La España que se acostó monárquica y se levantó republicana.
Un día como hoy de hace
91 años se proclamaba la IIª República Española. Fue el régimen democrático que
existió en España entre el 14 de abril de 1931, en sustitución de la monarquía
de Alfonso XIII, y el 1 de abril de 1939, fecha del final de la Guerra Civil,
que dio paso a la dictadura franquista. Los
hechos se suceden con rapidez. Ocho meses antes, concretamente, el 27 de agosto
de 1930, se firmaba el Pacto de San Sebastián entre monárquicos desencantados,
como Alcalá Zamora, republicanos y nacionalistas, y también algunos
representantes de los socialistas. El 30 de diciembre tiene lugar la
sublevación de Jaca encabezada por los militares Galán y García Hernández que,
pese a su fracaso, serían considerados como los primeros héroes de la
República.
Las elecciones
municipales del 12 de abril de 1931 se interpretan como un auténtico plebiscito
entre monarquía y república. La victoria de los republicanos en la mayor parte
de las capitales de provincia y, sobre todo, en Madrid, Barcelona y Valencia,
se considera un triunfo indiscutible y en el plazo de cuarenta y ocho horas la
bandera tricolor se izó en todas las fachadas de los ayuntamientos: “España se
acostó monárquica y se levantó republicana”, diría el almirante Aznar. Así, dos
días después de celebrarse los comicios, se proclamaba la República y el rey
Alfonso XIII salía de España.
Esa misma noche, el
Gobierno decretó una amnistía para los delitos políticos, sociales y de
imprenta, pero el decreto más importante de este Gobierno provisional fue el
que fijaba su propio estatuto jurídico, estableciendo para su actuación un
marco mínimo de garantías, como la libertad de cultos y creencias y el respeto
a los derechos y libertades de los ciudadanos. Se incorporó a las mujeres y al
clero a la calidad de elegibles y se redujo la edad exigida para ejercer el
derecho a voto de los 25 a los 23 años.
Los resultados
electorales dieron una aplastante victoria a la conjunción
republicano-socialista, integrada por un buen número de destacados
intelectuales: Unamuno, Marañón, Sánchez Román, Madariaga, Ortega y Gasset...
Enseguida, afloraron los puntos más conflictivos del debate: la cuestión
religiosa (que provocó la dimisión de Alcalá Zamora como presidente del Consejo
y su sustitución por Azaña), la relativa a la propiedad y la autonómica, así
como el voto femenino, que dio lugar a encendidos debates entre Victoria Kent y
Clara Campoamor. Se aprobó una serie de leyes que supieron importantes reformas
sociales e institucionales, como la Ley de Defensa de la República, de 20 de
octubre, o la que establecía las atribuciones de la Comisión de
Responsabilidades, de 27 de agosto. La
Ley de la Reforma Agraria tropezó con las dificultades que entrañaba su
aplicación. Se regularon también las leyes de secularización de cementerios,
matrimonio civil y divorcio, así como la de Asociaciones profesionales o la de
Ordenación bancaria. Además, la Comisión Constitucional se encargó de los dos
estatutos de autonomía que se tramitaron en esa legislatura: el Estatuto de
Cataluña y el del País Vasco.
Entre los hechos más
relevantes de esa legislatura, los sucesos de octubre de 1934, con la
proclamación del Estado Federado Catalán y la Revolución de Asturias. Las
normas de funcionamiento de la Cámara son las establecidas en el Reglamento
Provisional de 1931, hasta que el 29 de noviembre de 1934 se aprobó un nuevo
Reglamento del Congreso de los Diputados. Todo, hasta que un general se levantó
en amas y provocó la guerra civil.
Himno de Riego - Banda de Música de Mieres
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