Los piratas secuestran el “Alakrana”, rescatado al canto del gallo.

El 2 del pasado mes de octubre el “Alakrana”, atunero español que faenaba a unas 400 millas de Somalia, alejado de la zona de seguridad, era atacado y secuestrado por piratas al tener desplegadas las redes en el alba y no poder escapar. Eran piratas y no corsarios o bucaneros. Los corsarios actúan como unidades guerrilleras contra los enemigos del monarca o gobernador que les habilita para hacer la guerra por su cuenta (carta de corso), con reparto de los beneficios. Bucaneros son llamados exclusivamente los piratas (ladrones, salteadores de caminos marítimos) ubicados en las costas del Caribe y norte de Brasil. Los somalíes son simples piratas, ladrones, sin más. Ni actúan para defender la supuesta riqueza piscícola de las aguas somalíes, ni roban y secuestran para escarmentar a quienes pescan ilegalmente frente a sus costas. El “Alakrana” pescaba legalmente en aguas del océano Índico y sufrió el asalto de los ladrones armados que actúan en el mar. Fue uno de los 195 asaltos de los piratas somalíes que este año llevan perpetrando, más de la mitad del total (360) que se han producido en los puertos y mares de todo el mundo.

El “Alakrana”, en el momento de ser secuestrado.

El martes pasado, tras 47 días de una tensa espera, los sesenta y tres secuestradores del “Alakrana” recibían un fajo caído del cielo, arrojado desde una avioneta. Era el precio del rescate exigido: más de 2,5 millones de euros. Los piratas liberaron a los 39 tripulantes –16 de ellos, españoles y el resto, indonesios, ganeses, senegaleses, malayos, de la Costa de Marfil y de las Islas Seychelles– mientras ellos (los piratas) huían de forma escalonada rumbo a la costa somalí a bordo de sus esquifes. El “Canarias” y el “Méndez Núñez” estaban a unas 30 millas del pesquero y la costa sólo a milla y media. La Armada española, que observaba desde lejos la operación, se lanza a atrapar a los últimos piratas que abandonan el barco, pero fracasa en el intento. Un helicóptero militar dispara –disparos que no son corroborados por los marineros secuestrados– contra una zódiac rápida –escoltada por otra, gemela– en la que cinco piratas logran alcanzar la costa y desaparecen entre las población civil. Según las mismas fuentes, un segundo helicóptero que vigila el operativo abre fuego para disuadir a un esquife en el que los miembros de otro clan de piratas rival se disponen a recapturar de nuevo al Alakrana. El buque huye del escenario a toda máquina.

Zapatero, orgulloso de haber hecho “lo que teníamos que hacer”.

Poco después del desenlace del secuestro aparecen en España las primeras críticas contra las fragatas de la Armada desplegadas en la zona que, supuestamente, han dejado escapar a los piratas por orden expresa del Gobierno. No obstante, José Luis Rodríguez Zapatero afirma, orgulloso, tras una batalla ganada: “Hemos hecho lo que había que hacer”. María Teresa Fernández de la Vega asegura que el Ejecutivo “ha cumplido la ley en todo momento”. Rajoy, por el contrario, pide la reprobación de De la Vega, Chacón y Caamaño por su “incompetencia, improvisación y la soberbia” en este caso. Y repite que “la gestión del Gobierno antes, durante y después de la crisis del atunero 'Alakrana', ha sido pésima”. Dice que el PP se ha comportado con “responsabilidad” durante el secuestro y asegura que tiene la obligación de ejercer esa misma responsabilidad “cuando el Gobierno hace las cosas mal”.

Soraya Sáenz de Santa María critica "la importante debilidad del Gobierno".

Sin embargo, las declaraciones de dirigentes del PP que critican la actuación del Gobierno son constantes durante el tiempo en que el “Alakrana” ha permanecido en poder de los piratas. Antonio Basagoti, presidente del PP del País Vasco, suelta el mismo día del secuestro: “Defensa y Zapatero no han hecho absolutamente nada. Hay una responsabilidad clara”. Dos días después, es el propio Rajoy quien asegura que el secuestro ha puesto en ridículo a Zapatero. Arsenio Fernández, portavoz de Defensa del PP en el Congreso, añade que el presidente del Gobierno va “a remolque de los acontecimientos”. El 8 de octubre, Gustavo Arístegui, portavoz de Exteriores del PP, arremete contra el Gobierno pues, “negociar con unos delincuentes comunes (los piratas)” supone “una vergüenza nacional”, lo mismo que dialogar con “la Cosa Nostra”. Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz en el Congreso, critica el 22 de octubre “la importante imagen de debilidad” que está dando el Gobierno y el “ridículo” que hará si no logra juzgar a los piratas. “Llevamos nuestros barcos sin proteger; me preocupa la sensación de debilidad que está dando España, que no protegemos nuestros intereses, a nuestra gente”. El 5 de noviembre, Ovidio Sánchez, senador del PP, censura “la gestión absolutamente fracasada” del Ejecutivo. Carlos Floriano, secretario de Comunicación, insiste al día siguiente: “Hay muchas dosis de frivolidad e irresponsabilidad en la gestión del Gobierno”. Esteban González Pons acusa al día siguiente al ejecutivo de “extraordinaria insensibilidad” hacia los familiares. Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, imputaba el 13 de noviembre al Gobierno de cometer actos ilegales y el 16, víspera de la liberación del atunero, Ana Mato, vicesecretaria de Organización del PP, reprocha a Zapatero su “confusión y falta de transparencia”.

Curiosamente, en noviembre del año 2000, Mariano Rajoy, entonces vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, gestionó el secuestro de dos empresarios españoles en Georgia. Todos pudieron escuchar sus declaraciones, nada más producirse, prometiendo presión “absoluta” sobre Georgia para la liberación de los españoles secuestrados. Más de un año después, todo terminó con el pago de otro rescate por los secuestrados, que se pasaron 373 días “atados como ganado, a pan y agua y sin poder hablar entre ellos”, según explica Nacho Escobar en su blog.

Pero volvamos al caso del “Alkrana” en las últimas horas de su secuestro. El Gobierno facilita al armador del barco –la empresa Echebastar Fleet ganó el año pasado 5,6 millones de euros de beneficios y sabía perfectamente los riesgos que corría– el asesoramiento de Nicolás Martín Cinto, embajador en Nairobi (Kenia). Y los 2,3 millones de euros del rescate son transferidos a una cuenta bancaria en Nairobi, la capital de Kenia, con la intermediación de Ince & Company, un bufete internacional de abogados especializado en Derecho Marítimo y en la negociación y pago de rescates. La negociación se lleva a cabo por un canal paralelo, con el apoyo de dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), desde la residencia del embajador. El objetivo es propiciar una solución rápida y segura mediante este pago. El pacto ya estaba encauzado el primer fin de semana de noviembre, sin embargo, el guión previsto salta por los aires el día 5, cuando los piratas rompen el acuerdo y aseguran que no negociarán si no se devuelve a los dos piratas somalíes encarcelados en España. Lo que obliga a Zapatero a involucrarse personalmente, anunciando desde Polonia que la situación podía “estar encauzada” pero exige a los familiares de las víctimas del secuestro que guarden silencio y no entorpezcan las operaciones realizadas.

El Gobierno español parece dispuesto a negociar extradiciones, indultos o convenios bilaterales con Somalia como parte del rescate. Ni la vicepresidenta primera del Gobierno ni el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, aclaran si los dos piratas detenidos y traídos a España serán entregados a Somalia, tal y como exigen los secuestradores. Algunos observadores opinan entonces que la disposición mostrada por el Gobierno a estudiar vías legales para la entrega de los dos piratas a Somalia puede ser simplemente una maniobra para que los jefes de los clanes responsables del secuestro puedan explicar a sus súbditos que están luchando por su liberación, al tiempo que hacen valer su autoridad.

A primeras horas de la mañana del martes, 17 de octubre, agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) desplazados a Kenia entregan a los secuestradores del “Alakrana –según publica “El Confidencial”– los más de 2,5 millones de euros de rescate. “Más de la mitad del rescate procede de los fondos reservados del CNI –que el próximo año contará en su presupuesto con 17,8 millones de euros para gastos secretos que no requieren justificación–, y el resto es aportado por Echebastar Fleet, que no dispone de toda la cantidad exigida por los piratas somalíes. El dinero es transferido a una cuenta bancaria en Nairobi, la capital de Kenia, con la intermediación de Ince & Company, un bufete internacional de abogados especializado en Derecho Marítimo y en la negociación y pago de rescates. La firma, cuya sede está en Londres, también asesoró al Gobierno durante el largo proceso negociador con los secuestradores”. Dos agentes del CNI recogen el dinero en Nairobi y, en esa madrugada del martes, vuelan en una avioneta civil alquilada que lanza en paracaídas sobre el Índico a una unidad de operaciones especiales de la Armada, enviada desde España para intervenir en caso de que las vidas de los tripulantes del “Alakrana” corran grave peligro. Los paracaidistas son recogidos en alta mar por la fragata “Canarias”, donde permanecen embarcados. Luego, los agentes del CNI arrojan un voluminoso fardo con el dinero del rescate. La gestión del secuestro genera un fuerte malestar entre los mandos militares, especialmente en la Armada.

Llegado el momento crucial, en que se pagan los millones de euros, vuelven las preguntas indiscretas. “España, como país –afirma en Roma Francisco Caamaño, ministro de Justicia español–, no ha pagado ningún rescate a los secuestradores del atunero Alakrana”. “El 'Alakrana' desquicia al Gobierno –titulan algunos periódicos– y deja muy tocadas a De la Vega y Chacón”. ¿De dónde han salido los fondos reservados? La vicepresidenta De la Vega responde: “He sido muy clara y lo repito: España no ha pagado ningún rescate”. La vicepresidenta evita dar respuesta a la batería de cuestiones que le hacen los periodistas, alegando que dará todo tipo de detalles, “con luz y taquígrafos”, en su comparecencia ante el Congreso, prevista para el jueves de la próxima semana. ¿Pagó, entonces, el armador? Silencio gubernamental. De la Vega, sin embargo, no está tan silente a la hora de enjuiciar al partido de Rajoy: “El PP ha preferido criticar en vez de echar una mano”.

Soraya Sáenz de Santamaría califica la gestión de María Teresa Fernández de la Vega como “el mayor fracaso político de toda su carrera”. La vicepresidenta contesta que el PP no tiene respeto ni siquiera por las personas secuestradas. Soraya aprovecha para acusar a De la Vega de eludir su responsabilidad e irse “de viaje electoral a Argentina” en mitad de la negociación, y de complicar el secuestro con la traída a España de los piratas detenidos. La vicepresidenta aprovecha su intervención para atacar a la oposición: “No tienen arreglo, ni respeto, ni siquiera por las personas secuestradas que no han podido encontrarse con sus familiares”. Acusa al PP de “ponerse al lado de los piratas” con tal de sacar rédito político y pide más responsabilidad y más coherencia a los conservadores. El líder del PP, Mariano Rajoy, denuncia la “pésima gestión” del Gobierno y su “soberbia”. “Actuó tarde y mal mientras el secuestro estaba en el momento más álgido. No tiene sentido que se pongan medallas por su incompetencia. La imagen de nuestro país ha quedado gravemente dañada”. Para Rajoy, que no escatima en adjetivos negativos, la actuación del Ejecutivo ha estado marcada por la “incompetencia e improvisación”. Dice que la gestión del Gobierno en el secuestro del Alakrana ha demostrado tres cosas: “un Gobierno descoordinado, incompetente y que miente”. Y afirma que el PP calló “hasta que se resolvió todo, porque nos lo pidieron las familias y el Gobierno. Pero ahora, tenemos el derecho y el deber de exigir responsabilidades al Gobierno por incompetente y por engañar a los españoles”.


Antonio Alonso critica la “pésima” actitud de Rajoy “por no arrimar el hombro ante estas situaciones”. El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso acusa a Rajoy de haberse vuelto a convertir en “el apóstol de la catástrofe” al haber pedido ya la comparecencia del presidente Zapatero y la reprobación de tres ministros por la gestión del secuestro. Y le critica por intentar sacar “tajada política” de una crisis que se ha resuelto “bien”. Apenas 24 horas después de la liberación de la tripulación del atunero vasco, Rajoy se muestra de nuevo, según Alonso, “como lo que es: don pésimo, el apóstol de lo negativo”, al cargar contra todo el Gobierno sin poner encima de la mesa “ni una sola propuesta en positivo”. Y considera que un líder de la oposición “con talento y talla” hubiera comparecido hoy ante los medios de comunicación para mostrar su alegría por la liberación de los secuestrados y para aportar ideas que mejoren la eficacia del trabajo que 27 países de la comunidad internacional están llevando a cabo en aguas del Índico.

El resto de la tripulación no española del “Alakrana” son veintitrés africanos, explotados y olvidados, que los atuneros embarcan para utilizarlos como vigías. Están horas y horas (no seguidas, es imposible aguantar turnos de más de dos horas), con la vista pegada en unos prismáticos gigantescos, montados sobre unos trípodes fijos, a la cubierta, bajo el puente de gobierno, oteando el horizonte en busca de cualquier ave. Aceptan ese trabajo a cambio de comida (en los atuneros se come bien), y de una gratificación irrisoria que ni siquiera alcanza para llamarla salario. No cuentan con protección social. Son ciudadanos de segunda, cuyas vidas apenas cuentan, ni siquiera como bultos de carga.

Fotografías del acontecimiento de la semana. El Alakrana, recién liberado. Los marineros aterrizan en medio de la bronca entre Gobierno y “populares”.

El Alakrana, protegido por las fragatas Méndez Núñez y Canarias.

Silvia Albés, a abraza a su marido, Pablo Costas, marinero que estuvo secuestrado.

Tripulantes del Alakrana, a su llegada a Seychelles.

Ricardo Blach, el patrón, declara junto a su hija que éste ha sido el último viaje antes de jubilarse.

El atunero en Puerto Victoria, entre sonidos de sirenas.

Sanos y salvos, en España.

El marinero, Joaquín Fernández, saluda a un amigo a su llegada al aeropuerto de Vigo.

Este reportaje de una periodista inglesa es la cara oculta del tema hoy tratado. Y desvela la cara oculta de lo que sucede en el cuerno de África. Explica cómo los piratas que atacan a los grandes barcos pesqueros benefician a la población local.

Cansado de la falta de afinación de sus sopranos, Rossini decidió escribir este dúo cómico para dos gatos, como burla hacia las sopranos de su época.

Misma pieza, transportada por un quinteto de metales.

Y, finalmente, cantado por gatos de animación.

Terminamos esa tanda de vídeos, con el de María Antonia Almunia que se presentó, con 87 años, al programa de Telecinco “Tú sí que vales”. Publicamos el resumen de esa historia de gran sensibilidad en esta mismo blog el pasado miércoles, 18, bajo el título: “Mi madre en Telecinco”