jueves, 9 de febrero de 2017

“Las escuelas que cambian el mundo”, de César Bona.

Alumnos de la escuela Padre Piquer, con César Bona, a la derecha.

‘Las escuelas que cambian el mundo’ es el título del nuevo libro que acaba de escribir y presentar César Bona, el maestro zaragozano que fue candidato finalista al Global Teacher Price, en 2015. No hace falta irse a Finlandia para conocer estas escuelas que marcan diferencia. Tampoco hace falta irse a barrios elegantes ni llenar el aula de ‘ipads’ ni de exclusiva tecnología punta. A veces basta con acercarse a barrios arrinconados de nuestras ciudades o a pequeños pueblos. Y quizá tengamos la suerte de toparnos con uno de esos centros educativos donde la “tecnología” que más se utiliza es la empatía aderezada con la participación de niños, maestros y padres, y el amor por la enseñanza. “Estaremos, entonces, frente a una de esas escuelas que cambian la sociedad a mejor. Y desearemos volver a ser niños para poder ir de nuevo al cole -a ese cole- y aprender que otro mundo es posible y que tú y yo podemos contribuir a lograrlo”, reconoce Ana Llovet en Público.

 “Las escuelas que cambian el mundo” llega en colaboración con Ashoka, una fundación global independiente que apuesta por la innovación social y que se define a sí misma como “la mayor red de emprendedores sociales del mundo”. Uno de los programas más importantes de esta organización es Escuelas Changemaker, agentes de cambio, que cuenta en total con 270 escuelas en los rincones más dispares de los cinco continentes. En España forman parte de esta red siete escuelas, de las que Bona da cuenta en el libro tras haber llevado a cabo durante meses una profunda investigación y  haber entrevistado a maestros, alumnos, padres y madres y a personal no educativo pero fundamental en algunos de estos centros, como conserjes o limpiadoras.

El denominador común de las Escuelas Changemaker es la innovación. David Martín, codirector de Ashoka España explica: “Los criterios para que un colegio sea parte de la red son, resumiendo mucho, que promuevan el aprendizaje activo y que los chavales se apropien del proyecto; que haya participación de la comunidad (familias, asociaciones o parroquias del barrio…); que tengan la capacidad de inspirar a otros, compartan la fórmula y que sean sostenibles en el tiempo y proyectos consolidados”.

En las siete escuelas Changemaker hay métodos para todos los gustos. Ninguna de ellas es de élite social, más bien al contrario. En el Colegio Padre Piquer, la escuela de las “oportunidades”, en el madrileño barrio de La Ventilla, el 60% del alumnado son hijos de inmigrantes y hay chavales de 30 nacionalidades. Un centro que tendría todas las papeletas para encabezar las estadísticas de abandono escolar y que, sin embargo, es uno de los de  mayor éxito de la Comunidad de Madrid gracias a su receta de respeto a la diferencia, escucha, clases participativas, implicación total de maestros, progenitores, alumnos y vecinos… Se repiten en ellos historias ejemplares, como la de Lucas, un niño que aún no había cumplido 10 años cuando Bona le entrevistó y que estaba haciendo voluntariamente un “estudio sobre el Alzheimer”, porque su abuelo había muerto por la enfermedad y quería ayudar a otras personas que la padecían. O el caso de otro niño que preguntó en la asamblea de su colegio si era “obligatorio” comérselo todo en el comedor si no le gustaba. O los niños y niñas que plantean preguntas sin miedo, que eligen lo que quieren aprender cada día, que son empáticos y se convierten en mentores de otros más pequeños, o en mediadores. "ESCUCHAR PARA ENSEÑAR MEJOR" CÉSAR BONA Tutorías en Red Tutorías en Red

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