domingo, 15 de marzo de 2009

Broncas, insultos y portazos en el Parlamento madrileño.


Granados ha cumplido a rajatabla deseos y órdenes emanados por la presidenta, Esperanza Aguirre. Ambos cerraron la comisión de los escándalos sobre el espionaje sin haber esclarecido las responsabilidades políticas que pudieran derivarse. El consejero de Presidencia, Justicia e Interior dio por sentado que no hubo ninguna. Para ello sólo precisó de tres jornadas. Retrasó el inicio en un mes. Acortó la comisión en 15 días. Rechazó 18 comparecencias. Denegó la mitad de los documentos solicitados por la oposición e impidió que las víctimas de los seguimientos tomaran la palabra. A parte de liar una bronca de muy señor mío, pegando el portazo definitivo el miércoles pasado con un cruce de insultos con las portavoces de la oposición. Granados censuró a Alfredo Prada –antecesor en el cargo y compañero de partido– el haber dado aire “con su mentira a un supuesto montaje contra Aguirre”. Acusó a la oposición de no estar cómoda en el parlamento. “Ustedes prefieren el lodazal y rebozarse en el barro –les espetó–. Llevan dos meses de acoso y derribo en los que me han insidiado, mentido, calumniado y no han podido probar nada. Ni una sola responsabilidad”. Maru Menéndez (PSOE) le acusó de ser un mentiroso convulsivo. Se mostró “extrañada” de que “no tenga ni el más mínimo interés en aclarar si sus propios compañeros del PP y de Gobierno fueron expiados”. Y comentó que era el encargado de taparlo todo. Granados contraatacó con un arrogante “Pídanme disculpas… Yo no miento nunca…”. Inés Sabanés (IU) le responsabilizó de ocultar información, de diseñar una estrategia para tapar los hechos. “Usted es un peligro –le endilgó–, un provocador y un manipulador. Es parte de todo esto y sigue estando bajo sospecha. Ha venido a intimidar. Es más un problema que una solución”. Jaleado por su grupo, Granados insistió en que “dejen de insidiar”, “no hay derecho a lo que han hecho”, “son ustedes contumaces en la mentira y en la insidia”, “la verdad les resbala como si tuvieran puesto un chubasquero”… Subió la tensión hasta el punto de que la presidenta de la Asamblea, Rosa Posada, llegara a “amenazar” con suspender la comisión. Tanto Menéndez como Sabanés exigieron que les facilitaran los dossiers que durante estos días “ha tenido tiempo de prepararse”, mientras que el PP los vetaba. El PP impuso el fin de la investigación y la oposición habló de “atentado a la democracia” culpando al consejero de Interior por lo sucedido. La comisión se cerraba tras haber declarado sólo 11 de los 29 llamados. En los pasillos, el socialista, Adolfo Navarro, tachaba a Granados de “neofascista, chulo y propio de un matón”.

Granados y Aguirre, cerrando en falso la comisión.

El líder de los socialistas madrileños. Tomás Gómez, espera que ahora Rajoy “tome medidas con Esperanza Aguirre” y la obligue a “no cerrar en falso” la comisión. Para el secretario general del PSM, se ha producido un auténtico “carpetazo a algo que ha quedado sin aclarar”. “Lo que ha hecho Esperanza Aguirre ha sido insultar a los madrileños y por ende a los españoles”. Al día siguiente, jueves, la tensión por la supuesta trama de espionaje creció, al ser acusada Aguirre de dar el “cerrojazo a la comisión de investigación y de no responsabilizarse de los escándalos que salpicaron a varios alcalde del PP, imputados. La presidenta arremetió entonces contra Maru Menéndez, diciéndole que en “su” bancada no había nadie imputado, pero que en las de enfrente sí”. La segunda bronca de la Asamblea terminó en abandono de la sala por parte de los miembros de la oposición, dando por terminada la sesión plenaria al poco de empezar. Sólo la aludida Maru Menéndez e Inés Sabanés, portavoces del PSOE y de IU, permanecieron en sus asientos. Mientras tanto, el fiscal Jefe de Madrid, Manuel Moix firmaba tres oficios en busca de nuevas pruebas para averiguar quién encargó y quién ejecutó los seguimientos al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, y al ex consejero de Justicia, Alfredo Prada, ambos del PP. La actitud de Moix contrastaba con la de Aguirre, que había liquidado la comisión de investigación con el argumento de que los partes de seguimiento eran falsos.


“El golpe de gracia al mito de los espías –escribe Mocho Alpuente en el artículo titulado ‘Requiem por un espía’, aparecido en El País– se lo atizan esos días en la Comunidad de Madrid con la esperpéntica comisión en la que los presuntos espías de baratillo han sido investigados por los que les encargaron sus fraudulentas y cutres misiones de contra-vigilancia. Pescadilla que se muerde la cola, parodia de parodias. Espionaje de burla u cuchufleta, espinas de tebeo, enana conjura de necios recalcitrantes”. En la primera oportunidad que había tenido, Esperanza Aguirre afirmaba que todo había sido “un montaje” y se negaba a continuar con “este absurdo”. Y, en cuatro sesiones, emitía su veredicto, tomada mucho antes: “Ni yo ni mi grupo participaremos en esa tomadura de pelo”. Sus palabras en contra de las quejas del PSOE e IU fueron contundentes: “Ellos quieren que yo me extinga y que Rajoy nombre una gestora en Madrid”. Cospedal recordaba que, cuando terminase la comisión de la Asamblea de Madrid, entonces el PP tomaría su decisión. Ahora se verá si Rajoy y su partido hablaban en serio o forman parte de ese juego.


Por su parte, la oposición ha levantado sus protestas. “Esta es la mejor prueba de que el espionaje ha existido: el miedo que tiene el PP a mantener viva la comisión”, declaró la portavoz socialista, Maru Menéndez, quien mentó el “relato” tejido por Aguirre “para justificar el cerrojazo” de la investigación. Inés Sabanés denunció la “estrategia brutal de cierre de la comisión” y clamó contra el engaño: “O recomponemos la normalidad o la crisis institucional está servida”. Moncho Alpuente terminaba en su artículo con estas palabras: “Declaran los espías que ellos nunca expiaron nada y esta negativa reafirma su condición de tales, porque los espías están obligados a negarlo todo, a no revelar sus fuentes de información y sobre todo a no revelar jamás el nombre del ‘número uno’, cabeza visible de todas la maquinaciones. El señor, o la señora, X, que permanece en la sombra. El hilo del laberinto llega hasta Granados, pero en el fondo de la tela de araña se percibe la sombra octópoda y omnímoda de Esperanza Aguirre”.


Enrique Barón afirmó en su declaración que “pone la mano en el fuego” por lo que él “supervisa”. El director general de Seguridad desacredita los partes que él no ha “visto” y que “son como anotaciones de Mortadela y Filemón”.


Le Monde Diplomatique en español denuncia que “El País” censuró uno de sus anuncios que iba a ser publicado el pasado 7 de marzo. El periódico de Prisa comunicó, dos días antes, el cambio de postura con una somera explicación: no contar con la autorización de la redacción de “El País”. La redacción de la cabecera gala llama la atención sobre esta censura ya que, “Le Monde Diplomatique” contrataba, “desde hacía más de cuatro años”, un espacio mensual del diario español. Desde la prestigiosa publicación francesa se denuncia este hecho y se piden explicaciones. En el anuncio, se hace alusión al artículo titulado “El grupo Prisa se tambalea”, cuyo autor, Pascual Serrano, revela la verdadera y gravísima situación económica. Una situación que, hasta ahora, el diario “El País” ha ocultado a sus lectores. No olvidemos que Prisa tiene una deuda de 5.000 millones de euros de los cuales debe devolver, antes de final de este mes, casi dos mil millones.

Julio González, “el hombre que manipulaba los metales como la mantequilla”, según lo definió el propio Picasso, expone del 11 de marzo al 1 de junio en el Reino Sofía. Entre sus 200 obras presentadas, hay esculturas de hierro, bronces forjados, dibujos, pinturas, piezas de arte decorativa, joyas, cartas, textos manuscritos… El padre de la escultura moderna en hierro dedica una antológica al artista barcelonés que renovó la escultura del XX. La noticia de la desaparición de este artista catalán, muerto en Francia en 1942, pasó inadvertida para la prensa española. En la exposición, está presente la “Mujer ante el espejo”, su otra obra capital. González y Picasso se complementaban. El primero aportaba al malagueño el conocimiento del oficio y las técnicas. Picasso le consultó en una ocasión cómo resolver las soldaduras y le transmitió la fuerza creativa. Las obras proceden del MoMa de Nueva York, del Pompidou de París, del IVAM de Valencia, el MNAC de Barcelona, de museos de Estocolmo, Stutgard, Zúrich, Filadelfia, Grenoble..., y de colecciones privadas

Monserrat gritando y Pequeña campesina.

Cabeza llamada "El túnel".

Cabeza llamada "El Conejo".

El Tribunal Supremo acaba de confirmar la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid en julio del 2004, que condenaba a la periodista del corazón, Karmele Marchante, a indemnizar con 6.000 euros a Carmen Sevilla, por intromisión ilegítima en su honor, al haberse referido a la artista como de “las más descerebradas del solar patrio”. La sentencia señala que el contenido del artículo, que Marchante colgó en su página web, “se halla muy lejos de la función de la prensa en una sociedad libre y de la libertad de expresión, que repudia, como la sociedad misma, la denigración de personas” ya que además la vincula con presuntas irregularidades en la asociación ANDE, apadrinada por la actriz. La resolución del Supremo rebate punto por punto los motivos del recurso de casación interpuesto por Marchante, cuyo tono tacha además de impropio e impertinente. Sobre el artículo de Marchante, el Tribunal Supremo dice que “no tiene la más mínima justificación ni explicación enredar sin fundamento alguno a las personas protectoras (que apadrinan) o que colaboran con asociaciones benéficas en las posibles torpezas o conductas ilícitas (por lo demás, aquí hipotéticas) de algunos de los gestores”.

Karmele Marchante, periodista del corazón, condenada por el Tribunal Supremo.

Los dibujos de Pep Roig. Cuatro de ellos ilustran con sarna y humor la actualidad política del momento: lógica ultramontana, la política made in spies, trapicheos y la presunta inocencia de los políticos.





Y parar finalizar, un vídeo-denuncia de dibujos animados sobre la situación de represión israelí en Gaza. Yoni Goodman, director de animación de Waltz with Basir, nominado al Oscar a la mejor película en habla no inglesa, ha hecho este corto llamado “Closed Zone”, sobre el sitio de Gaza para que lo utilice la organización israelí de derechos humanos. Se trata de un trabajo que denuncia la actual situación de Gaza, un territorio en teoría desmilitarizado, pero que está bloqueado por tierra, mar y aire, convirtiéndose en una especie de cárcel para su 1,5 millones de habitantes. La miniproducción arrastra al espectador a la cruda realidad de la franja a través de los ojos de un niño que intenta salir de ella infructuosamente.


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