viernes, 1 de abril de 2022

Amnistía Internacional critica la doble moral de España: “solidaridad” para refugiados ucranianos y “brutalidad” en Melilla.

 

Brutalidad en Melilla.

Amnistía Internacional ha publicado su informe anual sobre los derechos en el mundo y coincidiendo con ello, la organización denuncia la “doble vara de medir” de España en cuestión de acoger refugiados. El organismo critica que el Gobierno está realizando un gran esfuerzo por acoger y tramitar con urgencia la llegada de miles de refugiados procedentes de Ucrania y también de Afganistán, pero reprocha que no actúa de la misma manera con personas que huyen de otros lugares.

“No podemos un día acoger con los brazos abiertos a quienes escapan de la guerra, y, al día siguiente, golpear con extrema brutalidad a quienes saltan la valla en Melilla. No es coherente exigir una respuesta coordinada y abierta para las personas refugiadas en la Unión Europea, y después llevar a cabo devoluciones en caliente, incluso de menores, y justificarlo todo con el control migratorio”, destaca Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España. Este organismo insta a las autoridades a decidir si quieren “cumplir con el derecho internacional” en todas las fronteras o si solo van a hacerlo “cuando interesa”, en referencia a la gran solidaridad mostrada tras el estallido de la guerra de Ucrania.

Antes del conflicto en Ucrania, la toma de Afganistán por parte de los talibanes provocó otra crisis migratoria y diversos países, entre los que se encuentra España, facilitaron la salida del país de miles de refugiados y su posterior asilo. El informe recuerda que el Ejecutivo español evacuó a más de 2.000 personas de Afganistán y, por primera vez, permitió a personas de nacionalidad afgana pedir asilo en la embajada de España en Pakistán, país vecino de Afganistán.

Una situación bien diferente a la que ocurre en los centros de inmigración en Canarias, donde destaca el “hacinamiento y la precariedad”. En 2021, llegaron a las islas más de 22.000 migrantes en pateras o embarcaciones y 955 murieron ahogados antes de llegar a la costa. Critican la mala gestión de este tipo de centros, completamente desbordados, y la “falta de capacidad de acogida de las islas”. Además, aseguran que muchos de los migrantes que llegan desconocen sus derechos y no dispusieron del acceso necesario a toda la información y en muchas ocasiones las autoridades encargadas no tramitaron sus solicitudes ni garantizaron su inscripción en los registros.

Igualmente, hablan de la situación en Ceuta y Melilla, donde señalan que se producen devoluciones ilegales de menores y existen informes sobre uso excesivo de fuerza.

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