“La rebelión de los pijos”.
El Barrio de Salamanca,
Moncloa-Aravaca, Chamartín o Chamberí son algunos de los centros neurálgicos de
las manifestaciones ilegales orquestadas por la extrema derecha y alentadas por
el Partido Popular. La llamada “Rebelión
de los Cayetanos” no ha dejado de crecer desde que el barrio de Salamanca, zona
noble de Madrid, se levantara ante las restricciones del gobierno de coalición
PSOE y UP. “La izquierda tuitera –recuerda Víctor Lenore en Vozpópuli–, ha
ridiculizado las protestas de la ‘revuelta cayetana’, en alusión al himno
de Carolina Durante, una de
nuestras bandas indie-pop con mayor proyección comercial. ¿Estamos ante una
canción protesta? Más bien se trata de un pepinazo pop que retrata con versos ácidos a los cachorros de
la clase alta española y su suave deslizar por la vida entre los
millones de papá y los contactos de mamá”. Pero, mientras ellos gritan “libertad”,
en los barrios obreros las colas en los comedores sociales se hacen cada vez más
grandes. Desde Vallecas, uno de los distritos de clase trabajadora más
significativo no sólo de Madrid sino de España, respondieron a la “Rebelión de
los Cayetanos”, de los “Borjamaris” o de los “pijos”. Y, cuando éstos, se
atrevieron a levantar su voz desde Vallecas, se encontraron con que los
vecinos, orgullosos de pertenecer a la clase trabajadora, les respondieron con
un rotundo “aquí no caben los fascistas”. José Antonio Gómez así lo explicaba el pasado
domingo con total claridad en Diario 16: “Este orgullo de clase y de repulsa al
fascismo o a las manifestaciones promovidas por la extrema derecha también deja
un lado preocupante: el enfrentamiento entre la clase que más está sufriendo la
crisis del coronavirus contra estos nuevos activistas de los barrios ricos que
gritan ‘libertad’ sin respetar las medidas de protección social y sin saber, en
realidad, lo que significa esa palabra. Ni la extrema derecha, ni sus
representantes políticos, ni los peones utilizados por la propaganda, los bulos
y las mentiras, conocen lo que es la libertad y, por lo tanto, no son dignos de
reclamarla porque son defensores de lo contrario. 40 años de dictadura fascista
dieron muestras suficientes de lo que está defendiendo Vox y los que se envuelven,
como el rebozado de un cachopo, en los símbolos de todos y todas. España es el
pueblo, España es la gente. El patriotismo no se encuentra en luchar por los
privilegios de los ricos, sino en todos los españoles y todas las españolas que
viven en una situación de igualdad que no permita que nadie, por muchas
banderas en las que se envuelvan, ponga en peligro la salud y la vida del
resto. Eso se llama conciencia social y, de momento, sólo la clase obrera la está
demostrando, a pesar de las necesidades que están pasando las familias
trabajadoras y de su responsabilidad con toda la sociedad, no sólo con la
privilegiada. La razón es obvia. Los que ahora gritan libertad sólo temen por
su dinero. Mientras que la clase trabajadora teme por lo más importante y lo
único que hay que defender en estos momentos: la salud y la vida”.
Mercedes descapotable conducido por un chófer.
Lo escribía José Antonio
Gómez: “No se trata de clasismo o de estereotipos, es que son así. Los ricos
que se están ‘levantando’ contra el Gobierno, incumpliendo en su legítima
protesta con las mínimas normas de distanciamiento social para evitar
contagios, no pueden evitar alardear de quiénes son, de lo que tienen y de su
poder económico. En un vídeo difundido por la diputada de Izquierda Unida en la
Asamblea de Madrid, se puede ver cómo, en medio de las concentraciones de la ‘Rebelión
de los Cayetanos’, aparece un Mercedes descapotable con un hombre, con el
jersey al cuello (no podía faltar), sentado en el asiento trasero y con un
megáfono en la mano gritando ‘Gobierno Dimisión’. El coche va conducido por un
chófer. Y ¿para qué quiere este representante de las clases dominantes que
dimita el Gobierno? ¿Para implantar una dictadura económica que someta aún más
a la clase trabajadora? Cada cual puede tener razones para protestar contra el
Ejecutivo de coalición progresista, pero, en este caso, se están utilizando
cuestiones de conciencia de clase que se resumen en que las élites no soportan
que se puedan aplicar políticas basadas en la justicia social y en la justa
redistribución de la riqueza. Seguramente, muchos de los que están participando
en esta ‘Rebelión de los Cayetanos’ pertenecen a esa clase de patriotas que
están aprovechando para sacar su dinero de España porque piensan que su clase
no tiene por qué contribuir a la riqueza nacional, al desarrollo de la patria.
Patriotas de hojalata, patriotas de pulserita, patriotas que sólo creen en la
patria del dinero”.
Vallecas contra los Cayetanos: 'Aquí no caben los fascistas'
Algunos llevan banderas
de España impresas en las mascarillas, como las llevan en las manifestaciones
en contra de lo que sea, en las protestas contra el matrimonio igualitario, o
contra el aborto, como si fuera un partido de fútbol contra una selección extranjera.
Por no hablar de cuando las instalan a pocos días de las elecciones, en barrios
en los que faltan institutos y guarderías. O cuando desplazan simbólicamente
una bandera arcoíris para colocarla, pese a que ya esté en muchos otros sitios.
Las protestas vecinales en la zona de Núñez de Balboa (Madrid) continúan
celebrándose. Y los ciudadanos salen del corazón del barrio de Salamanca, entre
las calles Ramón de la Cruz y Ayala, para manifestarse en contra de la gestión
del Gobierno de Pedro Sánchez frente al coronavirus. De hecho, las protestas se
han ido extendiendo durante la semana pasada a otros barrios de la capital. Y las
concentraciones contra Sánchez también llegan a Vallecas, pero, tal y como se
puede ver en vídeos, el barrio sale para protestar contra los manifestantes. Al
grito de Sanidad pública y fuera fascistas de nuestros barrios, los vecinos del
popular distrito madrileño responden a las protestas que nacieron en el barrio
de Salamanca. El lunes, en Vallecas, una decena de manifestantes bajaron a la
calle ataviados con banderas de España. Frente a sus proclamas y golpes de
cazuela se fueron concentrando de forma espontánea centenares de vecinos que se
revolvieron contra su protesta. Y, mientras unos gritan “¡Viva Vallecas! ¡Viva
el barrio!”, otros se preguntan: ¿Dónde están cuando desahucian a las familias?
¿Dónde están los de las banderas?”. Y se oyen consignas como “Fuera fascistas
de nuestro barrio” o “Sanidad pública”, intentando silenciar las caceroladas en
un punto al que acuden los furgones de la Policía.
Tensión en la localidad madrileña de Alcorcón en contra de la gestión
del Gobierno en la crisis del coronavirus
El eco de las cacerolas
de Núñez de Balboa sonó con fuerza en Alcorcón. La alcaldesa socialista,
Natalia de Andrés, cerró por decreto la Plaza de los Príncipes de España, en el
barrio de Parque Lisboa, tras la tensión vivida en el municipio. Fue en esa
plaza donde una cacerolada contra el Gobierno de Pedro Sánchez coincidió y otra
contra-protesta de jóvenes autodenominados “antifascistas”, defendían la
república con proclamas como “muerte al rey y a sus hijas”. A través de las
redes sociales, De Andrés la clausuró “para evitar contagios por covid-19 ante
las aglomeraciones de los últimos días y así proteger a los vecinos y vecinas”.
Según la socialista, este tipo de acciones ponen en “grave peligro” la salud de
la ciudadanía de la zona, añadiendo que “es nuestra obligación actuar para
defender la salud de la población”. Vecinos del municipio madrileño de Alcorcón
casi llegaron a las manos en la protesta contra el Gobierno. El teniente de
alcalde y portavoz de Unidas Podemos, Jesús Santos, opinó que “las caceroladas
rompieron el consenso” de usar la vía pública con responsabilidad “y por eso tuvieron
respuesta. Es una vergüenza, una irresponsabilidad y deben pagar por ello”,
instó en sus redes. Los partidos de la oposición le acusaron de agitar a los
antisistema. “La vía pública es un derecho de todos, no el privilegio de unos
pocos. Habíamos alcanzado un consenso para usarla con responsabilidad, pero la
extrema derecha lo ha roto con sus convocatorias, por eso hay gente que les responde”,
señaló en sus redes.
Cientos de personas se concentraron en la Alameda de Valencia para protestar contra la gestión del Gobierno.
Las movilizaciones
también se han replicado en otras ciudades como Logroño, Toledo, Castellón,
Guadalajara, Salamanca, Valladolid, Oviedo, Zaragoza... Un millar de personas
protestó en Valencia contra la gestión del Gobierno. Fue el pasado martes en
torno a las nueve de la noche en pleno paseo de la Alameda, frente al cuartel
del Ejército de San Juan de Ribera. En el arriado de la bandera de España, so
oyeron corear gritos de protesta contra el Gobierno y exigir la dimisión de su
presidente. El acto contó con numerosa presencia policial —en la calle y desde
el aire con un helicóptero— para evitar que los
asistentes, la mayoría con banderas de España y coreando “¡Sánchez, dimisión!”
y “¡Viva España!”, incumplieran las medidas de distanciamiento social que
establece el Estado de alarma, sin que se produjera ningún incidente. Entre los
asistentes se encontraba el diputado de Vox en Les Corts Valencianes José María
Llanos y, tras el arriado de la bandera y una vez sonado el himno de España,
los asistentes se dispersaron. Durante la protesta en Valladolid, varios
ciudadanos pasearon por varias vías de la ciudad una bandera de gran tamaño, en
torno a las calles Muro y General Ruiz, mientras proferían vivas a España y
pedían la dimisión del Gobierno.
La Guardia Civil blindó el chalé de Iglesias y Montero en Galapagar para
evitar escraches.
En Madrid, la décima
jornada de concentraciones y caceroladas contra el Gobierno socialista estuvo
marcada por un amplio dispositivo policial que evitó el cierre de la calle
Ferraz, sede del PSOE, o el enfrentamiento entre grupos en la localidad de
Alcorcón. La jornada del martes vino precedida por el enfrentamiento político
con cruce de declaraciones entre el presidente de Vox, Santiago Abascal, y el
vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo
Iglesias. Abascal hizo un llamamiento para que las caceroladas sonasen “más que
nunca” y el Gobierno escuchase el “clamor” de los ciudadanos frente a una “dictadura
camuflada de alarma”. Por su parte, Iglesias mostró su preocupación por una
generalización de la crispación que llevó a algunos a manifestarse frente a su
casa o la del ministro Ábalos y alertó: “Esto se sabe dónde empieza, pero no
dónde acaba”. El martes, en Galapagar, un tramo de la calle donde se encuentra
la casa de Iglesias y la ministra Irene Montero fue cortado al tráfico por
agentes de la Guardia Civil. Se reforzó la seguridad en las cercanías del
chalé. Pero las protestas se saldaron sin incidentes. Su compañero de partido,
Pablo Echenique, opinó sobre este asunto: “El ir a por la familia de la persona
a la que quieres amedrentar es un clásico de la mafia. La gente de Podemos lo
hemos sufrido desde el principio. Hoy mismo el tabloide de Pedro J. explica que
se anda buscando dónde vivo para luego enviar sicarios mediáticos a acosar a mi
familia”. Varios ministros, entre ellos el de Transportes, José
Luis Ábalos, del PSOE, sufrió también escrached en su domicilio.
Las concentraciones alentadas por Vox y el PP terminan con un herido en Moratalaz
Igualmente, el miércoles se
produjeron en Moratalaz escenas de alta tensión, al enfrentarse dos personas,
uno de los asistentes a las caceroladas y otro en contra. Un
hombre fue atendido por sanitarios de una Unidad Básica del Samur-Protección
Civil por policontusiones y fue trasladado hasta el Hospital Gregorio Marañón,
quedando ingresado. El joven de 34 años resultó herido durante las protestas
alentadas por Vox y el PP contra el Gobierno por la gestión de la pandemia del
coronavirus en el barrio de Moratalaz. Según informes de Spanish Revolution, “un
manifestante contra el Gobierno comenzó a agredir a las personas que caminaban
por esa zona y éstas respondieron, dejando herido al joven. Tal y como se
muestra en estas imágenes, un individuo vestido de rojo, el que a posteriori
resultaría herido, estaba en la concentración rodeado de personas con cacerolas
y banderas de España. Se produjeron enfrentamientos entre los asistentes a las
caceroladas y grupos de extrema izquierda”. Diferentes medios de derecha, como
OKDiario, La Razón, o El Español, subrayaron erróneamente que se agredió a un
joven “por llevar la bandera de España” o por “protestar contra el Gobierno”.
El vídeo desmonta todos sus argumentos. El ayuntamiento de dicho municipio
decretó el martes el cierre de la plaza de los Príncipes de España, para evitar
aglomeraciones y que no se produjeran confrontaciones. Un
amplio dispositivo de Policía Nacional y Policía Local vigiló esta plaza y sus
alrededores para evitar altercados y la cacerolada se celebró sin incidentes y
con escasa afluencia de público. Dos días antes, un grupo de neonazis, muchos
de ellos sin máscaras, sin guantes, y sin respetar las medidas de seguridad, se
manifestaron, a las 21 horas en la Plaza de los Santos Niños de Alcalá de
Henares, sin ser molestados por las fuerzas de seguridad. Vecinos de la zona,
escucharon gritos como “comunistas asesinos” o “estado de alarma
inconstitucional”. Llama la atención “Primavera”, la canción de la División
Azul, la unidad de voluntarios franquistas españoles que formó una división de
infantería para luchar contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. Con
la música de ‘Katiuska’ cantaron una letra de corriente bien definida en las
actividades juveniles, nacida en una noche clara en las estepas de Rusia, como
recuerdo nostálgico de los que, en España, dejaron los camaradas de la División
Azul. Una vergonzosa página de la historia militar española. Entre 1941 y 1943,
cerca de 50 000 soldados españoles y algunos portugueses participaron en
diversas batallas fundamentalmente relacionadas con el sitio de Leningrado, ya
que el interés de esta unidad era, básicamente, “combatir el comunismo”.
225
fiestas y 13 botellones desalojados en Madrid por la Policía el pasado fin de
semana.
La Policía Municipal de
Madrid localizó el pasado fin de semana 225 fiestas en domicilios y 13
botellones en diferentes distritos de la capital a pesar de las medidas del
estado de alarma contra el coronavirus, según informan a Efe fuentes municipales.
Desde la noche del jueves hasta la del domingo los agentes municipales
recibieron un centenar de llamadas de quejas vecinales por pequeños botellones
en los distintos distritos de la ciudad, de los que ha podido comprobar 13. Además,
en esas mismas noches se atendieron 609 llamadas por quejas en domicilios por
ruidos o fiestas, de los que pudieron comprobar 225. En el resto de los casos
al llegar la Policía Municipal ya no había tal botellón ni los ruidos ni las
fiestas. Este domingo la Policía Municipal de Madrid levantó 2.004 propuestas
de sanción, pero no detuvo a ninguna persona. Los agentes interceptaron a 39
vehículos sin autorización para circular. El sábado los agentes municipales
levantaron 1.375 propuestas de sanción, detuvieron a dos personas e
interceptaron a 26 vehículos sin autorización para circular. Fue Puente de
Vallecas el distrito donde más multas se iniciaron, seguido de Villaverde y, en
tercer lugar, Usera. mayo. La semana anterior los agentes
municipales recibieron 400 avisos por fiestas en domicilios y localizaron 97
botellones en diferentes distritos de la capital.
Ska-P’
sobre la rebelión de los Borjamaris.
Así se pronunciaba la
banda de Ska punk de Vallecas ‘Ska-P’, sobre la rebelión de los Borjamaris que
tuvo la semana pasada en el barrio de Salamanca de Madrid. Una banda conocida
por no esconder su ideología en las letras, abiertamente anticapitalistas,
antifascistas, antitaurinos y antiimperialistas, con las que se manifiesta
desde 1994. La banda se pronunció sobre las manifestaciones antigobierno con
banderas de España, cacerolas y proclamas en contra del gobierno de España en
uno de los barrios más ricos de Madrid, en el que el bloque de la derecha
formado por PP-Cs-Vox sumó el 90% del voto en las pasadas elecciones. El
análisis sobre la rebelión de los Borjamaris es claro y conciso: “Cuando el
barrio de Salamanca (Barrio de ricos en Madrid) sale a protestar contra el
gobierno, es que el gobierno algo está haciendo bien”. El mensaje fue
retuiteado en más de 17.000 ocasiones, superando los 60.000 me gustas
Javier Villamor, durante su tensa
entrevista con la periodista Cristina Pardo.
Hazte Oír, grupo
ultracatólico, está detrás de la promoción y coordinación de las caceroladas
contra el Gobierno de España por la gestión del coronavirus. Así se desprende
del estudio publicado esta semana por ElPlural.com respecto al portal
gobiernodimision.net /protestas, en el que se recogen y difunden las protestas
que han roto la unidad social del país. Además de difundir las caceroladas, Hazte
Oír promueve una serie de peticiones, entre las que se encuentra una titulada “Gobierno
Dimisión", la cual piden apoyar con firmas para “hacer caer” al Ejecutivo
presidido por Pedro Sánchez. Dicha iniciativa se creó el pasado 15 de mayo. El
autor de la iniciativa es Javier de Villamor Cantera, el periodista que
coqueteó con un partido nazi, se pasó a Vox y se enfrentó con Cristina Pardo. En
junio del 2019, Villamor protagonizaba un sonado encontronazo con la periodista
de laSexta. En aquella ocasión se presentó en el programa como portavoz de
Hazte Oír y se enzarzó en una pelea dialéctica con Pardo a cuenta de las
prácticas de reconversión LGTBI, que Villamor defiende. En la actualidad,
además de ejercer como activista de Hazte Oír, Villamor colabora en ocasiones
con HispanTV e Intereconomía. En cuanto a su relación con Vox, Villamor
reconoció a ElPlural.com que hay 'simpatía': “Soy afiliado y me parece muy
interesante su propuesta política”.
Jesús Cintora escribe en
“Ojo al parche” (lasexta.com/el-muro) el artículo “El virus del odio”: “Apenas
se habla ya de pacientes, ni de médicos, ni de enfermeros… El problema
sanitario del coronavirus ha quedado de fondo. La primera plana la ha tomado la
crispación política, que tiene también su reflejo en el enfrentamiento en la
calle. O no hemos aprendido nada o quieren que no lo aprendamos. Aquí apenas se
habla ya de ciencia o de sanidad. ¿Quién se acuerda ya de los muertos, de los
enfermos, de los sanitarios, de las residencias…? Parece que va quedando solo
el encabronamiento. Hay 27.888 muertos con coronavirus en España hasta ayer
miércoles, miles de sanitarios contagiados, falta personal en centros de salud,
hay trabajadores agotados, investigadores que buscan sin descanso una vacuna…
Mientras, aquí la semana va dejando un debate político cargado de amenazas,
insultos, dirigentes mal encarados, cálculos partidistas y, en definitiva, un
descenso hasta los bajos fondos de la política conectados con el mal rollo que
se va instalando entre algunos ciudadanos (…) El gobierno tampoco se salva. Por
falta de rigor y de transparencia en las últimas horas. España se acostó
pensando que PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu habían pactado derogar
íntegramente la reforma laboral de Rajoy y, al filo de la medianoche, los
socialistas enviaron una nota a los medios rectificando. El acuerdo, que salva
una nueva prórroga del estado de alarma, se anunció a bombo y platillo. La
nota, que a muchos les llegó por wassap, fue con nocturnidad y de tapadillo. No
ayuda. Transmite una sensación de funambulismo político que puede ser pan para
hoy y hambre para mañana. En definitiva, el país necesita más unidad y
certidumbre en una situación muy difícil, pero que se puede afrontar con más
calma y mayores consensos. Los trabajadores de la sanidad lo han demostrado y
lo siguen haciendo en el tajo. La política debe estar a la altura. Los juegos
de poder son demasiado arriesgados cuando lo que está en juego es la vida de
tanta gente. No puede ser que en la lucha contra una pandemia acabemos
enfrentados unos con otros. No dejemos que nadie nos encabrone. No permitamos
que al coronavirus le añadan el virus del odio”.
“¿Qué dice la derecha
cuando dice “libertad?”, se pregunta Eduardo Sánchez Gatell en
un artículo de Nueva Tribuna del que entresacamos los siguientes párrafos:
“Observamos con cierto estupor un uso cada vez más frecuente del término
libertad por parte de la extrema derecha. En las manifestaciones que estos días
se están produciendo en diferentes puntos de la de España se escucha el grito
libertad. ¿Qué significado tiene para ellos esa palabra? Detrás de este grito
que se acompaña en estos días de golpes de cacerola y tintineo de joyas se
oculta la esencia del credo neoliberal: el rechazo de cualquier proyecto
colectivo, de cualquier acción solidaria, de toda forma de comunidad. No debe
sorprendernos el uso del término por parte de los ricos, su apropiación para
justificar la revolución de los pijos. Se trata del ejercicio descarnado del
individualismo más feroz, llamando libertad a impedir una salida de la crisis
en la que, como repite Pedro Sánchez, no quede nadie atrás. Libertad es, para
ellos, libertad de comercio. Que cada cual se las componga. La rebelión de los
ricos se corresponde con las propuestas neoliberales, cada vez más frecuentes,
de supresión del Estado de Bienestar, de los servicios públicos, de las
prestaciones sociales, no es otra cosa que el intento de convertir el trabajo
en una mercancía más, de someterlo a la oferta y la demanda sin protección
alguna porque perciben la protección como una amenaza para la sociedad de
mercado. La reacción ciudadana a la crisis sanitaria y social en la que estamos
inmersos ha encendido las alarmas de la derecha: se han producido inmensas olas
de cooperación, de ayuda, trabajadores sanitarios y otros muchos que no han
atendido a horarios ni contratos, aplausos que han hecho encontrarse a
desconocidos hasta ese momento a través de los balcones, apoyo mutuo, defensa
de lo público… ,se han puesto de manifiesto los riesgos de la políticas
privatizadoras, las debilidades de la sociedad de mercado, la necesidad de la
planificación y el aseguramiento de ciertos bienes imprescindibles para la
supervivencia de las personas, la salud, la alimentación, la educación, la
vivienda. La derecha neoliberal, toda la derecha en este momento, ha constatado
que la falsedad de sus dogmas se hacía evidente para todos, su reacción no es
otra que la reacción rabiosa del fracaso. Pueden (y de hecho necesitan para
evitar sinergias solidarias) negar la pobreza o el cambio climático, amenazas
que se sentían por muchos como lejanas, pero la pandemia ha sido demasiado
evidente, demasiado presente en cada uno de nosotros como para negarla”.
La extrema derecha busca su 15-M.
Miguel González escribe
en “El País” del pasado viernes: “La extrema derecha busca su 15-M”, un
artículo en que cuenta: “Fue en la calle Núñez de Balboa, en el madrileño
barrio de Salamanca, donde hace diez días sus habitantes empezaron a bajar de
los balcones y terrazas para protestar a pie de calle, envueltos en banderas de
España y sin respetar la distancia de seguridad exigida por las autoridades
sanitarias. Luego saltó la chispa a otros barrios de la capital y se extendió
por numerosas ciudades españolas. Dirigentes de Vox, como Iván Espinosa de los
Monteros y Rocío Monasterio, han participado en las caceroladas, pero de manera
discreta, sumándose a unas concentraciones ‘lideradas por los propios vecinos’,
en palabras del portavoz parlamentario. La portavoz de VOX en la Asamblea de
Madrid y su marido, el diputado del partido Iván Espinosa de los Monteros. En
vídeo, el matrimonio defiende que el distanciamiento social se cumple en estas
protestas. El partido ultra ya tiene su ‘movimiento transversal’ de indignados,
alentado desde su televisión de siempre, El Toro (la antigua Intereconomía que
cambió de nombre, pero no de estilo); y por otros medios de aire más moderno,
como el canal de Youtube Estado de Alarma, protagonizado por tertulianos y
expolíticos como Rosa Díez. Junto a asociaciones de nuevo cuño, como la
autodenominada ‘Resistencia Democrática’, que se atribuye las caceroladas del
barrio de Salamanca en Madrid, se han subido al carro grupos veteranos, como la
ultracatólica Hazte Oír e incluso la Asociación de Militares Españoles (AME),
impulsora del manifiesto apologético de Franco firmado por cientos de
exmilitares. Pero el riesgo de los movimientos transversales es que se te
escapen de las manos. Mientras Santiago Abascal aplaude la ‘revuelta de las
mascarillas’, otros hablan de ‘revolución de las mascarillas’, convirtiendo así
en revolucionario el movimiento de protesta de los barrios más acomodados. Y
Vox ha tenido que desmarcarse públicamente del escrache realizado por algunos
de sus hooligans en el domicilio del vicepresidente Pablo Iglesias y la
ministra Irene Montero; una táctica copiada precisamente del movimiento del
15M, que la ultraderecha quiere ahora emular”.
Cartel propagandístico de Vallekas
antifascista.
Fotomontajes, imágenes y fotos sorprendentes:
Caceroladas de la derecha
contra el Gobierno, ampliadas en los medios de difusión por toda la Comunidad
de Madrid, así como en otras regiones.
Una mujer busca en un cubo de basura frente a un supermercado, mientras
manifestantes envueltos en banderas gritan libertad y golpean cacerolas, ajenos
a ella, en pleno corazón del barrio de Salamanca.
Barrio de Salamanca.
Ayuso y los fondos buitres.
Los coronapijos se manifiestan.
Yo la bandera la llevo en la billetera.
El señorito está muy revolucionario
La “revolución” de los
pijos buscan, según El Despacho de Abogados W. & T., el levantamiento del
Estado de alarma para tener a los trabajadores y empleadas del hogar a pleno
rendimiento. “Al estilo Trump, Bolsonaro... los ricos españoles piden que no
exista ninguna restricción contra la pandemia del coronavirus, para que los
trabajadores (‘escoria desechable’ como ellos los llaman) muevan las máquinas
arriesgando su vida para que ellos engorden. Los pijos ahora están aprendiendo
a limpiarse el trasero. Y muchas empleadas del hogar han decidido (con la
protección del Estado), no acudir a sus puestos de trabajo. ‘No vamos a agrisar
nuestras vidas por un miserable sueldo’ dice una trabajadora del hogar. Por ello, los pijos están rabiosos, y han
salido a las calles con son sus cacerolas de marca, con coches descapotables
con chófer, a gritar ‘Comunistas, asesinos’, ‘Gobierno Chavista, dimisión’... Estas
‘protestas’ tienen por objetivo nublar el gran trabajo que el gobierno
progresista viene desplegando para proteger a los más desfavorecidos, formando
un escudo social sin precedentes para apoyar a los trabajadores, autónomos... y
a los pobres (‘parásitos’ cómo los llaman los pijos). Esta es una lucha de
clases: ‘La moderna sociedad capitalista, que salió de entre las ruinas de la
sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase, solo ha sustituido
las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de
lucha por otras nuevas. Nuestra época, la época del capitalismo, se distingue,
por haber simplificado las contradicciones en dos grandes campos enemigos, en
dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el
proletariado’. (Lenin).
Una imagen vale más que mil palabras.
¿Recuerdan a este
personaje? Se trata del destacado poeta y escritor inglés, Robert Graves, que
vivió 47 años en Mallorca. Y, aunque mantuvo contactos continuos con Palma, en
donde tuvo casa por unos años, su residencia siempre estuvo en el pueblo de
Deià.
Anochecer en Mallorca.
El humor en la prensa de
esta semana: El Roto, Peridis, B. Vergara, Eneko, Manel F, Pat, Enrique, Atxe,
Ferranmartín, Morga, Javirroyo, Miki y Duarte…
Su gadget favorito.
Calvino
Job.
Diálogo zoocial.
Fase yo.
Libertad
Fase 1.
Los fachas en Madrid.
Los números cambiantes de Madrid
Constitucionalistas a la carta.
Clase alta en lucha. Sobre las caceroladas y protestas en barrios como Salamanca.
Pep Roig, dese Mallorca:
Mascarilla para toda la familia, El poder del poder, Lo esencial, Cuando no
saben, La élite libertaria…
Los vídeos de esta
semana:
Cacerolada en la Plaza de
La Moraleja, sábado 16 de mayo de 2020
Kale borroka en el barrio
de Salamanca
Un millar de personas
protestan en Valencia contra la gestión del Gobierno
El alcalde de Madrid,
José Luis Martínez-Almeida, asegura que las protestas en el barrio de
Salamanca, contra la gestión de la crisis sanitaria del Gobierno central son
"una medida de protesta pacífica" y ha defendido su celebración
mientras cumplan "la normativa del estado de alarma".
Almeida defiende las
caceroladas del barrio de Salamanca contra el Gobierno
Carolina Durante - Cayetano
(Videoclip)
Miguel Charisteas: Caye
Borroka #CovidNews
Vallecas responde así a
las caceroladas: "¡Dónde estáis cuando nos desahucian!"
La voz de Iñaki Gabilondo
| 18/05/20 | ¿Precaución sanitaria o castigo político?
Polònia - 21/05/2020
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