Amnistía Internacional critica la doble moral de España: “solidaridad” para refugiados ucranianos y “brutalidad” en Melilla.
Amnistía Internacional ha
publicado su informe anual sobre los derechos en el mundo y coincidiendo con
ello, la organización denuncia la “doble vara de medir” de España en cuestión
de acoger refugiados. El organismo critica que el Gobierno está realizando un
gran esfuerzo por acoger y tramitar con urgencia la llegada de miles de
refugiados procedentes de Ucrania y también de Afganistán, pero reprocha que no
actúa de la misma manera con personas que huyen de otros lugares.
“No podemos un día acoger
con los brazos abiertos a quienes escapan de la guerra, y, al día siguiente,
golpear con extrema brutalidad a quienes saltan la valla en Melilla. No es
coherente exigir una respuesta coordinada y abierta para las personas
refugiadas en la Unión Europea, y después llevar a cabo devoluciones en
caliente, incluso de menores, y justificarlo todo con el control migratorio”,
destaca Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España. Este
organismo insta a las autoridades a decidir si quieren “cumplir con el derecho
internacional” en todas las fronteras o si solo van a hacerlo “cuando interesa”,
en referencia a la gran solidaridad mostrada tras el estallido de la guerra de
Ucrania.
Antes del conflicto en
Ucrania, la toma de Afganistán por parte de los talibanes provocó otra crisis
migratoria y diversos países, entre los que se encuentra España, facilitaron la
salida del país de miles de refugiados y su posterior asilo. El informe
recuerda que el Ejecutivo español evacuó a más de 2.000 personas de Afganistán
y, por primera vez, permitió a personas de nacionalidad afgana pedir asilo en
la embajada de España en Pakistán, país vecino de Afganistán.
Una situación bien
diferente a la que ocurre en los centros de inmigración en Canarias, donde
destaca el “hacinamiento y la precariedad”. En 2021, llegaron a las islas más
de 22.000 migrantes en pateras o embarcaciones y 955 murieron ahogados antes de
llegar a la costa. Critican la mala gestión de este tipo de centros,
completamente desbordados, y la “falta de capacidad de acogida de las islas”.
Además, aseguran que muchos de los migrantes que llegan desconocen sus derechos
y no dispusieron del acceso necesario a toda la información y en muchas
ocasiones las autoridades encargadas no tramitaron sus solicitudes ni garantizaron
su inscripción en los registros.
Igualmente, hablan de la
situación en Ceuta y Melilla, donde señalan que se producen devoluciones
ilegales de menores y existen informes sobre uso excesivo de fuerza.
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