué es eso de que en el
#Parlament le dieron una patada a la democracia?
— Lo que pasó
— ¡Te tengo dicho que me avises
cuando hay fútbol!
Que dice Soraya que nunca, jamás
de los jamases ha pasado tanta vergüenza como hoy por la cosa esa de cumplir la
con ley y la democracia... Protestona @protestona1
Anacleto Panceto @Xuxipc comenta:
-Soraya Sáenz de Santamaría está abochornada.
-Normal, con casi mil imputados como para no...
-No. Está abochornada por lo del referéndum.
Cerriles contra demagogos. Siéntense
a negociar un referéndum de verdad.
El humor en la prensa de esta
semana: El Roto, Forges, Peridis, Vergara, Pat, Faro, J. R. Mora, Manel F., La
Boca del Lobo, Ferreres…
Requiem institucional. La Boca del Logo.
El humor de Pep Roig, desde
Mallorca: Cada loco con su tema, Cada cual a lo suyo, “Don Tancredo” persistente,
Nada por aquí, nada…, Va bien mal, No quieras saber y Cncrucijada,
Los vídeos de esta semana. El Parlament inicia el pleno con bronca política. JxSí y CUP fuerzan entre bronca incluir en orden del pleno la ley de ruptura Coscubiela: “L’actuació de la majoria parlamentària deteriora greument la legitimat del referèndum” Los momentos más tensos en el pleno del Parlament ¡¡ INES ARRIMADAS acorrala a un alterado PUIGDEMONT que empieza a delirar !! Reacción del Gobierno al desarrollo del pleno del Parlamento de Cataluña Pleno del Parlament de Cataluña El Gobierno catalán firma en pleno la ley del referéndum Ara comença el Mambo!
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