sábado, 12 de agosto de 2023

Día Mundial del Gato: consejos para cuidarles bien en épocas de calor.

 

El pasado martes se celebró el Día Mundial del Gato, una de las mascotas más destacadas a nivel internacional. Pese a su mala fama de su carácter o a las supersticiones en torno al mismo, estos pequeños felinos se han hecho un gran hueco entre las familias y ya son una de las mascotas más queridas.

De la mano de KIWOKO, repasamos una serie de consejos útiles para promover su bienestar y evitar riesgos ante las subidas de los termómetros en toda España. Ana Ramírez, su directora técnica veterinaria de este organismo, nos recuerda la importancia de cuidar a los gatos “igual que al resto de los animales ante el aumento de las temperaturas y así, evitar golpes de calor u otros males”.

Hay dos factores importantes como son la hidratación y el mantener su hábitat a una temperatura adecuada. Y hay que asegurarse de que tenga sombra y una temperatura agradable. En caso de que el gato permanezca durante varias horas del día en espacios abiertos, tipo patios, es necesario ubicar su zona de resguardo bajo la sombra y asegurarse, además, de que, durante el cambio de la posición del sol a lo largo del día, su guarida siempre esté protegida.

Si el gato va a permanecer en espacios interiores, es importante echar las cortinas o bajar persianas, aunque en este último caso, si no se cuenta con la adaptación necesaria para mantener ventanas cerradas, hay que dejar que corra algo de aire. Siempre debe de haber aire fresco y con libre movimiento si ello es posible. Para incrementar la comodidad de los mininos ya existen artilugios especiales como bandanas y mantas refrescantes que pueden ayudar a que se mantenga fresco.

A los gatos, a diferencia de los perros, les cuesta más beber agua. Esto se explica porque sus ancestros cazaban presas vivas de las que obtenían agua sin necesidad de tener que ingerirla, por ello los gatos no tienen interiorizado beber y puede ser complicado que ingieran las cantidades de agua que necesitan. Un bebedero capaz de mantener el frío es una opción ideal ya que mantiene el agua fresca de forma automática. También se puede optar por meter cubos pequeños de hielo en el agua.

Otra opción es humedecer con cierta constancia las almohadillas de las patas del gato, sobre todo después de algún paseo o recorrido exterior. Adicionalmente, se puede usar una toalla húmeda o pañitos de esta misma característica y pasarlos con cierta frecuencia por el pelaje del animal. Ellos mismos se suelen lamer para protegerse del calor. Suele atraerles más el agua en movimiento que el agua estática, por lo que el agua de los grifos o las fuentes de agua pueden ayudar a que beban en mayor cantidad.

“Es muy importante saber identificar cuando el gato está teniendo una reacción anómala frente al calor. Por ejemplo, cuando es excesiva la temperatura, pueden sufrir abundante salivación, lengua azulada y temblores. Hay que tener vigilancia constante con el animal y llevarlo de inmediato al veterinario para descartar cualquier riesgo”, advierte Ramírez, quien señala que es normal que el animal se mueva de forma más lenta y pueda estar algo perezoso, lo que puede derivar en estrés. Por ello considera importante “proveer al animal un ambiente fresco y seguro en todos los sentidos”.


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