jueves, 24 de noviembre de 2011

Los ministros que se van.

El último Gobierno de Zapatero.




Aznar, sigue viviendo y distrutando de la vida y de los negocios, pese al anuncio de ayer de Wikipedia que lo daba por muerto.



Mientras los ministros salientes y secretarios de Estado del Gobierno socialista preparan sus maletas para dejar sus cargos al PP, me pregunto dónde trabajarán en lo sucesivo. ¿Irán ellos también a hacer cola en las oficinas del Inem o tienen ya apalabrado un nuevo trabajo? Según leo en una noticia, cobrarán una compensación económica de más de 4,3 millones de euros, con lo que ya tienen su futuro asegurado. Por de pronto, el presidente Zapatero, dispondrá, como ex presidente, de 80.000 euros durante su primer año, y de un salario de 78.185 euros al año el resto de su vida. Desconozco, por el momento, dónde irán a parar los dos vicepresidentes del actual Gobierno, los trece ministros y los 25 secretarios de Estado, pero seguro que a ninguno de ellos veremos en las puertas del Inem y seguro que pasarán sin problemas económicos las fiestas de Navidad y las de Año nuevo. Al contrario del resto de los mortales que perdieron su trabajo o están a punto de perderlo, todos ellos contarán con una suculenta indemnización por la renuncia de su puesto.

Los ex ministros y cargos equivalentes, como los secretarios de Estado, disfrutarán, además, según establece una ley (74/1980), del 80% de su último salario anual durante un periodo de dos años. Cantidad que resulta significativa, si se tienen en cuenta los miles de parados y de familias españolas que entran anualmente en la vorágine de vivir sin entradas y con pérdidas permanentes. Lo que demuestra que la vida de los que nos gobernaron, lo hayan hecho bien o mal, es muy distinta de cualquiera de los casi cinco millones de parados cuyo futuro es más oscuro que “el trabajo en el carbón”, como cantaba Antonio Molina, porque en su tiempo al menos había trabajo en las minas.



Afortunadamente para estos parados del Gobierno, disfrutarán de la compensación económica desde el primer mes de su cese y se prorrogará hasta un máximo de 24 meses, independientemente de que empiecen a trabajar en una empresa privada o en un cargo público. Ysólo la renuncia voluntaria de los beneficiarios –caso que no me consta que ocurra– evitaría ese pago, aunque tengan que pagar sus impuestos igual que cualquier ciudadano, es decir, que no cuentan con bonificaciones fiscales.

Pero, ¿en dónde podrán trabajar los ex ministros? Algunos de ellos seguirán como representantes del PSOE en las diferentes cámaras parlamentarias y otros optarán por buscar un hueco en el sector privado. En este caso, los ex altos cargos públicos deberán cumplir unas reglas a la hora de incorporarse en el mundo laboral. Por ejemplo, durante los dos años siguientes a su cese, no podrán desempeñar sus servicios en sociedades privadas relacionadas con las competencias asumidas en el cargo. Ni podrá cubrir un puesto en el consejo de una entidad financiera hasta finales de 2013. Y ninguno de ellos podrá trabajar durante ese periodo de incompatibilidad que abarca los dos años sin comunicarlo a la Oficina de Conflicto de Intereses que deberá darles luz verde para desempeñar el nuevo trabajo, siempre que no infrinjan esa ley. En cuanto a los ex presidentes de Gobierno, tendrán acceso a un sillón del Consejo de Estado, tal y como establece el reglamento interno de ese organismo, siendo remunerados con una retribución anual de 72.100 euros, que podrán compatibilizar con la pensión vitalicia, tal como lo vienen haciendo Felipe González, actual consejero de Gas Natural o José María Aznar, asesor de Endesa y de otros organismos internacionales, quien, por cierto, ayer fue dado por muerto de forma fugaz en la versión inglesa de Wikipedia. La entrada decía que el accidente de tráfico sufrido fue debido a que “conducía bajo los efectos del vino”. Poco después se corregía tal grave error y Aznar siguió viviendo tranquilamente y con un futuro laboral más que asegurado.

1 comentario:

Antonio Tello dijo...

Querido Santiago, si analizamos la situación en clave española, en efecto, no ha habido victoria del PP sino derrota del PSOE, tal como tú dices. Sin embargo, si analizamos en clave histórica y sociológica, la victoria ha sido del sistema ante la falta de combatividad de las clases populares. En realidad, el desconcierto de la socialdemocracia (llámese PSOE, IC) refleja el mismo desconcierto de su electorado. Es la gente quien tiene que marcar el rumbo y sin embargo se entrega a la abstención y a la bronca fácil contra los políticos. Por ejemplo, por qué la gente no ha castigado la corrupción del PP. Simplemente porque sus votantes están de acuerdo con ese tipo de conductas si con ello «derrotan al enemigo comunista». ¿Cuál es la influencia de los indignados? Espero que en el futuro la tengan, pero hasta ahora sólo son protagonistas de cosas anecdóticas, como llenar unas plazas o evitar algunos deshaucios, pero eso no basta para cambiar las cosas. Sin organización las posibilidades de hacer algo no existen. Un fuerte abrazo, querido Santiago.