miércoles, 2 de abril de 2014

Un brindis por la Virgen de la Amargura.


 La Virgen de la Amargura.


La Virgen de la Amargura está doblemente de enhorabuena. Primero fue porque, en el 2012, el rey Juan Carlos fue nombrado Hermano Mayor Honorario de la cofradía de Nuestro Padre Jesús, de la localidad oscense de Barbastro. No todo el mundo puede contar con tal respaldo en su haber. Y menos, en las filas de la Iglesia. Lo cual no quiere decir que el Rey en persona acuda a sus procesiones como un cofrade más. Que los reyes no van a ellas, pero permiten ser nombrados hermanos.

Pero, por si con esto el mérito no fuera suficiente, ahora, la princesa de Asturias, Letizia Ortiz, ha decidido aceptar el cargo de Camarera de Honor de Nuestra Señora de la Amargura, perteneciente a la misma cofradía. Y es que las Camareras de la Virgen de la Amargura, que hasta ahora no tenían jefa, son las responsables de custodiar la imagen sacra durante el año, y, en Semana Santa, se encargan de vestirla como dios manda para que la saquen con sus mejores galas a pasear en las procesiones. Ya veremos si la princesa acude a vestir a la Virgen, pero el gesto sigue los mismos pasos que el del Rey.

Poco a poco, los miembros de la Casa Real van introduciéndose en esta cofradía, ocupando algunos de los cargos más importantes. Bienaventurada la Virgen de la Amargura que se rodea de tanto personaje egregio. Aunque me temo que su gesto de tristeza y amargura no va a cambiar para nada en esta España amarga y desconsolada. Ni siquiera con un rey y una princesa a sus pies, que es un decir.

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