viernes, 11 de abril de 2014

Arcadi Espada: “Suárez me dijo, en 1985: 'Ven muchacho, que te voy a contar ahora quién es de verdad tu Rey' ”.




 
El rey y Suárez, abrazados; de frente y de espaldas.
El pasado sábado, 5 abril, Arcadi Espada titula así en las páginas de Opinión de El Mundo. Y el escritor contaba: “¡Te habrá llegado noticia del libro que acaba de publicar la periodista Pilar Urbano, La gran desmemoria, que lleva un subtítulo muy ceñido: ‘Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar’. Tengo el libro encima de la mesa. Es muy gordo. [...] No sé si es cierto lo que explica Pilar Urbano sobre el Rey, Suárez y el 23-F. Pero sí te puedo dar fe de una certeza más modesta: el ex presidente Suárez sí lo daba por cierto y sí lo explicaba”.

Espada añade: “Al menos lo explicó delante de mí una noche del otoño de 1985, en su despacho de Antonio Maura. Yo tenía entonces 28 años y una buena, aunque superficial, relación con él, que venía de los tres años que había trabajado en la sección política de El Noticiero Universal. [...] La conversación con Suárez duró más de siete horas. Para un hombre que lo único que quería era hablar, es decir, ni comer ni beber ni escuchar, son muchas. La mitad pasaron en una taberna madrileña que malditamente he olvidado, aunque me encantaría que hubiera sido Casa Ciriaco; la otra, en su despacho. Creo que despiertos, lo que se dice despiertos, sólo aguantamos Suárez, Antich y yo. Y de allí sólo nos sacó el alba, ni siquiera el ex presidente, que parecía dispuesto a seguir con gafas de sol.

Y Espada concluye: “El resumen de aquel monólogo tan notable es fácil de escribir. Fue pocos días después del décimo aniversario de la muerte de Franco. Suárez estaba desmoralizado y humillado por el tono que había tenido la conmemoración: creía que el Rey se había llevado injustamente toda la gloria de la Transición y sus sarcasmos sobre el llamado motor del cambio me parecieron escandalosos. Toda la velada discurrió bajo el susurro irresistible de venid muchachos que yo os voy a contar ahora quién es de verdad vuestro Rey. Y su Rey de aquella noche era, en efecto, alguien que por frivolidad, torpeza o borboneo (Suárez utilizó este verbo) había provocado el intento de golpe, aunque luego hubiera sabido reaccionar ‘in extremis cuando se le fue grotescamente de las manos’ “.