La muerte de Berlusconi, un “corrupto y un violador que banalizó la política”.
El tres veces primer
ministro italiano Silvio Berlusconi, fallecido el pasado lunes a los 86 años de
edad, fue recordado por sus aliados y rivales como un “protagonista” polémico
de la historia política y social del país, en una biografía plagada de
escándalos muy graves, tanto en el ámbito político y empresarial, como en el
personal. Con su populismo moderno, anticipándose a una corriente que luego
encarnarían otros líderes internacionales como el estadounidense Donald Trump o
el brasileño Jair Bolsonaro, a la hora de su muerte muchos políticos italianos omitieron
sus numerosos casos de corrupción, las acusaciones de prostitución de menores y
sus arrebatos machistas. Pablo Iglesias, en RAC1, lo calificó como “un
personaje corrupto, un violador y un representante de la banalización de la
política”. El exlíder de Podemos se preguntó:
“¿Existirían figuras como Ayuso si no hubiera existido previamente Berlusconi?”.
Y, desde la izquierda española, Yolanda Díaz manifestó el rechazo a su
ideología y gestión.
Sin embargo, en Italia
las críticas han sido muy tibias, incluso desde el centroizquierdismo. “El ex
primer ministro socialdemócrata Matteo Renzi comenta que “muchos lo amaron,
muchos lo odiaron”. Y añade: “Pero todos hoy deben reconocer que su impacto en
la vida política, económica, deportiva y televisiva no ha tenido precedentes”. Romano
Prodi, dos veces primer ministro comentó que Berlusconi “ejerció una gran
influencia en la vida de nuestro país, afectando no sólo a las instituciones,
sino también a la vida de todos los ciudadanos”. El ex primer ministro Giuseppe
Conte, propuesto en su día por el Movimiento 5 Estrellas para liderar el país,
reconoce a través de su cuenta de Twitter que Berlusconi “ha encendido y
polarizado el debate público quizás como ningún otro”. Y la ultraderecha
italiana quedó retratada en su rosario de elogios. La primera ministra, Giorgia
Meloni, aseguró que, con su muerte, desaparece “uno de los hombres más
influyentes de la historia de Italia”. Para la socia ultra del magnate en el Gobierno,
“Berlusconi era sobre todo un combatiente, un hombre que nunca tuvo miedo a
defender sus convicciones, con coraje y determinación”. Finalmente, la
ultraderecha europea, encarnada en el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán,
le califica como un “gran luchador”.
Silvio Berlusconi recibió
el miércoles el último adiós con un funeral de Estado y un día de luto nacional
en toda Italia, algo inédito en la historia del país, que vuelve a dividirse
por los honores póstumos a “Il Cavaliere”. El 14 de junio fue declarado un día
de luto nacional, un honor que no había recibido antes ningún expresidente del
Gobierno italiano. Otros mandatarios fueron despedidos en funerales de Estado,
pero nunca las banderas habían ondeado a media asta en las sedes de las
instituciones del país que, además, han detenido su actividad desde el
fallecimiento de Il Cavaliere.
Su féretro permaneció
desde el lunes a primera hora de la tarde en Villa San Martino, su mansión de
la localidad de Arcore, a las afueras al norte de Milán. En la plaza de la
catedral, una muchedumbre le dio la bienvenida con cánticos más propios de un
estadio de fútbol que de un funeral. De hecho, grandes banderas del equipo de
fútbol al que convirtió en uno de los más goleadores, el AC Milan, ondearon
sobre las cabezas de miles de personas que se acercaron para dar el último
adiós a Il Cavaliere. Entre ellos, muchos tifosi, curiosos y rostros conocidos
de la televisión, del fútbol y del mundo empresarial, todos amigos, socios o
apadrinados de “papá” Berlusconi, tal y como lo despidieron de forma cariñosa
los directivos y empleados de Mediaset.
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