sábado, 14 de enero de 2023

“El turismo que vive a costa de nosotros y no al revés”.

 

Antoni Janer posa con el libro 'La desfeta del paradís'.

Antoni Janer, periodista y profesor de Latín y Griego, reúne en “La desfeta del paradís. Crònica sociològica del boom turístic a les Balears” (Moll Nova Editorial) 85 de sus más de 200 reportajes publicados desde 2018 en ARA Balears. “En 1973 —comenta en una entrevista en Ultima Hora del pasado lunes—, Llorenç Villalonga profetizó Turclub, la Mallorca turística y distópica. Ya entonces predijo que seríamos un parque temático destinado a dar placer y contentar a los visitantes. Hoy vivimos en la época de las distopías hechas realidad. La fotografía de la portada del libro, hecha por Lorenzo Frau en 1983, ilustra la actitud servil que hemos tenido desde el ‘boom’ y que nos ha convertido en figuras de belén. Esto ha ido en contra de nuestra autoestima, hasta el punto de que el turismo vive a costa de nosotros, y no al revés, por todos los costes que implica.

El punto de partida del libro fue la pintada en Palma de “Tourists go home”, en 2018, que abrió el debate sobre el modelo y dejó de ser un pecado criticar el maná turístico. “Entonces me propuse hacer diez reportajes sobre de dónde veníamos y dónde hemos acabado, pero a medida que investigaba vi que esto era una mina de temas. Por ello, he hablado con investigadores y testimonios directos de la época. Cuento pequeñas grandes historias, como los dromedarios del Arenal, el mundo de los músicos de hoteles, los guías hoteles y las condiciones infrahumanas de los trabajadores peninsulares y la cara oculta del turismo. También me interesa la parte positiva del sector, que convirtió Balears en una de las zonas más cosmopolitas”.

El tema tabú, según Janer, es que hay demasiada gente y ningún partido quiere tener el triste honor de sacrificar empleos. “Esto era la tierra prometida en los sesenta, y se pensaba que era algo ilimitado. Entonces mucha gente podía hacer dinero, pero ahora no está garantizado desde el momento en que hay dificultades para pagar un alquiler o comprar una casa. Eivissa es la que más pena me da porque al sufrir todavía más la despersonalización, arrasando con la cultura y la lengua. Es el Miami del Mediterráneo. También lamento que se abandonaran otras industrias”.

Janer asegura que el turismo fue usado por la dictadura como cortina de humo para tapar las miserias de la Guerra Civil y la posguerra. Se apostó por el sol y la playa y Balears fue un laboratorio. Con la democracia, continuaron los mismos tics corruptos; apareció la nueva casta de los hoteleros que, en el primer Pacte de Progrés, se quisieron reivindicar. Hasta ahora no había habido debate porque la sensación era que no había alternativa, que solo podíamos vivir del turismo. “Si tienes una casa y un extranjero te da el doble que un mallorquín, es normal aceptarlo. Es la condición humana. Aun así, las instituciones tendrían que regular todo esto. Mira dónde nos ha llevado el libre mercado. La gente no puede vivir aquí, esto es un decorado. Balears en una postal que esconde el drama de los autóctonos que padecen las consecuencias de vivir en el paraíso. Si Robert Graves levantara la cabeza y viera en lo que se ha convertido, diría: ‘Tapa, tapa’.

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