Defensa repatría a restos de la División Azul, mientras olvida la exhumación de republicanos.
Un funcionario municipal de Alicante cambia la placa de
Plaza de la Igualdad por la de Plaza de la División Azul.
El viernes de la semana pasada, el
PP se escudó en la falta de presupuesto para vetar una iniciativa del PSOE que
contemplaba la exhumación de los más de 100.000 cuerpos que se encuentran en fosas
comunes. El mismo día Europa Press publicó que el Ministerio de Defensa había
destinado un total de 23.300 euros, desde el año 2003, para la repatriación de
los restos de 29 miembros de la División Azul, que lucharon junto a los nazis
en la Segunda Guerra Mundial. El Estado también ha subvencionó a la Fundación
Francisco Franco y paga un alto precio por el mantenimiento del Valle de los
Caídos, el monumento que ensalza al dictador.
“El Estado se siente cómodo con
un pasado e incómodo con otro”, indica Emilio Silva, el presidente para la
Asociación de la Recuperación de la Memoria Histórica, al diario Cuartopoder. Los
familiares de las víctimas del franquismo quedaron desamparados con la llegada
del PP al Gobierno. Gracias a la Ley de Memoria Histórica, impulsada por el
Gobierno de Rodríguez Zapatero, recibían una escasa subvención para la
localización y exhumación de cuerpos en las fosas comunes, pero Rajoy eliminó
de los Presupuestos Generales del Estado toda aportación económica a dicha
norma. El propio presidente se jactó de ello: “La dotación presupuestaría ha
sido cero, es cero y fue cero todos los años”. El portavoz del PP en el
Congreso, Rafael Hernando, indicó que “algunos se habían acordado de su padre
cuando había subvenciones para encontrarlo”. Y Pablo Casado, que en tono
burlesco se refirió a las personas de izquierdas como aquellos que están “todo
el día con la guerra del abuelo, la fosa de no sé quién, la memoria histórica”.
“Los muertos de la División Azul
han tenido una oficina a la que acudir, algo que nunca han tenido los
desaparecidos de la dictadura”, explica Silva. Las familias de los soldados de
la División Azul han reclamado los cuerpos de sus familiares a la Dirección de
Asistencia al Personal del Ejército de Tierra (DIAPER) del Ministerio de Defensa,
que cuantifica en 800 euros el coste medio por cada una de las repatriaciones.
“Las víctimas en las fosas son crímenes contra la humanidad, mientras que los soldados
de la División Azul fueron voluntarios de organizaciones que lucharon contra
los aliados en la Segunda Guerra Mundial, haciendo un juramento de lealtad a
Adolf Hitler”, critica el presidente de Foros por la Memoria, Arturo Peinado.
Al margen de la División Azul, el
Estado sostiene otras entidades insignia del franquismo. José María Aznar —“que,
en su juventud, militó en una organización falangista”— subvencionó a la
Fundación Francisco Franco con 150.000 euros entre el año 2000 y 2003. A día de
hoy, las víctimas de la dictadura califican de “vergüenza” que se subvencione
indirectamente a la entidad, que goza de los beneficios fiscales que tienen las
fundaciones. Por otro lado, el Valle delos Caídos cuesta al Estado 1,8 millones
de euros, según la respuesta que dio el Gobierno al senador de Compromís,
Carles Mulet. Además, desde el año 2012 a 2017 se invirtieron otros 1,8
millones de euros “extra” en distintas mejoras. “El informe que Zapatero hizo
sobre el Valle de los Caídos llegó en 2011, cuatro años después de que
aprobaran la ley, Habían tenido tiempo para responder sobre el monumento”,
rememora Silva.
“Organismos internacionales como
la ONU –escribe María F. Sánchez, en Cuartopoder – han reprendido en varias
ocasiones a España por sus deberes pendientes con los crímenes de lesa
humanidad y el desamparo de las víctimas. La Ley de Memoria Histórica impulsada
por el PSOE, según Arturo Peinado (Foros), tuvo dos grandes fallos: el PSOE no
hizo un reglamento para que se pudiera aplicar y el PP la ha dejado sin
financiación. La propuesta de los socialistas para modificar dicha ley, vetada
por los populares el pasado jueves en la
Mesa del Congreso, promovía la nulidad de los juicios celebrados por el
franquismo –abría así las puertas a las reclamaciones de patrimonio de las
víctimas–, la localización y exhumación de los cuerpos de las fosas, y
sanciones a instituciones que no retiraran la simbología franquista. El
Gobierno ha rechazado la iniciativa por motivos económicos, como viene haciendo
de manera habitual en la legislatura. Ha estimado que la medida supondría un
aumento de los créditos presupuestarios de más de 213 millones de euros.
Para Emilio Silva, presidente de
la ARMH, el problema no reside tanto en la ley, sino “en la falta de voluntad
política” de los sucesivos gobiernos a lo largo de todo este tiempo. Recuerda
que el Gobierno vasco ha realizado un trabajo ingente con las fosas, la
digitalización de miles de documentos, los homenajes a las víctimas del
franquismo o la recopilación en vídeo de testimonios de cientos de
supervivientes. “Ellos no tienen ninguna Ley de Memoria Histórica, así que
queda claro que ni siquiera es necesaria”, sentencia.
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